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27/2/14

¿Y si llenamos la ciudad de robles amarillos?

Es un amarillo tan lindo que la ciudad se vería hermosa si su color engalanara muchos de sus parques, plazas, isletas y aceras.
El roble amarillo (Tabebuia aurea) es una especie introducida, ornamental, idónea para ser plantada en la ciudad: no crece tanto (alcanza entre 6 y 8 metros de altura, así que no interfiere con el cableado urbano), sus raíces no dañan las aceras y sus hojas, pequeñas y alargadas, no obstruyen el alcantarillado. 
Si llenamos con ella la ciudad, con el tiempo celebraríamos el Festival del Roble Amarillo. Para la primavera, cuando florecen, los citadinos caminaríamos bajo su follaje y les tomaríamos fotos embobados. En las provincias organizarían giras para verlos. Sus flores aparecerían en los folletos turísticos como un atractivo a tomar en cuenta y no habría un dominicano que no supiera, al dedillo, todos los detalles de su taxonomía.
Cuando los japoneses se refieran, orgullosos, a sus cerezos en flor, nosotros sonreiríamos disimuladamente y pensaremos en nuestras hileras y poblaciones de robles amarillos que recuerdan, con su fuste irregular, una alocada colmena de diminutos y radiantes soles.

2/2/14

Un país de humedales

Lago Enriquillo, sitio Ramsar
República Dominicana cuenta con el mayor sistema de humedales del Caribe: 4,196 kilómetros cuadrados de superficies que albergan todo tipo de vida.
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Yaniris López
yaniris.lopez@listindiario.com
Santo Domingo
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¿Qué es un humedal? La Convención Ramsar, el único convenio ambiental que se ocupa de la conservación y el uso racional de los humedales en el mundo (Irán, 1971), lo define como una superficie cubierta de agua estancada, permanente o temporal, dulce, salobre o salada, natural o artificial que incluye marismas, pantanos, turberas y extensiones de aguas marinas o praderas de yerbas marinas con una profundidad inferior a seis metros.
Tomando en cuenta esta descripción, República Dominicana es un país de humedales. Según los últimos datos del Inventario Nacional de Humedades realizado por el Ministerio de Medio Ambiente, el país cuenta con alrededor de 2,298 kilómetros cuadrados de humedales naturales y 1,898 kilómetros cuadrados de humedales artificiales, sumando 4,196 kilómetros cuadrados llenos de biodiversidad y hermosas vistas panorámicas.
¿Qué importancia tienen para la vida? Lo explica el Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales de República Dominicana 2012: “Los humedales figuran entre los ecosistemas más productivos de la tierra y son fuentes de gran diversidad biológica, pues aportan el agua y la productividad primaria de la que innumerables especies vegetales y animales dependen para su supervivencia”.
Humedales en Laguna Bávaro y en Hoteles Barceló, La Altagracia

Naturales y artificiales
Los humedales naturales más importantes de República Dominicana son los de los parques nacionales Jaragua, Montecristi y lago Enriquillo e isla Cabritos; los de las lagunas Oviedo, Bávaro, Redonda, Limón y Cabral; y los humedales del Bajo Yuna y del caño Estero Hondo.
El humedal de agua dulce más grande es la laguna Cabral o Rincón.

Humedales en Estero Hondo, al oeste de Puerto Plata
En la llanura arrocera del pozo de Nagua (bajo la influencia del Yuna); en la parte baja del Yaque del Norte y en gran parte del valle de San Juan se localizan los principales humedales artificiales.

Sitios Ramsar
Dado su valor para la biodiversidad y las signifivativas poblaciones de especies que albergan, el lago Enriquillo y la laguna Cabral fueron declarados humedales de importancia internacional o Sitio Ramsar.
El país espera elevar esta categoría a cinco en los próximos años con la incorporación de los humedales del Ozama, del bajo Yuna y del Parque Nacional Jaragua.

Murallas naturales
Los humedales regulan las crecidas, retienen nutrientes, sedimentos y contaminantes; mantienen la cadena alimenticia, estabilizan las condiciones climáticas, controlan la erosión y protegen contra las tormentas.

Humedales de Nigua
Espacios de investigación y recreación

Los humedales son refugios de vida silvestre que atraen a turistas y viajeros amantes del ecoturismo y la observación de aves. La Convención Ramsar sobre los Humedales asegura que “constituyen un recurso de gran valor económico, científico, cultural y recreativo para la comunidad”.

En Nigua

Los siete kilómetros de humedales de Nigua, en San Cristóbal, constituyen el más grande sistema de humedales metropolitano del país. Fue declarado área protegida en 2009.