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29/2/24

No parece, pero es...

En esta foto, el lago Enriquillo no se parece al lago Enriquillo. Las laderas peladas de las montañas que lo rodean, entre las provincias Independencia y Bahoruco, no inspiran lástima. Parece nieve. El espejo azul rosado de las aguas de esa mañana limpia de diciembre tiene grabada la palabra melancolía. Por un momento, por un breve y lacónico momento, piensas que estás en los Alpes, en algún lugar de los Grandes Lagos, o en alguna islita del mar de Barents. En fin…  

El laberinto verde de la Cueva de las Maravillas

De la administración del lugar se encarga el Patronato Cueva de Las Maravillas. 

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Una experiencia entre paredes vivas que pone a prueba tu paciencia y sentido de la orientación 
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YANIRIS LÓPEZ
yaniris.lopez@listindiario.com
Ramón Santana, ​San Pedro de Macorís

El propósito es que “te pierdas”. Dar vueltas hasta encontrar la palma real en el centro del recuadro parece ser un objetivo secundario.
Pero no se vale visitar la majestuosa Cueva de las Maravillas, en San Pedro de Macorís, y no internarse en el laberinto que, frente a la Autovía del Este, complementa una de las mejores experiencias espeleológicas de República Dominicana.
Un sendero sombreado conduce a la entrada de la plataforma donde se levanta el jardín vertical.

¿Te perdiste? No hay problemas. Un guía asiste desde lo alto a los visitantes en caso de que esto ocurra.

Es un cuadro de 60 x 60 metros. Los muros verdes de fukien tea (Carmona retusa), cuidadosamente podados, cubren la malla ciclónica que los mantiene erguidos y acogen a los visitantes que se internarán esperando ser lo suficientemente astutos como para no necesitar ayuda.
Porque una vez dentro, buscar la palmera no es lo único que importa. Importa también no extraviarse. Todos los sentidos deben concentrarse en ello.
El cascajo gris dificulta la caminata que comienza a hacerse larga. No hay forma de saber si volviste sobre los pasos. Todo luce igual. De lado y lado, solo las paredes verdes de medio metro de ancho.  

Cuando la palmera aparece sobre los muros, dependiendo del lugar del laberinto, sabrás si estás cerca o lejos de alcanzarla.
Al rato, las risas dejan de ser risueñas y espontáneas. Los 1.20 metros destinados a la circulación de las personas no quitan los pensamientos claustrofóbicos de qué pasaría si al final no se contara con un guía que, desde lo alto, auxilie al visitante en caso de necesitarlo.¿Quince, veinte, cuarenta minutos yendo y viniendo? A algunos les toma más, a otros menos. Lo que no puedes hacer, nunca, es devolverte…

El objetivo es encontrar la palma real ubicada en el centro del laberinto. 


SI VAS...

De lugar. El ancho de los arbustos es de medio metro (0.50 m).
El ancho de circulación de las personas es de 1.20 metros.
El recorrido es de 1,632 metros lineales.
Horario. De martes a domingo y días feriados de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. =
Costo de entrada al laberinto: 200 pesos.
Costo de entrada a la cueva: 300 pesos los adultos y 100 los niños.
Qué llevar
: buen calzado, protector solar y buena disposición para perderse.
Cómo llegar. Desde Santo Domingo, tomar la Autovía del Este rumbo a San Pedro de Macorís - La Romana. El lugar está ubicado en el municipio Ramón Santana, unos 15 kilómetros al este del centro de la ciudad de San Pedro y a tres kilómetros de la comunidad El Soco.
Diseño. Durante su inauguración, a finales de 2020, se explicó que su trazado está inspirado en los antiguos laberintos de Irlanda y Escocia. 

Jaclin y Yalo. 


El túnel sombreado que conduce a la plataforma donde está el laberinto.


Fukien tea (Carmona retusa), la especie elegida para los muros verdes.