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12/3/20

La historia de una enorme raíz de caoba


Cada vez que veo las raíces de un tronco de cualquier árbol convertido en arte me acuerdo de don Delio García, artista visual de San Francisco de Macorís (ganador de la Bienal Nacional de Artes Visuales 2015 en la categoría de escultura) y de la grandiosa obra que conserva en el patio de su casa, en el municipio cibaeño.
El tronco de caoba centenaria lo encontró tirado hace 10 años en Monte Negro, una comunidad rural que queda como a 8 kilómetros de San Francisco, nos cuenta.
Lo interesante es cómo desenterró la raíz. 
“Yo monto bici. En un trayecto de esos descubrí el tronco, que lo habían botado. Conversé con el dueño de la finca y le expliqué que me interesaba ese tronco. Él me dijo, como si se tratara de una cosa muy difícil: Si te interesa, llévatelo”.
García le dijo que el lunes siguiente estaría ahí con una brigada para sacar el tronco. Claro, dice, el dueño solo había visto el “bosque” de arriba. No tenía idea de lo que había debajo de la tierra.
“Yo sí me imaginé lo que había abajo. Soy profesor de Biología y conozco sobre la ramificación de algunos árboles, porque según la copa y según el tronco así crecen las raíces. Me imaginé que era un árbol de 25 metros de alto. Ya luego conocí incluso a la persona que lo cortó y me habló del tronco cuando lo tenía aquí. Después instaló una maderera”.


¿En serio se imaginaba las raíces así?, le pregunto.
“Sí. La ramificación de las raíces de acuerdo a la especie es conocida. Yo busqué en algunos catálogos. Esta es una ramificación que da un buen trabajo y sé trabajarla. Llevé una brigada permanente de 3 hombres, desde las 6:00 de la mañana hasta que oscureciera. Yo les llevaba comida. Venía aquí al negocio y así duramos 20 días: una brigada de tres, más yo que me incorporé. Con palas grandes, con picos, con plana de albañil, con cucharitas… porque ahí hay unas raicitas que para salvarlas había que hacer maravillas, para no romperlas. Creo que cada raíz de esa se puede considerar una obra de arte. Mira esa raíz. Después que tenía la excavación hecha, de 5 metros por 4 y 2 para abajo, busqué una motosierra y cortamos las raíces porque ya no podíamos seguir más: íbamos a llegar a la carretera. Entonces lo cortamos y buscamos una grúa, lo enganché por aquí (señala con la mano) con una cadena, lo subimos a la grúa de plataforma, la metimos aquí y la descargamos ahí mismo donde está. Usamos una bomba a presión para quitarle la tierra”.

La pieza de alante, que no es de caoba, le roba el show a la obra.

La obra ya trabajada es una araña (no recuerdo el título que le puso, este encuentro fue en el 2015). La parte de arriba es cabirma y las piezas que están abajo son de diferentes tipos de materiales.
En su casa museo hay más raíces así, salvadas de caer en el olvido. Acá algunas: