¿Perdiste tus tesoros infantiles?
Si pasas por el centro de Jarabacoa y visitas el mercadito municipal, fíjate bien en la cuerda que atraviesa el techo. Es posible que estén todos allí...
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29/12/07
25/12/07
La Isabela, donde todo comenzó
Un paseo por la primera ciudad 'europea' del Nuevo Mundo, hoy convertida en parque nacional histórico.
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El lugar es mucho más grande que como lo muestran las fotografías que lo promueven.
Desde la entrada hasta la punta del parque histórico hay que recorrer un trecho largo y cementado que atraviesa amplios jardines, museos, tiendas y un hermoso gazebo frente al mar y que también forman parte del área protegida.
La parte arqueológica -70 kilómetros al oeste de Puerto Plata, frente al Atlántico- conserva los rastros del que fuera el primer asentamiento europeo en América, fundado en diciembre de 1493 durante el segundo viaje de Cristóbal Colón a la isla.
Las primicias no acaban con la fundación de la ciudad. Aquí se celebró la primera misa, el 6 de enero de 1494, y se estableció el primer ayuntamiento del continente, el 24 de abril del mismo año.
El nombre le fue dado por Colón en honor a la reina Isabel La Católica y ocupa varios metros frente a una ensenada que hoy forma parte de la Bahía de La Isabela. Está dividido en tres zonas: dos civiles y una militar conocida como El Castillo.
A lo largo de las aceras se distinguen los letreros que indican el lugar donde, según las excavaciones realizadas a partir de 1892, estaban ubicadas la casa de Cristóbal Colón, la iglesia donde se celebró la primera misa, el cementerio, los almacenes, las viviendas y una torre de observación.
Mucho antes, y precedido por una entrada en forma de arco, se levanta un museo donde se muestran objetos prehispánicos, mapas de la isla y maquetas de la ciudad, en una exhibición permanente que también incluye arqueología colonial del siglo VX y un museo taíno.
En las tiendas, ubicadas muy cerca de la entrada, se pueden adquirir piezas de artesanía: collares, macutos, cerámicas... a buen precio para residentes y visitantes dominicanos.
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PARA IR. Tome la autopista Duarte rumbo a Puerto Plata. Siga hasta Imbert y luego hasta Luperón y de allí a La Isabela. El Parque se encuentra a dos kilómetros de la comunidad. La entrada cuesta 20 pesos.
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El lugar es mucho más grande que como lo muestran las fotografías que lo promueven.
Desde la entrada hasta la punta del parque histórico hay que recorrer un trecho largo y cementado que atraviesa amplios jardines, museos, tiendas y un hermoso gazebo frente al mar y que también forman parte del área protegida.
La parte arqueológica -70 kilómetros al oeste de Puerto Plata, frente al Atlántico- conserva los rastros del que fuera el primer asentamiento europeo en América, fundado en diciembre de 1493 durante el segundo viaje de Cristóbal Colón a la isla.
Las primicias no acaban con la fundación de la ciudad. Aquí se celebró la primera misa, el 6 de enero de 1494, y se estableció el primer ayuntamiento del continente, el 24 de abril del mismo año.
El nombre le fue dado por Colón en honor a la reina Isabel La Católica y ocupa varios metros frente a una ensenada que hoy forma parte de la Bahía de La Isabela. Está dividido en tres zonas: dos civiles y una militar conocida como El Castillo.
A lo largo de las aceras se distinguen los letreros que indican el lugar donde, según las excavaciones realizadas a partir de 1892, estaban ubicadas la casa de Cristóbal Colón, la iglesia donde se celebró la primera misa, el cementerio, los almacenes, las viviendas y una torre de observación.
Mucho antes, y precedido por una entrada en forma de arco, se levanta un museo donde se muestran objetos prehispánicos, mapas de la isla y maquetas de la ciudad, en una exhibición permanente que también incluye arqueología colonial del siglo VX y un museo taíno.
En las tiendas, ubicadas muy cerca de la entrada, se pueden adquirir piezas de artesanía: collares, macutos, cerámicas... a buen precio para residentes y visitantes dominicanos.
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PARA IR. Tome la autopista Duarte rumbo a Puerto Plata. Siga hasta Imbert y luego hasta Luperón y de allí a La Isabela. El Parque se encuentra a dos kilómetros de la comunidad. La entrada cuesta 20 pesos.
Vista general, el gazebo, el cementerio y La Isabela desde arriba. |
Recreación de la casa de Cristóbal Colón |
Playita de La Isabela dentro de los límittes del centro histórico. |
Ensenada en Bahía La Isabela |
El cadáver de uno de los primeros habitantes del asentamiento. |
24/12/07
Dale pa' llá, que el golpe avisa
El sonido se escuchó varios metros a la redonda. ¡Pluumm! Desde donde tomé la foto, sentada en la terraza –realmente en la acera- de un restaurante frente al malecón de Puerto Plata, pude divisar todo lo ocurrió después del golpe, porque, antes, nadie supo realmente lo que sucedió. Un chico acababa de estrellarse con todo y pasola en un contenedor de la basura, que, abran bien los ojos, está encima de la acera. Los turistas que también almorzaban del otro lado de la calle alzaron las cabezas, azorados. Inmediatamente después del sonido, llegaron decenas de personas a socorrer al chico. Al principio todos nos asustamos, pues, dado el sonido realmente espantoso que produjo el golpe, temíamos lo peor. Cuando el chico se movió y se paró, al ver que no le había ocurrido nada grave, primero discretamente y luego sin aparentar, todo el mundo se echó a reír. Ya sea que viniera de frente o desde la calle lateral, nadie entendió cómo es que chocó con el contenedor. Mi teoría: alguien tiró a la basura un imán gigante y esto fue lo que atrajo al chico con to' y pasola. Palabra de Dios.
19/12/07
En El Mesón de Luis (Monumento al ego 9)
Si entran al local de la Hostos casi El Conde, en La Zona, y una chica toda ella con aire "alitraneao" les habla medio duro, les mira medio raro y parece que está algo guapa no le hagan caso y pidan por su boca. Si no hay concón o aguacate ella los fabrica. Si se acabó el pollo horneado se olió que iban pa' llá y les guardó un poquito. Sirve el jugo de chinola más espeso de la bolita del mundo y te brinda el honor de escuchar algunos de sus cuentos. Se llama Carmen -de amarillo en la foto- y no hay forma de hablar del Mesón de Luis sin mencionarla. Así que ya tienen una idea del grado de familiaridad que se vive en este espacito estrecho y oscuro de la Zona Colonial que cuando lo descubres se convierte, así como si nada, en tu segunda casa.
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En la imagen: Jaclin, Carmen, María Scharbay, María Mercedes, Albida, José Armando, Naivi, Nodalia y Yalo. Ese día comieron como unos "desambríos". Foto: Efraín Javier
14/12/07
Un experto con el martillo
José Miguel, de dos añitos, heredó de sus abuelos y su padre el arte de trabajar la artesanía.
Sus abuelos, promotores de la primera Muestra Campesina de la antigua provincia Salcedo (hoy Hermanas Mirabal), fueron los primeros en trabajar el higüero en la zona, a finales de los 70. En el modesto patio de su casa en Las Aromas, en Villa Tapia, se entretiene martillando sobre un tronco viejo.
No le tiene miedo al clavo, ¿logran verlo?, ni a un posible magullón. De hecho, es un experto con el martillo. Para muestra, miren nomás cómo José Miguel, que sabe que le estamos tomando una foto, mira a la cámara y, paciente, posa calmado para el lente de la curiosa Yalo.
Sus abuelos, promotores de la primera Muestra Campesina de la antigua provincia Salcedo (hoy Hermanas Mirabal), fueron los primeros en trabajar el higüero en la zona, a finales de los 70. En el modesto patio de su casa en Las Aromas, en Villa Tapia, se entretiene martillando sobre un tronco viejo.
No le tiene miedo al clavo, ¿logran verlo?, ni a un posible magullón. De hecho, es un experto con el martillo. Para muestra, miren nomás cómo José Miguel, que sabe que le estamos tomando una foto, mira a la cámara y, paciente, posa calmado para el lente de la curiosa Yalo.
10/12/07
Tulí, decimero de profesión
Antes que leer y escribir, Antonio Rodríguez aprendió a decir décimas. Fue el legado más precioso que le dejó una familia de agricultores que acompañaba las siembras y recolecciones con cantos y sones que hacían más llevadero el trabajo en el campo
Por Yaniris López
Ver a los viejos “contar las palomas” en medio de un campo de maní y a las mujeres responder desde el bohío, en esas estampas de mediados del siglo XX que hoy parecen tan lejanas, es un recuerdo de un valor incalculable para Antonio Rodríguez, heredero directo de estas tradiciones campesinas dominicanas.
¿Que apenas sabe escribir su nombre? Poco importa cuando se tiene una memoria prodigiosa, una mente ágil y un talento natural para convertir en poesía las palabras de siempre, cotidianas, comunes, esas que pasan desapercibidas.
La gente lo llama con cariño Tulí y una cosa dicen sus vecinos con seguridad: nadie se aburre si lo tiene al lado. Vive con su mujer y parte de sus hijos en una casita de madera en el corazón de Ranchito, una comunidad de Villa Tapia, en la provincia Hermanas Mirabal, rodeado de flores y cuidado por su mujer, Mercedes Pichardo, a quien enamoró pues, qué creen, con ellas, con las décimas. “Es que dondequiera que pasaba tiraba un piropo”, recuerda hoy Tulí, de 52 años.
Para subsistir se dedica a la agricultura, y para olvidar que la precariedad y la estrechez casi siempre suelen arruinar y malograr la existencia del trabajador, cultiva el arte de decir décimas desde antes de cumplir los seis años. “Ese talento sale de lejos. En la zona donde nacimos, en Las Aromas, mientras la gente trabajaba artesanía y sembraba maní se improvisaban décimas”.
Del campo las décimas pasaron a las escuelas, a los clubes, a los rezos, a los cumpleaños, a la iglesia, a las fiestas patronales y a las actividades sociales de toda Salcedo, como se llamaba la provincia hasta el pasado 20 de noviembre.
Pronto, decir décimas se convirtió en una “profesión”, porque, como dice Tulí, para improvisar hay que estar preparado. No es algo que salga así porque sí. “Eso no es enseñado. Yo la miro a usted y de una vez la describo. Eso es lo que uno vivía de niño y también se vive ahora”. Hay décimas para cada ocasión y de todos los tamaños.
