“Semana Santa 2016 es para conquistar el pico Duarte (3,087 metros sobre el nivel del mar) por la ruta más bonita del Parque Nacional J. Armando Bermúdez: entrando
por Mata grande y saliendo por La Ciénega de Jarabacoa. Dos rutas en una misma
excursión (5 días y 4 noches)”.
La invitación es del experimentado excursionista Manuel Peralta Ureña, quien
cada año organiza viajes a la montaña más alta del Caribe.
“Podrás conocer La Guácara, el río Bao, La Cuchilla, el valle de Bao, La Pelona,
entre otros puntos de esta ruta, conviviendo con la naturaleza”, dice Peralta.
La salida está pautada para el miércoles Santo (23 de marzo) a las 12:00 del
mediodía, para regresar el domingo 27.
La aventura incluye traslado desde Santo Domingo a Mata Grande, traslado desde
La Ciénega a Santo Domingo, casas de campañas, mulos para transportar el
equipaje, mulo de emergencia, permisos de entradas al parque, staff experimentado,
guías forestales de Medio Ambiente, charla orientadora, todas las comidas en la
loma, café y té en la fogata. Si te interesa, escríbele a Peralta a manuelpu33@gmail.com
Buscar en el blog
30/1/16
28/1/16
La oruga glotona
Qué interesante lo que aprendes de las criaturas con las que te topas en los montes. Como esta información que encontré en Wiki (ver aquí) de una oruga de lo más pintoresca (Pseudosphinx tetrio) que fotografiamos en la sierra Martín García, entre Azua y Barahona.
“La oruga tiene rayas de color amarillo y negro por el cuerpo, la cabeza y las patas rojizas y una antena en la parte trasera. Recibe el nombre común de "oruga glotona" debido a que puede comer cantidades astronómicas; en 24 horas puede comer el doble de su peso. Esta especie consume las hojas de la planta Plumeria alba y de la Allamanda, árboles que puede defoliar en unos cuantos días. Después se transforma en pupa y finalmente se convierte en una polilla de color gris-café con grandes ojos negros”.
27/1/16
El Mogote, una loma subestimada
El Mogote, al fondo, visto desde el parque Duarte de la ciudad. |
Yaniris
López
Jarabacoa, La Vega
-----
Jarabacoa, La Vega
-----
Es la loma insignia de Jarabacoa, un orgullo geológico que se alza sobre los
1,560 metros sobre el nivel del mar y se alcanza a ver desde cualquier punto de
la ciudad.
Es, también, el mayor reto ecoturístico entre sus ofertas de trekking o senderismo.
Una vez en el centro del municipio, solo faltarían unos 865 metros para llegar a la cima, odisea que se completa en un recorrido de 3.5 kilómetros.
Con dos subidas al pico Duarte, a 3,087 metros sobre el nivel del mar y una ruta de 28 kilómetros para coronarlo, El Mogote sería pan comido. Sí, eso piensa el senderista la primera vez que intenta conquistarlo. ¿Y con qué se topa?
La subida comienza en el costado izquierdo de la entrada al Monasterio Cisterciense Santa María del Evangelio, seis kilómetros al sur de la ciudad. Si se está en buena forma, el viaje puede completarse en tres horas, si no, serán necesarias cuatro. De todas formas, hay que tomarse unos minutos para calentar los músculos.
Es, también, el mayor reto ecoturístico entre sus ofertas de trekking o senderismo.
Una vez en el centro del municipio, solo faltarían unos 865 metros para llegar a la cima, odisea que se completa en un recorrido de 3.5 kilómetros.
Con dos subidas al pico Duarte, a 3,087 metros sobre el nivel del mar y una ruta de 28 kilómetros para coronarlo, El Mogote sería pan comido. Sí, eso piensa el senderista la primera vez que intenta conquistarlo. ¿Y con qué se topa?
La subida comienza en el costado izquierdo de la entrada al Monasterio Cisterciense Santa María del Evangelio, seis kilómetros al sur de la ciudad. Si se está en buena forma, el viaje puede completarse en tres horas, si no, serán necesarias cuatro. De todas formas, hay que tomarse unos minutos para calentar los músculos.
Camino que conduce a la falda de El Mogote. |
¡Y a subir!
Pasan de las 10:30 de la mañana. Los primeros metros por un sendero llano franqueado por arbustos bajos de un verde intenso, altos pinos y árboles cuyos nombres seguro que conoce el guardaparques, auguraban una gran aventura. Y así fue, pero porque la felicidad duró poco.
El camino subía y subía y casi nunca dejó de subir. El corazón, que no se esperaba pendientes tan pronunciadas ni se preparó lo suficiente considerando los pocos metros que tenía que escalar, comenzó a sofocarse. Una opresión en el pecho que las grandes bocanadas de aire puro no lograban reducir recomendó más de una vez desistir del ascenso.
Coronar El Mogote es una excursión famosa entre los estudiantes de bachillerato que celebran en Jarabacoa convivencias y retiros espirituales.
Nuestro guía, cuyo nombre obviaremos para no afectar su reputación ni el de la agencia de viajes local que organizó el ascenso, no podía creer que alguien se rindiera con apenas 150 metros recorridos.
¡Qué vergüenza!
Él, dijo, había olvidado las veces que ha subido y bajado El Mogote, y se ufanaba diciendo que podía hacerlo -subir o bajar- en una hora y media. Hastiado sin decirlo de la haraganería de la viajera, la dejó a su suerte en más de una ocasión.
Pasan de las 10:30 de la mañana. Los primeros metros por un sendero llano franqueado por arbustos bajos de un verde intenso, altos pinos y árboles cuyos nombres seguro que conoce el guardaparques, auguraban una gran aventura. Y así fue, pero porque la felicidad duró poco.
El camino subía y subía y casi nunca dejó de subir. El corazón, que no se esperaba pendientes tan pronunciadas ni se preparó lo suficiente considerando los pocos metros que tenía que escalar, comenzó a sofocarse. Una opresión en el pecho que las grandes bocanadas de aire puro no lograban reducir recomendó más de una vez desistir del ascenso.
Coronar El Mogote es una excursión famosa entre los estudiantes de bachillerato que celebran en Jarabacoa convivencias y retiros espirituales.
Nuestro guía, cuyo nombre obviaremos para no afectar su reputación ni el de la agencia de viajes local que organizó el ascenso, no podía creer que alguien se rindiera con apenas 150 metros recorridos.
¡Qué vergüenza!
Indi subiendo. A la derecha: una de las pendientes más traicioneras. |
Él, dijo, había olvidado las veces que ha subido y bajado El Mogote, y se ufanaba diciendo que podía hacerlo -subir o bajar- en una hora y media. Hastiado sin decirlo de la haraganería de la viajera, la dejó a su suerte en más de una ocasión.
Ahora
tocaba subir por orgullo. Son apenas 3.5 kilómetros, se animaba el
cerebro.
Las consultas previas al viaje se reducen a estos mensajes: “Lleva naranja para comer, no sabemos por qué pero reaniman”. “No te lleves de los guías, que dicen que es fácil”. “Pero si has subido el pico Duarte lo conseguirás de una vez”.
¿Por qué cuesta tanto?
Lo complicado de subir El Mogote son las pendientes, algunas tan inclinadas (hasta 50 grados) que da la sensación de que en cualquier momento el viajero rodará camino abajo.
Las raíces, los tallos de las enredederas y las ramas de los arbustos sin espinas (el rabillo del ojo se hace experto identificándolos a tiempo) son los mejores aliados para empinar el cuerpo y ganar metros. Y unas buenas botas que aseguren la tracción, por supuesto.
Las grietas –de tierra o piedra– son tan pronunciadas en algunos tramos que el excursionista tiene que hacer, literalmente, alpinismo con las manos.
¿Resumen? Subir El Mogote es parecido a alcanzar el último descanso de un edificio de 10 plantas subiendo los peldaños de la escalera de dos en dos. O de tres en tres. Imaginen el esfuerzo que tienen que hacer las piernas.
A eso súmenle lo descuidado que está el sendero, y el exceso de maleza que corta el paso y hiere las caras y los brazos al descubierto. Pero eso también forma parte de la aventura.
El punto de descanso también luce abandonado y lleno de desperdicios. El guía aprovecha para decir que ni Medio Ambiente, ni Turismo ni el Clúster Ecoturístico de Jarabacoa le prestan atención a la loma, pese a que lo promueven como uno de los atractivos del municipio.
Las consultas previas al viaje se reducen a estos mensajes: “Lleva naranja para comer, no sabemos por qué pero reaniman”. “No te lleves de los guías, que dicen que es fácil”. “Pero si has subido el pico Duarte lo conseguirás de una vez”.
¿Por qué cuesta tanto?
Lo complicado de subir El Mogote son las pendientes, algunas tan inclinadas (hasta 50 grados) que da la sensación de que en cualquier momento el viajero rodará camino abajo.
Las raíces, los tallos de las enredederas y las ramas de los arbustos sin espinas (el rabillo del ojo se hace experto identificándolos a tiempo) son los mejores aliados para empinar el cuerpo y ganar metros. Y unas buenas botas que aseguren la tracción, por supuesto.
Las grietas –de tierra o piedra– son tan pronunciadas en algunos tramos que el excursionista tiene que hacer, literalmente, alpinismo con las manos.
¿Resumen? Subir El Mogote es parecido a alcanzar el último descanso de un edificio de 10 plantas subiendo los peldaños de la escalera de dos en dos. O de tres en tres. Imaginen el esfuerzo que tienen que hacer las piernas.
A eso súmenle lo descuidado que está el sendero, y el exceso de maleza que corta el paso y hiere las caras y los brazos al descubierto. Pero eso también forma parte de la aventura.
El punto de descanso también luce abandonado y lleno de desperdicios. El guía aprovecha para decir que ni Medio Ambiente, ni Turismo ni el Clúster Ecoturístico de Jarabacoa le prestan atención a la loma, pese a que lo promueven como uno de los atractivos del municipio.
Hay que seguir...
Poco a poco
el corazón se acostumbra a la altura y el ritmo cardiaco se normaliza. El aire
puro llena los pulmones, la cabeza, todo el cuerpo…
A falta de naranjas, las frambuesas silvestres son un verdadero festín. A lo lejos se oye el rumor de una cascada. Todo marcha bien.
Contemplar los bosques espesos, la biodiversidad de la loma y el paisaje verde de Jarabacoa desde lo alto de los miradores alegran el espíritu aventurero, que se olvida del guía, ahora sorprendido por el ánimo y avance de su floja compañera de trayecto.
Entonces comenzó a llover. Un poco más de la mitad del camino y las gotas, espesas y oscuras, se adueñaron del paisaje y del resplandor del mediodía. Se sabe que en esta zona de la Cordillera Central las lluvias suelen ser constantes e impredecibles y por eso hay que tomar muy en cuenta los boletines climáticos. Muchos viajes al Mogote se cancelan por este motivo a lo largo del año.
Las riadas comenzaron a formarse y la niebla a cubrirlo todo. El guía, que tiene que parar cada cierto tiempo para asegurarse de que una sigue con vida, dice que todo será más fácil una vez se pasa El Mogotico, la loma hermana que sirve de sub-cima a El Mogote. También confesó que sabía que habían pronosticado lluvias, pero que no esperaba que sería para tanto.
A cuatro horas de iniciado el ascenso, fue un alivio divisar la casita del guardaparques y la corroída torre de vigilancia de la loma.
A falta de naranjas, las frambuesas silvestres son un verdadero festín. A lo lejos se oye el rumor de una cascada. Todo marcha bien.
Contemplar los bosques espesos, la biodiversidad de la loma y el paisaje verde de Jarabacoa desde lo alto de los miradores alegran el espíritu aventurero, que se olvida del guía, ahora sorprendido por el ánimo y avance de su floja compañera de trayecto.
Entonces comenzó a llover. Un poco más de la mitad del camino y las gotas, espesas y oscuras, se adueñaron del paisaje y del resplandor del mediodía. Se sabe que en esta zona de la Cordillera Central las lluvias suelen ser constantes e impredecibles y por eso hay que tomar muy en cuenta los boletines climáticos. Muchos viajes al Mogote se cancelan por este motivo a lo largo del año.
Las riadas comenzaron a formarse y la niebla a cubrirlo todo. El guía, que tiene que parar cada cierto tiempo para asegurarse de que una sigue con vida, dice que todo será más fácil una vez se pasa El Mogotico, la loma hermana que sirve de sub-cima a El Mogote. También confesó que sabía que habían pronosticado lluvias, pero que no esperaba que sería para tanto.
