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15/8/14
15/4/09
Los cayos dominicanos: paraísos en miniatura (2)
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Yaniris López
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La diversidad geológica de los cayos que bordean las costas dominicanas nos permiten encontrar en ellos playas, formaciones rocosas, aves, pinos, mangles o nada de vegetación, como ocurre con Cayo Arena, un montículo coralino formado sólo por arena cuyo tamaño varía según el humor de las olas.
Cayos Los Frailes. Le llaman así porque a la distancia parecen frailes vestidos de blanco. Están ubicados 18 kilómetros al noroeste de la isla Beata y al norte de la isla Alto Velo. Forma parte del Parque Nacional Jaragua y es de difícil acceso. Las observaciones, según recomiendan las autoridades, deben hacerse desde el bote.
La Matica. Famoso promontorio ubicado en la playa de Boca Chica, a 500 metros de la costa. Con 200 metros de largo y 50 de ancho, la islita solía albergar una gran cantidad de palomas y durante mucho tiempo se le llamó así: isla Paloma. Hoy día, las garzas pueblan el lugar. Próximo a La Matica está la isla La Piedra, de 780 metros de largo y 330 de ancho. En los alrededores de ambas islitas se practica buceo y deportes acuáticos.
Cayo Levantado. Es el más grande de los cayos que bordean las costas interiores
de la bahía de Samaná y el más explotado del país en el área turística. Antiguo
refugio de piratas y corsarios, cuenta con 8 kilómetros cuadrados y unos 450
metros de costa arenosa, así como una atractiva plataforma de arrecifes y
yerbas marinas. Cientos de turistas lo visitan cada año y muchos más en los
últimos meses, con la llegada de cruceros semanales a sus aguas cristalinas y
playas paradisíacas. Las caminatas y la práctica de snorkell forman parte de
las actividades que se pueden realizar en la zona, que cuenta con facilidades
de hospedaje y restaurantes. Las agencias de viajes programan excursiones
regulares a la isla.
Cayo del Puente. Localizado frente a la ciudad de Santa Bárbara de Samaná, es
el único de los cayos dominicanos que se comunica con tierra firme a través de
un puente. Su silueta y la del puente forman parte de las postales de la bahía
de Samaná y desde su playa, de suave oleaje, se obtiene una hermosa vista de la
bahía y de la ciudad.
De interés. Los cayos son islas pequeñas casi siempre deshabitadas y arenosas. En el país hay más de 100, entre cayos e islotes, distribuidos en todas las regiones: norte, sur y este. La mayor cantidad se concentra en la bahía de Samaná y el noroeste de la provincia Montecristi. ¿Te interesa el tema? La guía “Islas, cayos e islotes de República Dominicana”, editada por la Secretaría de Estado de Turismo, con datos e investigaciones del periodista Geraldino González, contiene muchas informaciones de interés.
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Cayos dominicanos: paraísos en miniatura (1)
Yaniris López
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La diversidad geológica de los cayos que bordean las costas dominicanas nos permiten encontrar en ellos playas, formaciones rocosas, aves, pinos, mangles o nada de vegetación, como ocurre con Cayo Arena, un montículo coralino formado sólo por arena cuyo tamaño varía según el humor de las olas.
Cayos Los Frailes. Le llaman así porque a la distancia parecen frailes vestidos de blanco. Están ubicados 18 kilómetros al noroeste de la isla Beata y al norte de la isla Alto Velo. Forma parte del Parque Nacional Jaragua y es de difícil acceso. Las observaciones, según recomiendan las autoridades, deben hacerse desde el bote.
La Matica. Famoso promontorio ubicado en la playa de Boca Chica, a 500 metros de la costa. Con 200 metros de largo y 50 de ancho, la islita solía albergar una gran cantidad de palomas y durante mucho tiempo se le llamó así: isla Paloma. Hoy día, las garzas pueblan el lugar. Próximo a La Matica está la isla La Piedra, de 780 metros de largo y 330 de ancho. En los alrededores de ambas islitas se practica buceo y deportes acuáticos.