Legendarias son, asegura Tulí, las que dedican a las hermanas Mirabal y las rondas de velas que se daban cuando moría un niño. “Se juntaban decimeros de aquí con los de otro sitio y se fajaban a decirse cosas y así amanecíamos, diciendo décimas”.
Tulí habla de la actualidad con propiedad, de adelantos, de internet. Tenía que mantenerse al día porque trabajó la política con el productor agropecuario Juliancito Abud y le escribió algunas décimas para que las convirtiera en reggeatón. “Fíjese que hasta de las décimas sale un reggeatón”, sonríe, siempre sonríe y le parece poco estar siempre sonriendo. “Todavía no estoy contento, porque me está viendo en trabajo hoy, pero si usted estuviera ahí, en medio de las décimas ¡ay, papá!”
En la sangre
Tulí dice que no hay un método para decir décimas. “Se dicen en cualquier sitio. Las que improviso las voy sacando hasta mirando al personaje. Enseñé a mis hijos a decirlas. Están en el Distrito, en internet, en el mundo”. De seis hijos, la única mujer fue la que mejor heredó su habilidad. Una de las décimas que dicen juntos reza:
Tú dices que sabes mucho
dizque que priva’ en saber
yo quiero que tú me digas
los pelos que tiene un buey
Y su hija responde:
Los pelos que tiene un buey
nadie los puede contar
yo quiero que tú me digas
si en el cielo hay platanal
Y él:
Si en el cielo hay platanal
paguemos nuestras encuestas
yo quiero que tú me digas
quién fue que subió la cepa
Y ella:
Pues si tú quieres saber
quién fue que subió la cepa
pues la cepa allí la subió
la madre naturaleza
El decimero no recuerda la cantidad de décimas que ha dicho, pero con tantos años de producción bien pudiera imprimirse un libro.
Duda un poco, pero la idea no deja de ser llamativa. “Si saco todas las que tengo por ahí y las que voy produciendo cuando viene a ver sale un libro. Pero no, porque para eso hay que sacar tiempo”.
Listín Diario
Domingo 3 de diciembre 2007
5/12/07
Cayo Levantado, entre verdes y azules
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Yaniris López
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A medida que la lancha se aproxima al islote, una sensación de libertad invade la mente del viajero que, desde lejos, intenta descubrir los encantos naturales que celosamente guarda el mayor de los cayos que vigilan el centro de la bahía de Samaná.
El pequeño punto gris y entre tinieblas que se vislumbra desde el pintoresco puerto de Samaná, ahora se torna más verde, más grande, más enigmático, mientras una gigantesca franja de arena blanca hace su aparición, imponente, en un extremo de la isla.
Cuando la barcaza logra anclar y los pasajeros podemos, por fin, pisar el cemento rústico del muelle, el ruidoso chirrido de los cuervos y las palomas marronas hace que el corazón lata con más fuerza, presagiando un día lleno de nuevas emociones, no importa cuántas veces lo hayamos visitado antes.
Entonces, luego de saludar con la mirada el color blanco del único hotel de la isla, el Occidental Cayo Levantado*, una impresionante sabana de grama verde, minúsculas montañas y cientos de cocoteros se abre ante nuestros ojos, bordeando un inmenso mar azul.
Para los que llegan de lejos, el día en Cayo Levantado ha comenzado. Descubrirlo, explorarlo y disfrutarlo es el próximo paso. Las opciones llegan solas…
Nada como empezar con un largo chapuzón en Playa Honda o Playa Bacardi, jugar con la arena y contemplar, a lo lejos, los colores pardos del hotel Gran Bahía, para luego explorar la vegetación breve y húmeda, o recolectar las jícaras de coco olvidadas por los recolectores de basura.
Sentarse en el pequeño muelle a perseguir los planeos de los pelícanos buscando comida o tenderse en la copiosa y bien cuidada grama a escuchar los “gritos” de los cuervos negros entre las ramas, le harán olvidar que existen ciudades, edificios, calles y teléfonos.
Proteger el entorno
Cayo Levantado todavía registra los tiempos imborrables de increíbles historias precolombinas y coloniales. Si no fuera por la presencia en la isla del hotel, las casetas de tablas que sirven de kioskos y las largas hileras de plásticos de colores que hacen las veces de comedores playeros, o porque simplemente la existencia de estos personajes son ya puras leyendas, se diría que el islote da la impresión de esperar, todavía, el regreso de los piratas y corsarios por sus tesoros.
Hay quienes hubiesen preferido que fuera así, aludiendo a los “daños” que la mano del hombre ha provocado en el medio ambiente de la zona.
Debido al impacto negativo que produciría la acumulación de desechos domésticos, líquidos y sólidos en el ecosistema de Cayo Levantado, así como la pesca incontrolada de peces de arrecifes, caracoles y pulpos, muchas voces se han levantado a favor de la conservación del área y protección de sus especies marinas.
El ambiente submarino de la isla, además, debe ser el más adecuado para recibir, dentro de poco, a las más de tres mil ballenas jorobadas que vienen a reproducirse cada año en el Banco de la Plata y en el Santuario durante los meses de diciembre-abril, un espectáculo que atrae a miles de turistas de todo el mundo.
Rey y señor de la Bahía
Ubicado en el litoral nordeste del país, en la Bahía de Samaná, Cayo Levantado es una pequeña porción de terreno de ocho kilómetros cuadrados que se levanta, majestuoso, como rey y señor de la bahía.
Por su atractiva avifauna y flora, la isla es protegida como parque natural. En ella abundan los pelícanos y tijerillas, palomas marronas, cuervos y una gran variedad de lagartos.
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Noviembre 2001
Periódico Hoy
El hotel es administrado, ahora, por Bahía Príncipe
Fotos: Yalo y Bahía Príncipe
23/11/07
Salcedo (Monumento al ego 8)
Al principio –hablo de años atrás- le tenía envidia a su pelo largo y ensortijado que con gracia y galantería sabe tan bien llevar. Y como siempre ocurre, un viaje resulta el “acontecimiento” ideal para dejar atrás los prejuicios y conocer no al artista, ni al gran bailador de gagá y palos que es, sino al ser humano, al gran defensor de la cultura nuestra. Pero la cultura de verdad, la que incluye a Africa, a Haití, la que incluye ritmos, color y costumbres hermosísimos y originales que por mierderías racistas nos obligamos a rechazar. Salve, Roldán.
En la imagen: frente a “Sancocho”, mural de Federico Velásquez en Tenares, provincia Hermanas Mirabal. Foto: Harold Peña, guía de La Ruta de los Murales
En la imagen: frente a “Sancocho”, mural de Federico Velásquez en Tenares, provincia Hermanas Mirabal. Foto: Harold Peña, guía de La Ruta de los Murales
19/11/07
Doña Ana y el secreto de Balaguer
Tiene 71 años y es la portadora de uno de los secretos mejor guardados de la historia dominicana: qué comía el extinto líder y ex presidente Joaquín Balaguer. ¿Lograríamos que lo contara?
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Yaniris López
Lecturas de Domingo/LD
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Todos los caminos de la ciudad de San Juan de la Maguana conducen al “Comedor Ana”, en la calle Anacaona, una cuadra detrás de la Catedral. Allí, una mujer menuda de 71 años, color azabache, impecablemente arreglada y presta a conversar y a sonreír recibe a los comensales que se acercan a probar un sazón natural y exclusivo que sólo ella sabe preparar. Sus especialidades son la guinea criolla guisada, el filete a caballo o miñón (Mignon) y dejar en vilo a los curiosos que le hacen preguntas sobre un tema que ella se empecina en mantener en secreto.
Cuando le preguntan cómo se adueñó del corazón y el estómago de los sanjuaneros, Ana Encarnación suelta un largo “ufff” y dice que hace unos treinta años, cuando llegó desde Elías Piña después de un “diguto con el pai de los hijos”. Y con un marcado acento sureño aclara que antes de convertirse en cocinera de profesión trabajó en la casa de Vinicio Sánchez, papá de la cantante lírica Marianela Sánchez, en San Juan.
Discreta, como las buenas amas de casa de antaño, se niega a decir qué pasó con su esposo en Elías Piña. Sólo asegura que vendió todo y se fue a vivir con sus trece hijos a San Juan, que “sacando sus chelitos” mientras trabajaba para Vinicio “asentó” a sus hijos y nunca puso a trabajar a las hembras, sino que las envió a la escuela, y que ellas y ellos hoy son su orgullo. Trabajan, hay una profesora, un periodista, un teniente ¿o sargento?, algunas se casaron, viven en Suiza, otros en la capital, otros en San Juan.
El discurso puede variar, porque en ocasiones doña Ana confunde la cantidad y el sexo de los hijos. Tres de ellos ya murieron, pero de los diez que le quedan habla con pasión, muy complacida. Con sus ahorros compró un solar, hizo una casa y comenzó el negocio de la comida en el mismo lugar donde se encuentra y por el que pagaba 75 cheles mensuales de alquiler.
“Ahora, desde que la dueña murió, pago mil 600, pero si se les ofrece vender me toca a mí, yo se la compro”, dice contenta refiriéndose a las dos salas unidas por una hilera de madera convertidas en comedor.
La memoria de doña Ana parece incorruptible. Recuerda con exactitud qué sirve en ocasiones especiales y a quién le sirve. “Como a los 15 días vino Freddy Beras Goico con 16 personas. Les preparé filete de pollo, guinea guisada, pollo criollo guisado, moro de guandules, arroz blanco con habichuela, fritos verdes, de todo, ensalada mixta. Eso fue un escándalo, eso fue er diache”.
Todo al natural, sólo con sazones criollos, nada artificial ni aceite malo. Mientras nos enseñaba los fogones y se dejaba fotografiar, fueron saliendo algunas preguntas sueltas, indiscretas.
– Así que aquí era donde usted le preparaba la comida al Presidente. Y díganos, ¿le gustaba el arroz?
– Sí, claro. Un poco solamente, pero había que echárselo en una taza, un poco nada más.
– ¿Y es verdad que no le gustaban las habichuelas?
– ¿Quién dijo? Sí le gustaba, sí le gustaba.
Qué va. Se dio cuenta del juego. Nos mira y se ríe como si tal cosa. Fue lo único que le pudimos sacar.
Y a ella, ¿qué le gusta? Doña Ana transmite sus experiencias culinarias a las chicas de San Juan. Come cualquier cosa, pero su plato favorito es el huevo criollo con plátano y un poco de aceite del bueno. “No cocino con aceite malo”, dice. Ha visitado la capital, pero si le dan a elegir prefiere una visita a Higüey, donde la virgen de la Altagracia.
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Yaniris López
Lecturas de Domingo/LD
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Todos los caminos de la ciudad de San Juan de la Maguana conducen al “Comedor Ana”, en la calle Anacaona, una cuadra detrás de la Catedral. Allí, una mujer menuda de 71 años, color azabache, impecablemente arreglada y presta a conversar y a sonreír recibe a los comensales que se acercan a probar un sazón natural y exclusivo que sólo ella sabe preparar. Sus especialidades son la guinea criolla guisada, el filete a caballo o miñón (Mignon) y dejar en vilo a los curiosos que le hacen preguntas sobre un tema que ella se empecina en mantener en secreto.
Cuando le preguntan cómo se adueñó del corazón y el estómago de los sanjuaneros, Ana Encarnación suelta un largo “ufff” y dice que hace unos treinta años, cuando llegó desde Elías Piña después de un “diguto con el pai de los hijos”. Y con un marcado acento sureño aclara que antes de convertirse en cocinera de profesión trabajó en la casa de Vinicio Sánchez, papá de la cantante lírica Marianela Sánchez, en San Juan.
Discreta, como las buenas amas de casa de antaño, se niega a decir qué pasó con su esposo en Elías Piña. Sólo asegura que vendió todo y se fue a vivir con sus trece hijos a San Juan, que “sacando sus chelitos” mientras trabajaba para Vinicio “asentó” a sus hijos y nunca puso a trabajar a las hembras, sino que las envió a la escuela, y que ellas y ellos hoy son su orgullo. Trabajan, hay una profesora, un periodista, un teniente ¿o sargento?, algunas se casaron, viven en Suiza, otros en la capital, otros en San Juan.
El discurso puede variar, porque en ocasiones doña Ana confunde la cantidad y el sexo de los hijos. Tres de ellos ya murieron, pero de los diez que le quedan habla con pasión, muy complacida. Con sus ahorros compró un solar, hizo una casa y comenzó el negocio de la comida en el mismo lugar donde se encuentra y por el que pagaba 75 cheles mensuales de alquiler.
“Ahora, desde que la dueña murió, pago mil 600, pero si se les ofrece vender me toca a mí, yo se la compro”, dice contenta refiriéndose a las dos salas unidas por una hilera de madera convertidas en comedor.
Una hormiguita y ¿qué comía Balaguer?
Doña Ana trabaja 18 horas al día. Cocina todo el tiempo con la ayuda de dos de sus hijas y otra muchacha de la ciudad. Y hasta le parece poco. “Antes trabajaba desde las seis de la mañana hasta la una de la madrugada, ahora nos estamos yendo más temprano, a las once”.
Comprobamos que no mentía porque al ver nuestra cara de sorpresa se apresuró a responder: “Porque siempre viene mucha gente de noche buscando, ‘regendiendo’ atrás de mí”.
La sencillez del lugar, todo en madera, muy modesto, contrasta con la calidad y los precios de la comida que allí se ofrece. Las primeras tres mesas, que señala como si las hubiese adquirido ayer, se las compró a las monjas y el resto las mandó a hacer. Igual de viejos pero aún funcionales son los fogones o tanques -así les llama- donde le preparaba la comida al ex presidente de la República, Joaquín Balaguer, cuando éste visitaba la región y se hospedaba en la casa que tenía en el municipio de Juan de Herrera, próximo a la ciudad. ¿A Balaguer? Pues sí.
Pero si esperábamos que Ana nos contara algo sobre los enigmáticos hábitos culinarios del extinto líder político nos equivocábamos. A menos, claro, que Xiomara Domínguez, periodista y directora provincial de Cultura de San Juan de la Maguana y una servidora, que el día de la entrevista almorzábamos en el lugar, empleáramos a fondo nuestras dotes como entrevistadoras o, mejor dicho, nuestros posibles encantos de personas simpáticas y muy dulces.
¿Es cierto que comía corazón de tortuga para vivir más? ¿Es cierto que odiaba las habichuelas? ¿Tomaba licor? ¿Qué le gustaba?
“Todo el mundo ha venido por aquí y no, no se lo digo. Es un secreto, no se lo digo a nadie, como dice el anuncio. Ni siquiera a su hermana, que después que él murió vino, no le dije”, dice sonriendo doña Ana. Y como si se burlara de nosotras sigue: “Le preparaba la comida en estos tanques. El chofer me decía dizque Ana, déme la comida pa’ llevarla y yo le decía no, usted no me va a llevar esa comida, no, vamos los dos”.
– Eso quiere decir que Balaguer confiaba mucho en usted -le dijimos.
– Claro –responde.
Ante la insistencia repite que no, que es un secreto y que los secretos no se dicen. Pero siguió torturándonos como si nada: “Un día que Balaguer estaba en El Cercado el chofer quería que le diera la comida para llevarla y yo le dije párese ahí, esto es una cosa de mucha responsabilidad, o yo o usted puede caer preso. Yo la voy a llevar, usted me lleva y yo le llevo la comida. Cogí una bandeja grande y preparé bien esa comida, le dije vámonos, pero no dejé que se me pegara, por si acaso. Porque es un peligro, ¿verdad? Lo podían envenenar”.
Doña Ana trabaja 18 horas al día. Cocina todo el tiempo con la ayuda de dos de sus hijas y otra muchacha de la ciudad. Y hasta le parece poco. “Antes trabajaba desde las seis de la mañana hasta la una de la madrugada, ahora nos estamos yendo más temprano, a las once”.
Comprobamos que no mentía porque al ver nuestra cara de sorpresa se apresuró a responder: “Porque siempre viene mucha gente de noche buscando, ‘regendiendo’ atrás de mí”.
La sencillez del lugar, todo en madera, muy modesto, contrasta con la calidad y los precios de la comida que allí se ofrece. Las primeras tres mesas, que señala como si las hubiese adquirido ayer, se las compró a las monjas y el resto las mandó a hacer. Igual de viejos pero aún funcionales son los fogones o tanques -así les llama- donde le preparaba la comida al ex presidente de la República, Joaquín Balaguer, cuando éste visitaba la región y se hospedaba en la casa que tenía en el municipio de Juan de Herrera, próximo a la ciudad. ¿A Balaguer? Pues sí.
Pero si esperábamos que Ana nos contara algo sobre los enigmáticos hábitos culinarios del extinto líder político nos equivocábamos. A menos, claro, que Xiomara Domínguez, periodista y directora provincial de Cultura de San Juan de la Maguana y una servidora, que el día de la entrevista almorzábamos en el lugar, empleáramos a fondo nuestras dotes como entrevistadoras o, mejor dicho, nuestros posibles encantos de personas simpáticas y muy dulces.
¿Es cierto que comía corazón de tortuga para vivir más? ¿Es cierto que odiaba las habichuelas? ¿Tomaba licor? ¿Qué le gustaba?
“Todo el mundo ha venido por aquí y no, no se lo digo. Es un secreto, no se lo digo a nadie, como dice el anuncio. Ni siquiera a su hermana, que después que él murió vino, no le dije”, dice sonriendo doña Ana. Y como si se burlara de nosotras sigue: “Le preparaba la comida en estos tanques. El chofer me decía dizque Ana, déme la comida pa’ llevarla y yo le decía no, usted no me va a llevar esa comida, no, vamos los dos”.
– Eso quiere decir que Balaguer confiaba mucho en usted -le dijimos.
– Claro –responde.
Ante la insistencia repite que no, que es un secreto y que los secretos no se dicen. Pero siguió torturándonos como si nada: “Un día que Balaguer estaba en El Cercado el chofer quería que le diera la comida para llevarla y yo le dije párese ahí, esto es una cosa de mucha responsabilidad, o yo o usted puede caer preso. Yo la voy a llevar, usted me lleva y yo le llevo la comida. Cogí una bandeja grande y preparé bien esa comida, le dije vámonos, pero no dejé que se me pegara, por si acaso. Porque es un peligro, ¿verdad? Lo podían envenenar”.
La memoria de doña Ana parece incorruptible. Recuerda con exactitud qué sirve en ocasiones especiales y a quién le sirve. “Como a los 15 días vino Freddy Beras Goico con 16 personas. Les preparé filete de pollo, guinea guisada, pollo criollo guisado, moro de guandules, arroz blanco con habichuela, fritos verdes, de todo, ensalada mixta. Eso fue un escándalo, eso fue er diache”.
Todo al natural, sólo con sazones criollos, nada artificial ni aceite malo. Mientras nos enseñaba los fogones y se dejaba fotografiar, fueron saliendo algunas preguntas sueltas, indiscretas.
– Así que aquí era donde usted le preparaba la comida al Presidente. Y díganos, ¿le gustaba el arroz?
– Sí, claro. Un poco solamente, pero había que echárselo en una taza, un poco nada más.
– ¿Y es verdad que no le gustaban las habichuelas?
– ¿Quién dijo? Sí le gustaba, sí le gustaba.
Qué va. Se dio cuenta del juego. Nos mira y se ríe como si tal cosa. Fue lo único que le pudimos sacar.
Y a ella, ¿qué le gusta? Doña Ana transmite sus experiencias culinarias a las chicas de San Juan. Come cualquier cosa, pero su plato favorito es el huevo criollo con plátano y un poco de aceite del bueno. “No cocino con aceite malo”, dice. Ha visitado la capital, pero si le dan a elegir prefiere una visita a Higüey, donde la virgen de la Altagracia.
2/11/07
(...)
Y el sol salió de entre las montañas y bañó con sus rayos 76 mil kilómetros cuadrados de tierra húmeda ahora convertida en lodazal. Y aún con las piernas metidas hasta las rodillas en el agua negra que atravesó su patio, su casa, su alma, los ojos miran al cielo y se preguntan si es cierto que alguien los mira desde lo alto, de entre esas nubes blancas que esperan un bostezo del creador para retorcerse y enviar abajo, a una islita miserable, pobre, ignorada, los residuos de su inanición, todo por culpa de un pecado que él permitió y cuyas consecuencias despliega a cuentagotas, salteadas, por el mundo. ¿Dónde estabas? ¿De paseo? ¿Dormido? ¿En Wall Street? ¿Bajo qué criterios me castigas, si quienes pecaron están contigo ya? Es viernes 2. Los muertos no celebran nada. Es su día pero no lo saben. ¿O es que acaso les tenías una fiesta especial en el firmamento? ¿Cómo harás para borrar los cinco días de angustias, de impotencia, de lágrimas, de desconsuelo, que vivimos los que nos quedamos aquí?
Foto: Juan Santos/Listín Diario
31/10/07
Disculpe, ¿decía, Padre?