A cuatro horas de iniciado el ascenso, fue un alivio divisar la casita del guardaparques y la corroída torre de vigilancia de la loma.
Una vez arriba
El guardaparques no estaba. Decenas de gallinas y gallos hambrientos recibieron a los tres empapados excursionistas. Nada, a compartir la comida con ellos.
La cima de El Mogote es mucho más amplia de lo que se pueda esperar. Es perfecta para acampar y eso precisamente es lo que recomiendan los guías. Si no llueve, claro.
Desde lo alto, en días diáfanos se obtienen vistas espectaculares de la ciudad de Jarabacoa y de la Cordillera Central.
Como el agua no paraba y la niebla cubría todo, la estadía en la cima duró menos de 20 minutos. Hubo incluso que elegir una ruta alterna para bajar (más larga pero menos tortuosa que la oficial) para evitar las pendientes enlodadas de la víspera.
La lluvia nos acompañó todo el tiempo y a cuatro horas y media de iniciado el descenso, a las 6:41 p.m., apareció la puerta de hierro del Monasterio. Adiós, Mogote.
Fácil, dicen…
Para los jarabacoenses, subir El Mogote es como comerse un helado, pero procuran no hacer comentarios despectivos del viajero que asegura, tras una primera visita, que nunca lo volverá a subir.
Joel, un taxista local, ha subido tres veces; y Juan Luis Vicioso, recepcionista del Hostal Jarabacoa, en el centro, lo ha hecho en siete ocasiones. Ambos repiten, casi con las mismas palabras, la siguiente frase: “La primera vez que subí casi lloré, y juré que no volvía más”.
Pensándolo bien, no estaría mal ascender de nuevo en un día con sol...
Cómo llegar. Tomar la carretera Jarabacoa-Manabao y doblar a la izquierda en el camino señalado que conduce al Monasterio Cisterciense.
¿Con quién subir? Con amigos que conozcan el camino y agencias locales que se encargan de armar el viaje. Desde Santo Domingo, los chicos de Guías de Altura programan viajes a esta loma, aunque suelen cancelarlo a menudo debido a las condiciones del tiempo.
Recomendaciones para visitantes primerizos o poco dados al senderismo:
- Cualquier época del año es adecuada para subir El Mogote, pero prefieran los meses de poca lluvia o asegúrense de que existan las mejores condiciones, sobre todo si planean acampar en la cima.
- Prefieran subir antes o a las 9:00 de la mañana. De esta forma pueden ascender despacio y disfrutar de las vistas de las montañas sin la presión de los viajeros más experimentados.
- Lleven capas para la lluvia, merienda y agua para el camino.
- Eviten distanciarse unos de otros. La mala condición del sendero podría jugarles una mala pasada.
- Aunque se trata de un trayecto considerado corto en senderismo, adopten medidas de seguridad y compártanlas en grupo antes de iniciar el ascenso.
- Es aconsejable estar en buenas condiciones físicas. Algunas pendientes son tan pronunciadas que podrían hacer quedar mal al mejor de los deportistas.
- No dejen basura ni en la cima ni en el trayecto.
- Viajen con guías expertos o, por lo menos, con personas locales que conozcan bien el camino y que sepan actuar ante situaciones de emergencia.
- En la cima no hay agua, deben llevarla con ustedes.
22/1/16
21/1/16
¿Cuáles son los municipios más calurosos de RD?
Montecristi, con su Morro al fondo. |
A los monteros no nos sorprende que dos de los tres municipios dominicanos más fríos (Constanza/La Vega, Polo/Barahona y Rancho Arriba/San José de Ocoa) pertenezcan a la región Sur, porque sabemos que es cierto y porque para nosotros la geografía solo existe como referencia. Pero es chévere saberlo. Además, Rancho Arriba y Constanza están más o menos en la misma zona de la Cordillera Central, aunque la primera pertenezca al Cibao.
Ahora, sí sorprende que dos de los más calurosos estén en el Norte, y en la misma provincia. Según los últimos datos de Dominicana en Cifras 2015, publicación editada por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), los municipios más calientes de RD son Jimaní (provincia Independencia), San Fernando de Montecristi (ellos escriben Monte Cristi) y Villa Vásquez, estos últimos municipios en la provincia Montecristi.
