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29/1/08

“Párate Ahí Tours” (Monumento al ego 11)


Siempre digo que lo único que queda de los viajes son las fotos. Y es cierto. Pero no en esta ocasión. Del 19 al 21 de enero, las fotos no fueron mis favoritas. En ocasiones, no sin cierto dolor en el alma, debo admitir que otras cosas les roban el show. 
Fue placentero llenar casi cinco horas de carretera hasta llegar a la punta de la parte que nos toca como isla, Montecristi, cantando sin parar, hablando de todo y repitiendo un cd hasta agotar las letras o aprendérselas de memoria –y no por falta de otros ejemplares. Porque es cierto que en esta ocasión les sacamos partido a los corales de Cayo Arena, luego de comprobar que la carretera que lleva a Punta Rucia sigue sin dolerle a nadie.
Aprendimos –por fin- a usar el snorkel por más de 10 minutos. Y fue un atrevimiento de lo más “oportuno” sortear las tablas podridas que llevan al Morro y contemplar, desde allí, una de las vistas más espectaculares que nos regala la naturaleza. Orgullo isleño que sale de vez en cuando.
¿Otros más?
Pues… un chin más “guao” que tomar fotos fue compartir con Elixandra, Ismael, Rafael, Lay y Joselito, porque de Naivi, Albida y María no hay mucho que decir. El grupo, por suerte, no anda bien de la cabeza, excusa 1-A para disfrutar de la vida a plenitud.




Llenó más intentar amarrarle los cordones al “Zapato”, cuadrar bien la foto de la luna que aparecía por todos lados y tomar vino en una esquina de la ciudad convertida en parque, ojeando un juego de pelota que esa noche fue "sepulturera” para el equipo azul.
Sí. Al margen de las casas centenarias que se caen a pedazos en Montecristi, de los mosquitos que salían de la nada a consumir carne fresca, y de un parque solitario cuya glorieta son los hierros de un reloj más viejo que el sol, este es un merecido monumento al ego, en el que, claro, no pueden faltar las fotos…





PD.: Lo del nombre “Párate ahí” es porque no importa dónde estemos, el riesgo que corramos, lo malo que esté el camino o lo tarde que se nos haga, si alguien del grupo ve algo que le llame la atención -y esto pasa muy seguido- solo tiene que decir “párate ahí” y el vehículo o los vehículos se detienen y todos –con ánimo, sin preguntar siquiera- bajamos a curiosear, a tomar fotos, a ver el paisaje, a hablar con alguien, a probar algo… Lindo nombre. Parar, seguir, llegar..




3 comentarios:

Ariel Santana dijo...

Por estos predios, el ego tiene todo un museo de monumentos.

Unknown dijo...

Se me alborotaron los deseos por ver mi mar, mis playas y de estar en ese grupo.

Unknown dijo...

Hey siempre es un gusto entrar por aquí.
Saludos