La remodelaron en diciembre del año pasado y cuando entras te quedas con la boca abierta. Una no sabe hacia dónde dirigir la vista en la Catedral San Juan Bautista, en San Juan de la Maguana: si es al techo, una bóveda de colores como la nave de Chicken Little te atrae; si es a los lados, arriba, los vitrales te deslumbran; si es al centro, las columnas verde pastel te conquistan; si al altar, ¡vaya, que majestuoso!; si es a las paredes, la vida de Jesús y sus misterios, el santo Rosario y el Vía Crucis te obligan a dejarla clavada en ellos.
- Disculpe, ¿decía algo, Padre? Diría yo más de una vez si me tocara escuchar misa en uno de sus bancos. Y algunos sanjuaneros admiten que al principio fue así.
Cuando le preguntamos a Hanoi Sánchez, arquitecta, síndica de San Juan y responsable de los cambios por qué tantos detalles, tantos adornos, tantos colores, su respuesta fue tan original, sincera y espontánea que Yalo no tuvo más remedio que echarse a reír.
- ¡Porque así soy yo, querida, así soy yo!
26/10/07
San Juan (Monumento al ego 7)
Aquí, con Xiomara Domínguez, en San Juan de la Maguana, con el arco del triunfo -blanco, imponente- del Granero del Sur como telón. Además de gestora cultural y periodista (eh, ah, en fin…) Xío es una viajera innata que disfruta cada ocasión que le brinda la vida para meterse entre los poros, más allá de los ojos y en el medio del corazón cada experiencia que le toca vivir. Fue un honor recorrer junto a ti una de las ciudades más lindas del Sur…
11/10/07
¡Salvemos el Casón!
Este sábado 13 de octubre de 2007, Víctor Víctor y Sonia Silvestre le cantarán al Casón de Sabana de la Mar, con motivo de las fiestas patornales de este municipio de la provincia de Hato Mayor. La invitación nos llega de parte del sitio salvemoselcason.blogspot.
Pero, ¿qué es El Casón? Es "una casa de madera levantada en 1917, propiedad de la familia Messina, que se ha convertido en un símbolo viviente de la cultura y de la historia del pueblo", la describe el mismo site, un espacio creado para promover su conservación. El pueblo quiere convertirla en un centro cultural, y por eso un grupo de jóvenes sabanalamarinos desarrolla actividades con este fin agrupados bajo el nombre “Comité Pro-Centro Cultural Novia de la Bahía”. Un consejo integrado por la urbanista Amparo Chantada, la escritora Chiqui Vicioso y otras personalidades asesoran al grupo de jóvenes en esta tarea.
La cita del sábado es a las 7:00 p.m.
El gingle promocional y todas las informaciones que quieras las encuentras en salvemosalcason.blogspot.com/
Contacto: Marlen Tavárez
Foto: salvemoselcason.blogspot.com
Pero, ¿qué es El Casón? Es "una casa de madera levantada en 1917, propiedad de la familia Messina, que se ha convertido en un símbolo viviente de la cultura y de la historia del pueblo", la describe el mismo site, un espacio creado para promover su conservación. El pueblo quiere convertirla en un centro cultural, y por eso un grupo de jóvenes sabanalamarinos desarrolla actividades con este fin agrupados bajo el nombre “Comité Pro-Centro Cultural Novia de la Bahía”. Un consejo integrado por la urbanista Amparo Chantada, la escritora Chiqui Vicioso y otras personalidades asesoran al grupo de jóvenes en esta tarea.
La cita del sábado es a las 7:00 p.m.
El gingle promocional y todas las informaciones que quieras las encuentras en salvemosalcason.blogspot.com/
Contacto: Marlen Tavárez
Foto: salvemoselcason.blogspot.com
7/10/07
Vuelve “Quisqueya Verde”
El más importante plan de reforestación jamás implementado en el país volverá a llenar de verde los campos y montañas dominicanos. La primera jornada del relanzamiento del Plan Nacional Quisqueya Verde comenzó ayer en los alrededores del Batey Triple Ozama, en la provincia de Monte Plata. Cientos de personas apoyaron la campaña y sembraron unas siete mil plantas en unas 80 tareas de tierra.
La iniciativa y responsabilidad del programa es de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La institución planea sembrar tres millones de plantas de diferentes especies en los próximos tres meses. Para ello han ubicado 15 frentes de reforestación en diferentes zonas. Los invito a darse un paseo por su página web, la más completa y mejor trabajada de todas las páginas oficiales.
La iniciativa y responsabilidad del programa es de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La institución planea sembrar tres millones de plantas de diferentes especies en los próximos tres meses. Para ello han ubicado 15 frentes de reforestación en diferentes zonas. Los invito a darse un paseo por su página web, la más completa y mejor trabajada de todas las páginas oficiales.
21/9/07
Tu Aventura (Monumento al ego 6)
Yalo admite que es indeseable, patética y llorona y una fiel “aborrecedora” de la carrera que estudió. Pero Yalo, a veces, intenta escribir bien...
En esas ocasiones ella envía sus trabajos a Tu Aventura, una página de ciberperiodismo de viajes ideada por Santiago Tejedor que promueve el espíritu aventurero y la cultura de todas partes del mundo, pero muy especialmente la de los pueblos iberoamericanos.
Este año, aprovechando que el Premio Nacional de Prensa Turística Epifanio Lantigua adquiría carácter nacional e incluía entre sus categorías el formato digital, Yalo participó con dos trabajos publicados en Tu Aventura. En el primero, trabajó la historia de don Roque, el señor que lleva 57 años visitando todos los días La Cafetera, en la Zona Colonial; y en el segundo se refirió al "dulce misterio científico" que esconden los vejigazos -realmente las palizas- que dan los diablos en el carnaval de La Vega.
El jurado -presidido por doña Altagracia Salazar- dice que ganó. Por eso Yalo le dedica su premio a todo el equipo de Tu Aventura, a Santi y a todos los monteros dominicanos que leen Ningún está lejos... en RD y que soportan todas sus locuras. Abrazos de finales de septiembre.
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En la imagen captada por Virginia Rodríguez: con los galardonados Javier Noguera (radio), José Rafael Sosa (prensa escrita y gran premio) y Geraldino González (televisión).
17/9/07
Lo que deja la marea
A Hazel
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Bien entrada la mañana, cuando la baja marea obliga al mar a retirarse de los acantilados, una escena algo inusual en el malecón de Puerto Plata, frente a la fortaleza de San Felipe, invita al visitante a pararse frente a los bancos de cemento de la avenida y mirar hacia abajo.
Una enorme plataforma amarilla parecida a una esponja gigante divide el cuerpo de agua del arrecife.
Ya de lejos se pueden ver personas escarbando entre los pequeños pozos que deja el mar en el suelo de mentira.
¿Qué buscarán? ¿Corales? ¿Piedras raras? ¿Algún objeto perdido? ¿Cómo bajaron?
Hago uso del zoom de la cámara para observar mejor. Armados con coladores plásticos de cocina, escafandras, chancletas y cubos, niños y adultos recogen pececitos, camarones y cangrejos dejados por la marea. Nada más. Sólo eso. Padres e hijos ocupados en una actividad que parece llenarlos, divertirlos, y que les toma tiempo. Hasta las tres de la tarde, más o menos, cuando la marea comienza a subir y la esponja desaparece.
El sol, picante, abrasador, insoportable, no parece afectarles. Hay cosas más importantes que merecen su atención: los diminutos presos que no pudieron irse con el agua y que ahora adornarán las peceras o los estanques caseros de las familias puertoplateñas...
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Bien entrada la mañana, cuando la baja marea obliga al mar a retirarse de los acantilados, una escena algo inusual en el malecón de Puerto Plata, frente a la fortaleza de San Felipe, invita al visitante a pararse frente a los bancos de cemento de la avenida y mirar hacia abajo.
Una enorme plataforma amarilla parecida a una esponja gigante divide el cuerpo de agua del arrecife.
Ya de lejos se pueden ver personas escarbando entre los pequeños pozos que deja el mar en el suelo de mentira.
¿Qué buscarán? ¿Corales? ¿Piedras raras? ¿Algún objeto perdido? ¿Cómo bajaron?
Hago uso del zoom de la cámara para observar mejor. Armados con coladores plásticos de cocina, escafandras, chancletas y cubos, niños y adultos recogen pececitos, camarones y cangrejos dejados por la marea. Nada más. Sólo eso. Padres e hijos ocupados en una actividad que parece llenarlos, divertirlos, y que les toma tiempo. Hasta las tres de la tarde, más o menos, cuando la marea comienza a subir y la esponja desaparece.
El sol, picante, abrasador, insoportable, no parece afectarles. Hay cosas más importantes que merecen su atención: los diminutos presos que no pudieron irse con el agua y que ahora adornarán las peceras o los estanques caseros de las familias puertoplateñas...
14/9/07
Cotuí
Es cierto, la provincia dice poco en cuanto a turismo se refiere porque el turismo en la zona no ha sido explotado ni promocionado como sus habitantes quisieran. De Cotuí, la capital, nos llegan ecos de que es el lugar "donde canta la guinea" y de que sus tierras son adecuadas para la agricultura.
Pero hagamos un esfuerzo y averigüemos qué les gusta a los visitantes de la tierra que rinde honor al héroe de La Reconquista, Juan Sánchez Ramírez, ubicada a casi 120 kilómetros al norte de Santo Domingo.
La Presa de Hatillo y "las guácaras"
Es el lago artificial más grande del país y uno de los más grandes de las Antillas, con más de 40 kilómetros cuadrados. En el lugar se organizan torneos de pesca deportiva y se observan miles de patos migratorios que llegan desde Canadá a pasar el invierno.
En esta zona se encuentran las famosas "guácaras taínas", tabernas indígenas de gran importancia arqueológica e históricas. La del Hoyo de Sanabe está ubicada en la montaña Peñón de la Sabana, en el extremo oeste del lago.
Riqueza cultural
- Las fiestas de atabales en honor a San Miguel, el Espíritu Santo y la Virgen de La Altagracia atraen visitantes durante las fiestas patronales y otras épocas del año, especialmente entre mayo y junio.
- Los papeluses y platanuses, personajes principales de las fiestas de carnaval de Cotuí, siguen siendo de los más atractivos y originales de la región. Las caretas son elaboradas con higüero y los trajes con papel y hojas de plátano secas.
- La capital de la provincia, Cotuí, se ha ganado el reconocimiento por sus permanentes actividades culturales a partir de los años 70. José Rincón Mora es su mayor exponente pictórico.