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Cayo Levanado, en la costa sur de la Bahía de Samaná |
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Cayitos en la bahía y Cayo del Puente en Santa Bárbara; Cayo Ballena en Las Terrenas . |
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Montículo frente a la Ciudad de Puerto Plata, con la estatua de Neptuno. Foto tomada en 2007. |
De interés. Los cayos son islas pequeñas casi siempre deshabitadas y arenosas. En el país hay más de 100, entre cayos e islotes, distribuidos en todas las regiones: norte, sur y este. La mayor cantidad se concentra en la bahía de Samaná y el noroeste de la provincia Montecristi. ¿Te interesa el tema? La guía “Islas, cayos e islotes de República Dominicana”, editada por la Secretaría de Estado de Turismo, con datos e investigaciones del periodista Geraldino González, contiene muchas informaciones de interés.
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Cayo del Puente, en Samaná |
Yaniris López
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Cientos de cayos e islotes rodean las costas dominicanas. Algunos parecen perfectos conos de helado; otros, dudosos sacerdotes vestidos de blanco. Son paraísos en miniatura que atraen por sus singulares características: espacios pequeños y casi todos deshabitados que guardan entre las aguas que los rodean o la vegetación de sus rocas y tierra peculiares ecosistemas de gran valor ecológico para el país.
Mientras Cayo Levantado, La Matica y Cayo Arena acaparan la mayor cantidad de visitas, los Cayos 7 Hermanos concentran la mayor flora y fauna, y Cayo Los Frailes, la más espectacular formación rocosa. Los pájaros tienen un favorito, y la playa que bordea el más cercano a la ciudad de Samaná parece un lago.
¿Qué hacer en un cayo? Además de la observación de aves, enormes plataformas de arrecifes de coral rodean casi todos los islotes del país, invitando a la exploración submarina y a la práctica de buceo y vela. Las reglas para visitarlos se siguen con rigor, sobre todo porque muchos están ubicados en áreas protegidas.
Cayos de Montecristi. El último tramo de la autopista Duarte concluye frente a Cayo Zapato o El Fraile, uno de los puntos más visitados y fotografiados de la provincia de Montecristi. Desde lo alto de El Morro se observa claramente la silueta de la isla Cabra, que se utiliza como salina, y al oeste del dromedario dormido comienzan a sucederse los cayos Siete Hermanos, una especie de archipiélago de gran importancia ecológica y ecoturística, debido a la gran cantidad de aves migratorias, mangles, arrecifes y fauna marina que concentran.
Se llaman Tururú, Monte Chico, Monte Grande, Terrero, Ratas, Muertos y Arenas. En cayo Ratas o Pablillo se mantiene en pie un faro que antaño guiaba a los navegantes, cuando las costas de Montecristi figuraban entre las más importantes del país.
Cayo de los Pájaros. Rodeado de cientos de mogotes, este cayo es una parada obligada para los visitantes que se acercan a conocer los atractivos del Parque Nacional Los Haitises. Cientos de pájaros, algunos exhibiendo particulares y grandes bolsas rojas en el pecho (fragatas), revolotean todo el tiempo sobre los arbustos. Todavía no se sabe por qué los pájaros del Parque lo prefieren, cuando disponen de más de 60 cayos y mogotes para disfrutar.
Cayo Arena. Formado solo por arena, es uno de los puntos favoritos del país para la práctica de buceo y snorkel. Ubicado en los límites costeros de las provincias Puerto Plata y Montecristi, 20 minutos en bote lo separan del pueblito de Punta Rucia, de donde zarpan las embarcaciones y donde funcionan touroperadores que ofrecen servicio de comida y hospedaje a los visitantes. La carretera de acceso está en muy malas condiciones.