Ecoturismo
- Las sierras de Yamasá y Pietra atraviesan la provincia de noroeste a sureste. El punto de mayor altura, La Navisa, tiene 680 metros, adecuado para la práctica de montañismo y senderismo.
- Los paisajes de la comunidad de Fantino, al noroeste de Cotuí, en el valle de la Vega Real, con sus verdes arrozales y plantaciones de cacao, cítricos y café, nos brindarían excelentes fotografías.
- Los balnearios del río Yuna, que atraviesa la provincia a lo largo de 15 kilómetros y es el segundo más caudaloso del país, son también una refrescante opción.
Foto: La presa de Hatillo en Inagotable.com
Pero hagamos un esfuerzo y averigüemos qué les gusta a los visitantes de la tierra que rinde honor al héroe de La Reconquista, Juan Sánchez Ramírez, ubicada a casi 120 kilómetros al norte de Santo Domingo.
La Presa de Hatillo y "las guácaras"
Es el lago artificial más grande del país y uno de los más grandes de las Antillas, con más de 40 kilómetros cuadrados. En el lugar se organizan torneos de pesca deportiva y se observan miles de patos migratorios que llegan desde Canadá a pasar el invierno.
En esta zona se encuentran las famosas "guácaras taínas", tabernas indígenas de gran importancia arqueológica e históricas. La del Hoyo de Sanabe está ubicada en la montaña Peñón de la Sabana, en el extremo oeste del lago.
Riqueza cultural
- Las fiestas de atabales en honor a San Miguel, el Espíritu Santo y la Virgen de La Altagracia atraen visitantes durante las fiestas patronales y otras épocas del año, especialmente entre mayo y junio.
- Los papeluses y platanuses, personajes principales de las fiestas de carnaval de Cotuí, siguen siendo de los más atractivos y originales de la región. Las caretas son elaboradas con higüero y los trajes con papel y hojas de plátano secas.
- La capital de la provincia, Cotuí, se ha ganado el reconocimiento por sus permanentes actividades culturales a partir de los años 70. José Rincón Mora es su mayor exponente pictórico.
Ecoturismo
- Las sierras de Yamasá y Pietra atraviesan la provincia de noroeste a sureste. El punto de mayor altura, La Navisa, tiene 680 metros, adecuado para la práctica de montañismo y senderismo.
- Los paisajes de la comunidad de Fantino, al noroeste de Cotuí, en el valle de la Vega Real, con sus verdes arrozales y plantaciones de cacao, cítricos y café, nos brindarían excelentes fotografías.
- Los balnearios del río Yuna, que atraviesa la provincia a lo largo de 15 kilómetros y es el segundo más caudaloso del país, son también una refrescante opción.
Foto: La presa de Hatillo en Inagotable.com
4/9/07
El Roco Ki
El Westin Roco Ki Beach & Golf Resort, el complejo de lujo de 327 habitaciones que se construye en Punta Cana, provincia La Altagracia, bien al Este, estará listo para mayo del 2008, informó el grupo hotelero internacional Starwood Hotels & Resort Worldwide.
Como, nos guste o no aparentar o querer aparentar ser ricos, se trata de un monumento turístico que dará que hablar –al margen de nuestros bolsillos- aquí algunos detallitos ofrecidos en conferencia de prensa por su presidente ejecutivo, Nicholas Tawil Fernández, en junio pasado:
- El proyecto tendrá hasta siete resorts, algunos en fase de negociación con reconocidas cadenas internacionales.
- El Banco Europeo de Inversiones aportó un capital de US$24 millones y el Scotiabank inició el pasado 15 de junio los desembolsos de un crédito aprobado de US$61 millones.
- El campo de golf, diseñado por Nick Faldo, está terminado en un 60%, y el resto del complejo tiene cerca del 40%.
- El proyecto está dirigido, oigan bien, para sectores de altos ingresos de República Dominicana
- El complejo proyecta en su primera fase otro resort de lujo y 750 unidades residenciales. En la segunda fase se construirán tres campos de golf y hasta cinco resorts de lujo adicionales. La primera fase contempla el desarrollo de 2.6 millones de metros, la propiedad tiene un total de 10.6 millones de metros.
- Será, dijo Tawil, el primer hotel cinco estrellas (caribeño) operado por una cadena con base en los Estados Unidos.
- NO OPERARÁ CON LA MODALIDAD TODO INCLUIDO
“Seguiremos el modelo hotelero tradicional, que por sus carácteríticas se adapta mejor al hotel de lujo orientado al mercado de alto poder adquisitivo de los Estados Unidos".
- Atractivos: el ya mencionado campo de golf Nick Faldo, un spa, siete restaurantes, cuatro bares, un centro de convenciones con capacidad para 700 personas y un lugar para celebrar bodas al aire libre con vista al mar.
Pregunta personal: Dada mi condición "vidaenollera" por culpa de los viajes, si ahorro de por vida –unos treinta años- para pagar una noche en el Roco Ki, ¿me la negarán?
Respuesta: Con lo ahorrado, querida Yalo, te permitirán mirar de lejos el gazebo de entrada.
Foto: Roco Ki
Como, nos guste o no aparentar o querer aparentar ser ricos, se trata de un monumento turístico que dará que hablar –al margen de nuestros bolsillos- aquí algunos detallitos ofrecidos en conferencia de prensa por su presidente ejecutivo, Nicholas Tawil Fernández, en junio pasado:
- El proyecto tendrá hasta siete resorts, algunos en fase de negociación con reconocidas cadenas internacionales.
- El Banco Europeo de Inversiones aportó un capital de US$24 millones y el Scotiabank inició el pasado 15 de junio los desembolsos de un crédito aprobado de US$61 millones.
- El campo de golf, diseñado por Nick Faldo, está terminado en un 60%, y el resto del complejo tiene cerca del 40%.
- El proyecto está dirigido, oigan bien, para sectores de altos ingresos de República Dominicana
- El complejo proyecta en su primera fase otro resort de lujo y 750 unidades residenciales. En la segunda fase se construirán tres campos de golf y hasta cinco resorts de lujo adicionales. La primera fase contempla el desarrollo de 2.6 millones de metros, la propiedad tiene un total de 10.6 millones de metros.
- Será, dijo Tawil, el primer hotel cinco estrellas (caribeño) operado por una cadena con base en los Estados Unidos.
- NO OPERARÁ CON LA MODALIDAD TODO INCLUIDO
“Seguiremos el modelo hotelero tradicional, que por sus carácteríticas se adapta mejor al hotel de lujo orientado al mercado de alto poder adquisitivo de los Estados Unidos".
- Atractivos: el ya mencionado campo de golf Nick Faldo, un spa, siete restaurantes, cuatro bares, un centro de convenciones con capacidad para 700 personas y un lugar para celebrar bodas al aire libre con vista al mar.
Pregunta personal: Dada mi condición "vidaenollera" por culpa de los viajes, si ahorro de por vida –unos treinta años- para pagar una noche en el Roco Ki, ¿me la negarán?
Respuesta: Con lo ahorrado, querida Yalo, te permitirán mirar de lejos el gazebo de entrada.
Foto: Roco Ki
31/8/07
Don Roque (Monumento al ego 5)
¿Qué decir de don Roque, la figura más querida de La Cafetera, en la Zona Colonial? Cosas que todos saben: que tiene 57 años yendo todos los días a esta cafetería (sí, 57) y 80 y pico de vida. Que es el fundador de los juegos de ajedrez de la calle El Conde. Que trabajó para Oscar de la Renta en los años 70. Que conoció a todos los políticos e intelectuales cuando eran pobres y se tomaban un café allí y muchas otras cosas que pueden leer aquí...
Ah, y que fue un honor para Virginia y Yalo que don Roque gentilmente nos donara un minuto de su entretenido juego de ajedrez para tomarse esta foto con nosotras el pasado jueves 16 de agosto.
Foto: Jaclin Campos
29/8/07
Monumento natural en Montecristi
El "dromedario dormido" es la mayor atracción natural de la provincia de Montecristi, una montaña pelada de tranquilos alrededores y ofertas ecoturísticas.
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Yalo
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Se le conoce como la "loma con forma de camello echado" y no alcanza los 300 metros.
El famoso promontorio, admirado por Cristóbal Colón (primero en hacer referencia a la montaña en su diario de navegación en 1503), forma parte del Parque Nacional Montecristi.
Es la mayor atracción de una de las provincias más viejas de República Dominicana (la villa de San Fernando de Montecristi fue fundada en 1506 a unos 270 kilómetros de Santo Domingo), poseedora de una rica cultura. De lejos no inspira gran cosa.
El Parque Nacional Montecristi apenas tiene unos 550 kilómetros cuadrados pero, según consideraciones de la Secretaría de Medio Ambiente, la roca mayor en forma de zapato que se alza en medio del agua en una de las playas del Morro confieren a la zona una asombrosa peculiaridad.
En sus alrededores, específicamente detrás de la montaña, una playa de arenas rojas y fuerte oleaje casi desierta invita al descanso, mientras la belleza impresionante del color verde azul de la playa de la Bahía del Morro deja a más de uno boquiabierto.
Si quieres llegar a la cima del morro no hay problema. Medio Ambiente construyó una larga escalera que permite llegar hasta la cúspide y un centro de recepción para los visitantes. Para hacer el trayecto más interesante, en sus laderas se construyeron las 14 estaciones de un Vía Crucis. Y si quieres conocer más de la zona, al oeste del Morro están los cayos Siete Hermanos, inmenso refugio de vida silvestre al que se accede por bote y donde se encuentra la mayor población de gaviotas bubis de la isla.
Otras atracciones de la provincia:
- El museo de Máximo Gómez y José Martí
- El reloj público de cuerdas del siglo XIX
- El carnaval de los Toros
- Los esteros navegables cubiertos de mangles
21/8/07
Linda, pero peligrosa
La mayor atracción de Jarabacoa recibe, los fines de semana, la visita de cientos de personas: locales, turistas y nacionales que se trasladan para conocer una de las maravillas del ecoturismo dominicano.
Pero los 40 metros de espuma blanca del Salto de Jimenoa cayendo sobre el río que lleva su nombre no se ven cuando los visitantes arriban a la entrada de la hidroeléctrica del municipio, a cuyas espaldas se encuentra. Está a 10 minutos de caminata. A la izquierda, antes de la caseta de entrada, una valla advierte sobre las reglas del lugar y los peligros que asechan a los bañistas. Pero nadie las lee. Las letras casi no se ven.
Además, las fotografías de las revistas turísticas son tan bonitas que parecería que nada malo puede suceder allí. Entonces llega la primera estocada: hay que pagar veinte pesos para pasar. ¿Cómo? ¿Es área privada? ¿Tiene dueño el Salto? No, pero es para el mantenimiento de los puentes y las instalaciones que acogen a los visitantes. De ello se encarga una compañía que dirige el empresario Gerineldo de los Santos.
¿Por qué no lo hace la Secretaría de Medio Ambiente o Turismo? Porque fue el señor De los Santos el primero en acondicionar el lugar para que fuera apto para visitas y ellos se encargan de darle mantenimiento desde hace unos 20 años, nos dice el seguridad que cobró la entrada. El dinero, si es así, es pagado con gusto. “Por favor, pasen los puentes de cuatro en cuatro, no más, no se balanceen ni jueguen sobre ellos”, advierte el seguridad.
Entonces llega la segunda estocada: los puentes no parecen tan seguros como en las fotografías, las tablas no se ven tan nuevas como para pisar con confianza, algunos tramos de la barandilla no tienen tubos de agarre ni malla ciclónica, y algunos graciosos no se aguantan y los atraviesan antes de que los primeros en partir alcancen la próxima parada segura, provocando el vaivén que tanto nos advirtieron evitar. Superado el pánico que vive hasta el más experto de los ecoturistas, ahora hay que subir escalones de piedra.
No hay problema, es ecoturismo, no un área de playa. El hedor que se filtra de los baños y de otros lugares que se hace imposible ubicar no empaña la vista impresionante del Salto que se abre al lado de la caseta y de una cafetería, atendida por una chica. Y entonces llega la más fea de las estocadas: “Peligro. Prohibido el baño en esta área. La administración”. La gente voltea y busca afanosamente a quién preguntar si es cierto. Nadie puede creer que después de tan largo viaje el esperado baño sea vetado, que el área es “sólo para observación”.
La chica de la cafetería no responde y no aparece un seguridad –y nadie está dispuesto a devolverse- para preguntarle. Hay personas dentro del agua, a lo mejor es una equivocación. Algunos maldicen la pendiente que deben bajar para llegar al lecho del río, la señora Rosa Batista se queja porque ha hecho el viaje en dos ocasiones y en ninguna ha podido bajar, varios padres llegan hasta el final del barranco y elevan a sus hijos por los aires para que otro familiar o amigo, abajo, los “apare”.
Se escucha un grito de terror, el de Mercedes Liriano, al ver que su sobrino, de unos siete años, sale corriendo hasta los palos que bordean el precipicio y sirven de balaustrada. -¡No hay seguridad aquí, esto está abandonado!, se queja. La basura se amontona alrededor de la caseta abarrotada de gente que espera que alguien se pare del banco roto para sentarse. El tiro de gracia lo pone un hombre que llega con una culebra negra de más de un metro para venderla y la deja en exhibición toda la tarde, en espera de un comprador.
Resulta un alivio que muchas personas se hayan quejado de la falta de seguridad en el lugar y de la basura en los alrededores. Yasele Gómez, encargada de la Oficina de Turismo en Jarabacoa, explica que le dan seguimiento a las denuncias de los visitantes y se lo comunican a la empresa encargada. Confirma que la policía turística hace sus patrullajes -se empeña más en fechas especiales-, y que han propuesto la construcción de otra estructura más fuerte para llegar al lugar o que se refuerce la existente.
Foto: Yalo
17/8/07
La Generación (Monumento al ego 4)
¡Qué tiempos!
Oyendo música de Rolling Stones
formando parte de una revolución
cantando el Hare Krisna
viviendo cada noche el amor...
(Perales, El Rincón de Andrés)
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En la imagen, de atrás pa'lante: Yalo, María Isabel, Nodalia y Jaclin, fundadoras de la sección La Generación, del Listín Diario, en un sitio emblemático para ellas: Café El Conde, ayer.
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La foto es de Phillipe Leonor
Pintaron el Consistorial
La verdad es que por muchos años el espacio comprendido entre las columnas y las paredes de piedra del Palacio Consistorial de Santo Domingo (Zona Colonial, Conde esquina Meriño, frente al parque Colón) no era más que un criadero de ratas, refugio de vagabundos y “meadero” público. Ahora está tan bonito, tan pulcro, tan precioso con su color mantecado clarito, tan nítido, que choca verlo. Los más extremistas hasta se pusieron guapos con el cambio. “Sólo necesitaban limpiarlo y alumbrarlo –dicen- no cambiarle su estado original”. ¡Ay, Santo Domingo, palo si boga y palo si no boga!
El palacio, antigua sede del Ayuntamiento "colonial", fue construido entre los años 1502 y 1504 y remodelado entre 1911-1913 por el arquitecto Osvaldo Báez Machado. Hace años funcionaba en el lugar el Banco de Trabajadores, pero ahora el edificio es regentado por el Ayuntamiento del Distrito Nacional y en sus salas se realizan actividades culturales. Ah, la torre tiene nombre: le dicen El Vivaque. Ni idea.
Foto nueva: Yalo
Foto vieja: rsta.pucmm.edu.do
14/8/07
Su primer arte vial
Menos ostentosa que la muestra que Yann Arthus-Bertrand presentó en las verjas del Parque Independencia en el 2004, y con menos cuadros que los presentados por Mercasid con las mujeres vivas más influyentes en la historia dominicana en el mismo parque y en el Duarte de la avenida Venezuela, en la Zona Oriental, la ciudad de Jarabacoa inauguró el 3 de este mes su primera muestra vial. Se llama Sendero de Luz y la organizan el Movimiento Artístico Salamandra y Artistas de la Sierra.
“Quisimos hacerla para recrear a nuestra gente, para disipar y alejarnos un poquito de tanta violencia, de la política y las drogas”, nos dijo la presidenta de Salamandra, Charo Jiménez, cuando “accidental y ocasionalmente” paseábamos por la ciudad de la eterna primavera.
Son unas 30 obras. Lo hicieron vial “para que tanto el que va montado en un carro, en un motor o caminando tenga la oportunidad de apreciar la belleza de las obras. Y la titulamos Sendero de Luz porque trasciende hasta lo espiritual”.
Artistas de renombre como Porfirio Ferrer, Carlos Regalado y Marcos Jorge (Quimbo) cedieron sus pinceles para la muestra, que pueden ver hasta el 21 de agosto en la calle Paseo de los Maestros, en las verjas del colegio de las Hermanas Salesianas.
13/8/07
Jarabacoa (Monumento al ego 3)
8/8/07
¿De viaje?
Una apropiada escultura en relive adorna las paredes de la empresa Caribe Tours, del lado de la Leopoldo Navarro. Muestra a una familia que corre ¿feliz? a tomar el autobús, aunque la guagua no se vea.
Ahora fíjense en la expresión de los rostros de los pequeños. ¿Les parece que van de viaje? ¡Nooooo! "A la guerra, más bien", diría Ronald Weasley. O al baño.
Los chicos lucen aterrados, sacados de una escena de la película "War of the world". Huyéndole a algo o a alguien. ¿Será que se imaginan el servicio, la cafetería y las "comodidades" de la empresa?
Ahora fíjense en la expresión de los rostros de los pequeños. ¿Les parece que van de viaje? ¡Nooooo! "A la guerra, más bien", diría Ronald Weasley. O al baño.
Los chicos lucen aterrados, sacados de una escena de la película "War of the world". Huyéndole a algo o a alguien. ¿Será que se imaginan el servicio, la cafetería y las "comodidades" de la empresa?
6/8/07
Y con ustedes… ¡El Royal Palace!
Sí, el mismo burdel de mala muerte de Carnaval de Sodoma, el libro del escritor dominicano Pedro Antonio Valdez, visto desde la calle, frente a frente a la catedral de La Vega. El edificio que ponía de puntas a los curas de la Inmaculada Concepción por las orgías y desenfrenos que allí ocurrían –según la mente de Valdez, “confesor de curas, santos y demonios"-, se yergue con su tono pastel desafiando el tiempo. Está ubicado en la esquina de las calles Don Antonio Guzmán y Padre Adolfo. La edificación mantiene el glamour de otras décadas, cuando era uno de los hoteles más visitados de la ciudad. Actualmente, la planta baja es ocupada por tiendas y oficinas. En la azotea se siguen realizando actividades culturales (¿?). Cuando una lo ve, afloran los episodios de la novela editada por Alfaguara en el 2002 y llevada al cine por el director Arturo Ripstein en el 2006. Imposible olvidar a la princesa de Jade, a los clientes del bar, al chinito dueño del hotel y su mujer y a Yara, la gata...
Pobre Máximo Gómez
También a él le robaron su espada. Se une en desventura a Gregorio Luperón y Neptuno, que igual fueron desarmados. Seguro que sus espadas y el tridente darán forma ahora a alguna cuerda de piano, una campana, un cable, un arete, cosas más importantes y útiles que el valor ornamental de una estatua.
Y decimos pobre porque ¿qué es de un héroe sin su espada, sin su horquilla, sin su lanza, sin su honda, sin su casco? Está bueno que pase. ¿Cobre y bronce a la intemperie? ¿Cero vigilancia en las plazas? Es mandando a los ladrones a robárselos, ¿no?
Cuando pase frente a la estatua, en la avenida Máximo Gómez con John F. Kennedy, fíjese que hay que ser muy observador para darse cuenta de que la mano del prócer de la Independencia Cubana debe sostener algo. Para los fines, podrían colocar flores…
Y decimos pobre porque ¿qué es de un héroe sin su espada, sin su horquilla, sin su lanza, sin su honda, sin su casco? Está bueno que pase. ¿Cobre y bronce a la intemperie? ¿Cero vigilancia en las plazas? Es mandando a los ladrones a robárselos, ¿no?
Cuando pase frente a la estatua, en la avenida Máximo Gómez con John F. Kennedy, fíjese que hay que ser muy observador para darse cuenta de que la mano del prócer de la Independencia Cubana debe sostener algo. Para los fines, podrían colocar flores…
3/8/07
El monte hermana
No hay dudas de que sí. Además de que hermana te quita la vergüenza. Cuando no tienes más remedio que encuerarte delante de tus compañeros de viaje porque no hay dónde meterse, no te queda más que considerarlos tus hermanos, primos o tíos. ¿Celulitis, estrías, cicatrices? ¡Qué importa cuando tienes que orinar o bañarte en medio de la nada! A menos, claro, que prefieras morir por retención de líquidos o por acumulación de sucio.
En el monte se pasa hambre, el cabello se crispa, las manos y los pies se ponen chuecos, la cara pierde lozanía (adopta tres y cuatro colores juntos), la ropa se ensucia y todo el tiempo una parece acabadita de levantar, o sea, algo parecido a la Bruja del 71. El monte no respeta clases. Las chicas privonas llevan las de perder, porque los guanajos, como no tienen nada que arreglarse, siempre lucen mejor que nosotras. Ahí te das cuenta si es cierto que ella o él te gusta. Ahí piensas que es cierto lo que dijo, una vez, Mark Twain: "La mejor forma de saber si amas u odias a alguien es hacer un viaje con él".
En la imagen: Una tarde muy fría en Compartición, en la cordillera Central, cuatro kilómetos antes de llegar al pico Duarte. (Foto: José García -Indiana-)
30/7/07
Cuando la ciudad se tiñe de rojo...
Todos esperamos algo cada año. Hay quienes se pasan los meses planificando un cumpleaños. Hay quienes se pasan la vida esperando a su media naranja (¡anímate, Manny!). Hay quienes esperan, ansiosos, un concierto, una boda, diciembre, Navidad, Año Nuevo, Semana Santa. Y hay quienes no esperan nada, porque no les gusta esperar. Pero yo digo que también esos esperan algo. Yo me paso todos los días de mi vida esperando que llegue abril y que la ciudad se llene de framboyanes. Abril no sé por qué. A lo mejor porque mi canción favorita es Acuérdate de abril, de Amaury Pérez (te amo, Perales, no vayas a llorar), o porque es el mes más evocador. Y los framboyanes, en los meses de junio, julio y agosto, porque el simple hecho de contemplarlos me llena de dicha. Cuando se acerca el verano, acecho las matas de la avenida San Martín, porque son las primeras en florecer, a veces a finales de mayo. Si tienen flores, me pongo contenta. Significa que pronto toda la ciudad se teñirá de rojo y habrá que voltear para ver cómo refrescan el ambiente. En esos casos, una desearía ser peatón. Sólo en esos casos; y detenerse a tomar fotos y recrear estampas, así como hacen los estadounidenses y los japoneses con sus cerezos en flor.
Los framboyanes más bonitos de la ciudad son los de la cabeza del puente Juan Bosch, algunos del parque Mirador y los de la avenida Las Américas (acepto quejas). Este año descubrí que los framboyanes del Sur son muy coloridos, con pétalos enormes y hojas verdes, y que los de La Vega ya se están poniendo viejos (¡a trabajar, Fausto!). Los he visto rojos, mamey y amarillos. Los amarillos son difíciles de encontrar, pero el más hermoso de todos está en San Pedro de Macorís, en una calle perpendicular al Malecón, varias cuadras antes de llegar a éste; cuando lo ves, te quedas pasmado. El de la foto está ubicado en Puerto Plata.
20/7/07
“¡Agárraselo, agárraselo!” (Monumento al ego 2)
Qué morbo. Es cierto que me gusta besar estatuas y otras cosas locas, pero de ahí a querer… ejem… eso, eso… al David, qué va. Lo que resulta extraño es que fueran precisamente los miembros de una patrulla de la Policía de la ciudad de Puerto Plata los primeros en hacer tan morbosa recomendación. Pasaron justo cuando el amable Waldo me tomaba una foto junto al doble de David y bastó con que vocearan: “¡Agárraselo, agárraselo!” para que to´ el que pasara por ahí me mirara como esperando que, efectivamente, lo hiciera. Otros también vocearon. Pues no, no los complací.
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PD.: No es que no quisiera, che.
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PD.: No es que no quisiera, che.
17/7/07
Guerra en la playa
Volvemos con el maravilloso mundo de los niños. Otra vez la foto fue tomada en Puerto Plata, pero en la playa conocida como “Los Perros”, en el Malecón, al ladito de Long Beach. En esta ocasión los pequeños ya son un poco mayorcitos y sí saben lo que hacen: se pelean, patean, arrastran, jalonean y golpean sin piedad. Es un tres para tres. Nadie está a favor de nadie. Nadie defiende a nadie. El primero que cae corre el riesgo de que los demás lo aplasten. El que queda en el medio sabe que el de arriba también lo aplastará a él. La idea, entonces, es no dejarse golpear pero tratar de golpear al otro lo más que se pueda. Risas y carcajadas en medio del alboroto. ¿Risas? Claro. En esta lucha los golpes no duelen (o se disimulan). Los “estrallones” menos. El “ring” está amortiguado por varios metros de fina arena que ya hubiese deseado para su show el mismísimo Jack Veneno.
¿Dónde está su tridente?
La primerísima impresión, o sea, los primeros dos segundos después de avistarlo, es que se trata de alguien que quiere saltar del montículo al mar. En tres segundos te das cuenta que no, que se trata de una estatua. Si lo ves de lejos tardarás un tiempecito en “descubrir” que va desnudo. Si estás cerca verás que va ladeado, como si bailara o saltara, qué se yo. El lío es que una no sabe a quién honra la escultura que se alcanza a ver desde casi todo el malecón de Puerto Plata. Hasta que preguntas, ni modo. Entonces te dicen: “Ah, es Neptuno. Lo que pasa es que hace tiempo que le robaron el tridente”. (¡Ja, ja, ja!)
27/6/07
¿Cuánto pagarías por ir al baño?
El pasado domingo, cerca de las 7:00 de la noche, luego de "disfrutar" del sol de la una y las dos de la tarde en Bahía de las Aguilas y luego de un almuerzo riquísimo en Pedernales, hicimos una parada en el balneario San Rafael, en Barahona, porque algunos de los chicos que viajaban con los amigos de Desde el Medio Tours se les metió entre ropa y piel que ese chapuzón se lo darían, no importaba la hora.
Fue entonces cuando, a pocos minutos de volver al autobús, a alguien se le ocurrió que quería ir al baño para no tener inconvenientes fisiológicos antes de llegar a la próxima parada, en el parador Cruce de Ocoa. Como no se veían baños por parte, le preguntamos a un moreno bien moreno que descansaba en un tronco de cemento:
- Oye, ¿sabes dónde hay un baño por aquí?
Y él respondió, con su mejor español, por lo que dedujimos que no era dominicano:
- Mira, yo sé dónde hay baños. Yo soy el administrador. Pero, mira, hay que pagar para usar los baños.
- No hay problema, corazón, ¿cuánto debemos pagarte?
- Cien pesos.
Fue entonces cuando, a pocos minutos de volver al autobús, a alguien se le ocurrió que quería ir al baño para no tener inconvenientes fisiológicos antes de llegar a la próxima parada, en el parador Cruce de Ocoa. Como no se veían baños por parte, le preguntamos a un moreno bien moreno que descansaba en un tronco de cemento:
- Oye, ¿sabes dónde hay un baño por aquí?
Y él respondió, con su mejor español, por lo que dedujimos que no era dominicano:
- Mira, yo sé dónde hay baños. Yo soy el administrador. Pero, mira, hay que pagar para usar los baños.
- No hay problema, corazón, ¿cuánto debemos pagarte?
- Cien pesos.
26/6/07
Bahía de las Aguilas (Monumento al ego 1)
¡Bahía es Bahía! Por algo todos se pelean por un pedacito aquí. Vamos, diviértete, Yalo.
Llegará el día (¿dos meses, tres, un año o dos?) cuando ya no podrás hacerlo, a menos que pagues 15,000 pesos a uno de los hoteles que construirán muy pronto en la zona. Eso dicen.
Entonces juega, báñate, respira profundo, soporta a María, toma fotos.
¿No dizque te gusta tomar fotos? Pues ¡venga! Aprevecha y toma todas las que quieras. Disfruta el Sur. ¿No dizque eres una de sus más fervientes defensoras? ¡Demuéstralo! Llegarán esos tiempos en los que soñarás que una vez estuviste aquí...
Llegará el día (¿dos meses, tres, un año o dos?) cuando ya no podrás hacerlo, a menos que pagues 15,000 pesos a uno de los hoteles que construirán muy pronto en la zona. Eso dicen.
Entonces juega, báñate, respira profundo, soporta a María, toma fotos.
¿No dizque te gusta tomar fotos? Pues ¡venga! Aprevecha y toma todas las que quieras. Disfruta el Sur. ¿No dizque eres una de sus más fervientes defensoras? ¡Demuéstralo! Llegarán esos tiempos en los que soñarás que una vez estuviste aquí...
1/6/07
¿Buscas el paraíso? ¡Está en Punta Rucia!
¿Sabes nadar? Practica snorkelling en los arrecifes coralinos de cayo Arena: una experiencia memorable
Yaniris López
El viaje es largo, pesado. Las paradas te obligan a pensar si vale la pena recorrer casi 270 kilómetros desde la capital para sólo disfrutar de unas pocas horas de diversión. Pues sí, lo vale. Visitar Punta Rucia y sus alrededores, que incluyen el pequeño montículo coralino Cayo Arena y parte del Parque Nacional de Montecristi, frente al Atlántico, vale todos los sinsabores que dejan los caminos en mal estado que llevan al "abandonado" pueblito pesquero, el que, muy lejos de inspirar evocadoras estampas, parece sumido en el letargo odioso de los parajes resignados al tiempo.
El sinsabor, sin embargo, dura poco. Al llegar al hotel ecoturístico Cayo Arena Tours, nuestro anfitrión por dos días, los atentos empleados te aseguran que estarás a punto de avistar el más hermoso de los atardeceres y disfrutar de aguas tibias y suaves olas.
Y es cierto. Bajita, enorme, salpicada de botecitos de colores por un extremo y una acuarela de casitas en el otro, la playa de Punta Rucia (hay quienes prefieren Punta Rusia) es ideal para que toda la familia se divierta y olvide el trote citadino. No importa la hora. Es, realmente, un oasis de paz que llega a alcanzar la plenitud cuando, luego de una cena típica, el sueño reparador a orillas del mar, bajo el cobijo de las casas de campañas, nos augura un penco día de emociones.
Y si la playa es bonita, mucho más lo es Cayo Arena, el verdadero motivo de los viajes a este paraje ubicado a 70 kilómetros de la ciudad de Puerto Plata. Muy pocos touroperadores de la capital se animan a hacer el viaje, pero a los turistas que visitan la costa norte les viene incluido como un paquete adicional de los hoteles. Por eso, el grupo que viajaba con los amigos de Brechero.com disfrutó al máximo la aventura.