De interés: Los cayos son islas pequeñas casi siempre deshabitadas y arenosas. En el país hay más de 100, entre cayos e islotes, distribuidos en todas las regiones. La mayor cantidad se concentra en la bahía de Samaná y el noroeste de la provincia Montecristi. ¿Te interesa el tema? La guía “Islas, cayos e islotes de República Dominicana”, editada por la Secretaría de Estado de Turismo, con datos e investigaciones del periodista Geraldino González, contiene muchas informaciones de interés.
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5/12/07
Cayo Levantado, entre verdes y azules

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Yaniris López
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A medida que la lancha se aproxima al islote, una sensación de libertad invade la mente del viajero que, desde lejos, intenta descubrir los encantos naturales que celosamente guarda el mayor de los cayos que vigilan el centro de la bahía de Samaná.
El pequeño punto gris y entre tinieblas que se vislumbra desde el pintoresco puerto de Samaná, ahora se torna más verde, más grande, más enigmático, mientras una gigantesca franja de arena blanca hace su aparición, imponente, en un extremo de la isla.
Cuando la barcaza logra anclar y los pasajeros podemos, por fin, pisar el cemento rústico del muelle, el ruidoso chirrido de los cuervos y las palomas marronas hace que el corazón lata con más fuerza, presagiando un día lleno de nuevas emociones, no importa cuántas veces lo hayamos visitado antes.
Entonces, luego de saludar con la mirada el color blanco del único hotel de la isla, el Occidental Cayo Levantado*, una impresionante sabana de grama verde, minúsculas montañas y cientos de cocoteros se abre ante nuestros ojos, bordeando un inmenso mar azul.
Para los que llegan de lejos, el día en Cayo Levantado ha comenzado. Descubrirlo, explorarlo y disfrutarlo es el próximo paso. Las opciones llegan solas…
Sentarse en el pequeño muelle a perseguir los planeos de los pelícanos buscando comida o tenderse en la copiosa y bien cuidada grama a escuchar los “gritos” de los cuervos negros entre las ramas, le harán olvidar que existen ciudades, edificios, calles y teléfonos.
Proteger el entorno
Cayo Levantado todavía registra los tiempos imborrables de increíbles historias precolombinas y coloniales. Si no fuera por la presencia en la isla del hotel, las casetas de tablas que sirven de kioskos y las largas hileras de plásticos de colores que hacen las veces de comedores playeros, o porque simplemente la existencia de estos personajes son ya puras leyendas, se diría que el islote da la impresión de esperar, todavía, el regreso de los piratas y corsarios por sus tesoros.
Hay quienes hubiesen preferido que fuera así, aludiendo a los “daños” que la mano del hombre ha provocado en el medio ambiente de la zona.
Debido al impacto negativo que produciría la acumulación de desechos domésticos, líquidos y sólidos en el ecosistema de Cayo Levantado, así como la pesca incontrolada de peces de arrecifes, caracoles y pulpos, muchas voces se han levantado a favor de la conservación del área y protección de sus especies marinas.
El ambiente submarino de la isla, además, debe ser el más adecuado para recibir, dentro de poco, a las más de tres mil ballenas jorobadas que vienen a reproducirse cada año en el Banco de la Plata y en el Santuario durante los meses de diciembre-abril, un espectáculo que atrae a miles de turistas de todo el mundo.
Rey y señor de la Bahía
Ubicado en el litoral nordeste del país, en la Bahía de Samaná, Cayo Levantado es una pequeña porción de terreno de ocho kilómetros cuadrados que se levanta, majestuoso, como rey y señor de la bahía.
Por su atractiva avifauna y flora, la isla es protegida como parque natural. En ella abundan los pelícanos y tijerillas, palomas marronas, cuervos y una gran variedad de lagartos.
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Noviembre 2001
Periódico Hoy
El hotel es administrado, ahora, por Bahía Príncipe
Fotos: Yalo y Bahía Príncipe
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