Solitos en medio del océano
Cayo Arena forma parte del Parque Nacional de Montecristi y es difícil determinar cuántos metros posee, porque las mareas lo hacen muy "visible" o casi "invisible" dependiendo del tiempo. Tony Giacon, guía de Cayo Arena Tours, nos dice que las visitas también dependen del humor de las olas y la marea y que algunas veces hay que suspender los viajes porque simplemente ¡no hay nada que ver!, salvo las siluetas de las seis casetas de palos y cana dispuestas para servir de hospedaje momentáneo.
Pero si el islote está despejado y disponible, al cabo de 20 minutos de navegar a velocidad moderada desde Punta Rusia se adivinan unas horas de pura diversión. ¡Qué inmensa sensación de libertad inspira el islote desde lejos! ¡Cuántas ganas de vivir explotan al saltar del bote y mirar alrededor! La arena es blanca y los tonos del mar entre verdes y azules. Las aguas son tan claras que con buena vista no hace falta usar escafandra para dar de comer a los miles de peces de colores que rodean a los nadadores. Si sabes nadar, el tour incluye sesiones muy completas de snorkelling en los arrecifes coralinos que bordean el cayo: una experiencia memorable que Giacon invita a conocer.
Como se trata de un área protegida, está prohibido dejar desperdicios en el islote. Los touroperadores que llegan hasta aquí recuerdan a los visitantes la importancia de mantener el entorno limpio, cuidar los corales y no tocarlos ni tomarlos como "souvenir".
Casi siempre el tour es completado con un recorrido por un canal de mangles en el Parque Nacional Montecristi, aunque no es posible ver los manatíes que allí habitan porque les temen a los ruidos de los motores de las lanchas. (Ver el show fotográfico)
¿Cuánto cuesta? ¿Cómo llegar?
Los hoteles de la zona ofrecen paquetes que incluyen hospedaje, almuerzo y transporte ida y vuelta a Cayo Arena, distribuidos a solicitud del cliente. Para llegar a Punta Rucia, toma la autopista Duarte. Al llegar al cruce Navarrete-Puerto Plata dobla a la derecha y continúa hasta Imbert, antes de entrar a Imbert doblas a la izquierda en el letrero que indica: “Punta Rusia”. También se puede hacer el viaje desde Montecristi.
La ruta ideal es la siguiente: antes de llegar a Punta Rucia visiten el Parque Histórico La Isabela, la primera ciudad del Nuevo Mundo, allí donde Cristóbal Colón inició la conquista de América por el año 1493. Es mucho más grande y atractiva de lo que muestran las fotografías turísticas. Un chapuzón en la playa La Isabela es el preámbulo perfecto para seguir hasta Punta Rucia. Como las imágenes, a veces, “explican” más que las palabras, les dejo con el show fotográfico del viaje.
Yaniris López
El viaje es largo, pesado. Las paradas te obligan a pensar si vale la pena recorrer casi 270 kilómetros desde la capital para sólo disfrutar de unas pocas horas de diversión. Pues sí, lo vale. Visitar Punta Rucia y sus alrededores, que incluyen el pequeño montículo coralino Cayo Arena y parte del Parque Nacional de Montecristi, frente al Atlántico, vale todos los sinsabores que dejan los caminos en mal estado que llevan al "abandonado" pueblito pesquero, el que, muy lejos de inspirar evocadoras estampas, parece sumido en el letargo odioso de los parajes resignados al tiempo.
El sinsabor, sin embargo, dura poco. Al llegar al hotel ecoturístico Cayo Arena Tours, nuestro anfitrión por dos días, los atentos empleados te aseguran que estarás a punto de avistar el más hermoso de los atardeceres y disfrutar de aguas tibias y suaves olas.
Y es cierto. Bajita, enorme, salpicada de botecitos de colores por un extremo y una acuarela de casitas en el otro, la playa de Punta Rucia (hay quienes prefieren Punta Rusia) es ideal para que toda la familia se divierta y olvide el trote citadino. No importa la hora. Es, realmente, un oasis de paz que llega a alcanzar la plenitud cuando, luego de una cena típica, el sueño reparador a orillas del mar, bajo el cobijo de las casas de campañas, nos augura un penco día de emociones.
Y si la playa es bonita, mucho más lo es Cayo Arena, el verdadero motivo de los viajes a este paraje ubicado a 70 kilómetros de la ciudad de Puerto Plata. Muy pocos touroperadores de la capital se animan a hacer el viaje, pero a los turistas que visitan la costa norte les viene incluido como un paquete adicional de los hoteles. Por eso, el grupo que viajaba con los amigos de Brechero.com disfrutó al máximo la aventura.
Solitos en medio del océano
Cayo Arena forma parte del Parque Nacional de Montecristi y es difícil determinar cuántos metros posee, porque las mareas lo hacen muy "visible" o casi "invisible" dependiendo del tiempo. Tony Giacon, guía de Cayo Arena Tours, nos dice que las visitas también dependen del humor de las olas y la marea y que algunas veces hay que suspender los viajes porque simplemente ¡no hay nada que ver!, salvo las siluetas de las seis casetas de palos y cana dispuestas para servir de hospedaje momentáneo.
Pero si el islote está despejado y disponible, al cabo de 20 minutos de navegar a velocidad moderada desde Punta Rusia se adivinan unas horas de pura diversión. ¡Qué inmensa sensación de libertad inspira el islote desde lejos! ¡Cuántas ganas de vivir explotan al saltar del bote y mirar alrededor! La arena es blanca y los tonos del mar entre verdes y azules. Las aguas son tan claras que con buena vista no hace falta usar escafandra para dar de comer a los miles de peces de colores que rodean a los nadadores. Si sabes nadar, el tour incluye sesiones muy completas de snorkelling en los arrecifes coralinos que bordean el cayo: una experiencia memorable que Giacon invita a conocer.
Como se trata de un área protegida, está prohibido dejar desperdicios en el islote. Los touroperadores que llegan hasta aquí recuerdan a los visitantes la importancia de mantener el entorno limpio, cuidar los corales y no tocarlos ni tomarlos como "souvenir".
Casi siempre el tour es completado con un recorrido por un canal de mangles en el Parque Nacional Montecristi, aunque no es posible ver los manatíes que allí habitan porque les temen a los ruidos de los motores de las lanchas. (Ver el show fotográfico)
¿Cuánto cuesta? ¿Cómo llegar?
Los hoteles de la zona ofrecen paquetes que incluyen hospedaje, almuerzo y transporte ida y vuelta a Cayo Arena, distribuidos a solicitud del cliente. Para llegar a Punta Rucia, toma la autopista Duarte. Al llegar al cruce Navarrete-Puerto Plata dobla a la derecha y continúa hasta Imbert, antes de entrar a Imbert doblas a la izquierda en el letrero que indica: “Punta Rusia”. También se puede hacer el viaje desde Montecristi.
La ruta ideal es la siguiente: antes de llegar a Punta Rucia visiten el Parque Histórico La Isabela, la primera ciudad del Nuevo Mundo, allí donde Cristóbal Colón inició la conquista de América por el año 1493. Es mucho más grande y atractiva de lo que muestran las fotografías turísticas. Un chapuzón en la playa La Isabela es el preámbulo perfecto para seguir hasta Punta Rucia. Como las imágenes, a veces, “explican” más que las palabras, les dejo con el show fotográfico del viaje.
16/5/07
¡Ay, Bahía!
Conversación telefónica
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"Sí, corazón, es cierto, pero tampoco es para tanto, no te rajes a llorar. Yo te entiendo, vida. Sí, lo dijo la Secretaría de Medio Ambiente: no se puede acampar en Bahía de las Aguilas. Yo sé. Pero ellos dicen que son simples normas para regular las visitas a las zonas protegidas.
No, ya no puedes establecer casas de campaña, ni dormir, ni cocinar allí. Sí, es la única zona protegida donde no se puede acampar. Pero, cielo, no hay que llorar por eso. Ahí tienes el valle del Tetero, Constanza, Jarabacoa, el valle de Bao, el pico Duarte, La Pelona... Ahí tienes el "pobre" Este, que, aunque no es la gran cosa para acampar, tiene sus encantos.
Pero, chico, no te pongas así. También es cierto, sí.
El Parque Nacional Jaragua, donde está Bahía de las Aguilas, tiene su horario de visitas: lunes a viernes de 8 a.m. a 6:00 p.m. ¡Pues claro que hay gente que no lo sabe y sigue acampando en la zona! ¡Y otros que lo saben y lo hacen de todas formas!
Es más, me enteré que la verdadera razón de la prohibición es que se acercan grandes... ups, casi lo digo.
Sí, corazón, las agencias siguen programando viajes los fines de semana. No te aflijas, cosa bella. Ya veremos qué hacemos.
¿Qué todavía te resistes a la idea de no poder disfrutar como antes de tu Bahía, de tu rincón favorito, de tu playa sin palmeras, de tus verdes y tus azules, de lo más lindo que hay en Pedernales? Bueno... Ni pa’ tanto ni tan poco... Ok. Abur..."
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"Sí, corazón, es cierto, pero tampoco es para tanto, no te rajes a llorar. Yo te entiendo, vida. Sí, lo dijo la Secretaría de Medio Ambiente: no se puede acampar en Bahía de las Aguilas. Yo sé. Pero ellos dicen que son simples normas para regular las visitas a las zonas protegidas.
No, ya no puedes establecer casas de campaña, ni dormir, ni cocinar allí. Sí, es la única zona protegida donde no se puede acampar. Pero, cielo, no hay que llorar por eso. Ahí tienes el valle del Tetero, Constanza, Jarabacoa, el valle de Bao, el pico Duarte, La Pelona... Ahí tienes el "pobre" Este, que, aunque no es la gran cosa para acampar, tiene sus encantos.
Pero, chico, no te pongas así. También es cierto, sí.
El Parque Nacional Jaragua, donde está Bahía de las Aguilas, tiene su horario de visitas: lunes a viernes de 8 a.m. a 6:00 p.m. ¡Pues claro que hay gente que no lo sabe y sigue acampando en la zona! ¡Y otros que lo saben y lo hacen de todas formas!
Es más, me enteré que la verdadera razón de la prohibición es que se acercan grandes... ups, casi lo digo.
Sí, corazón, las agencias siguen programando viajes los fines de semana. No te aflijas, cosa bella. Ya veremos qué hacemos.
¿Qué todavía te resistes a la idea de no poder disfrutar como antes de tu Bahía, de tu rincón favorito, de tu playa sin palmeras, de tus verdes y tus azules, de lo más lindo que hay en Pedernales? Bueno... Ni pa’ tanto ni tan poco... Ok. Abur..."
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