Acá la nota publicada por la ONE en su página web, la misma que reproducimos hoy en Vida Verde del Listín Diario.
- - - - - - - - - -
Amanecer en Jimaní, provincia Independencia |
De acuerdo a los datos compilados en Dominicana en Cifras 2015, publicado por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el municipio con la temperatura más alta durante el año 2014 fue Jimaní, con 34.2°. También lo fue en 2010, con 34.3°; sin embargo, en 2011 alcanzó 33.9°; en 2012, 33.2°; y en 2013, 34 grados.
Monte Cristi y Villa Vásquez fueron la segunda y tercera zonas más calurosas en 2014, con máximas de 33.2° y 32.4°, respectivamente. En lugares como Bayaguana y Villa Altagracia el termómetro alcanzó los 32.3°. En el Distrito Nacional, el calor tuvo su pico más alto en 31.5°, mientras que la temperatura más baja fue de 24.2∞, y la promedio 27.9∞. Las Américas, en Santo Domingo Este, tuvo su máxima en 31.4°, su mínima en 22° y su media en 26.7°.
Las temperaturas más frías
Aunque República Dominicana es un país tropical, hay municipios a los cuales es recomendable ir abrigados para la temporada de invierno. En Constanza, el termómetro bajó a los 13.5°, la escala promedio más baja registrada en el 2014.
También es conveniente cubrirse bien el cuerpo en Rancho Arriba, donde el mayor descenso fue de 15.7° y en Polo con 16.4°.
Parque Nacional Valle Nuevo, en el lado de Constanza. |
Luego, en Polo, con aguaceros de 1,800 mm3; Villa Altagracia (1,780 mm3); Sabana de la Mar (1,763 mm3) y Salcedo (1,735 mm3). Las menores cantidades de lluvias se produjeron en Monte Cristi, con apenas 202 mm3, Jimaní (604 mm3) y Barahona (682 mm3). En el Distrito Nacional y Las Américas (Santo Domingo Este) se registraron 908 mm3 de agua.
20/1/16
El altar de la virgen de La Altagracia
Mañana, 21 de enero, es el Día de la Virgen de la Altagracia. ¿Sabías que el retablo en madera de cedro donde reposa el cuadro, en la basílica de Higüey, tiene 500 hojitas? Es obra del artista plástico Antonio Prats Ventós. El recuadro representa las ramas del naranjo donde, según la leyenda, fue encontrada la imagen (impresa) de La Altagracia.
18/1/16
¡Llegaron las jorobadas!
Ya llegaron las ballenas jorobadas a reproducirse y aparearse al Santuario de Mamíferos Marinos Bancos de la Plata y la Navidad, en el Atlántico norte dominicano. Los municipios de Samaná, Sabana de la Mar y Miches están listos para recibir a los visitantes que embarcan en sus muelles para observarlas mar adentro.
Recuerda, si este año decides vivir la experiencia, seguir las reglas de observación, entre ellas solo viajar en las embarcaciones registradas, respetar los horarios (de 8:00 de la mañana a 4:30 de la tarde), exigir que se respeten las distancias entre los animales y los botes (80 metros de una ballena con su cría y 50 metros de un adulto o de un grupo de adultos sin crías) y no tirar basura al agua. Y recuerda, además, si no te gustan las embarcaciones, que hay un mirador en tierra sobre la loma de Punta Balandra, en Samaná, desde donde puedes verlas nadar, saltar y jugar con el uso de binoculares.
----
Acá la guía para verlas (las reglas no cambian). Este año (2016), según informó el Ministerio de Medio Ambiente, se esperan más de 60,000 visitantes. La temporada concluye el 15 de marzo.
Recuerda, si este año decides vivir la experiencia, seguir las reglas de observación, entre ellas solo viajar en las embarcaciones registradas, respetar los horarios (de 8:00 de la mañana a 4:30 de la tarde), exigir que se respeten las distancias entre los animales y los botes (80 metros de una ballena con su cría y 50 metros de un adulto o de un grupo de adultos sin crías) y no tirar basura al agua. Y recuerda, además, si no te gustan las embarcaciones, que hay un mirador en tierra sobre la loma de Punta Balandra, en Samaná, desde donde puedes verlas nadar, saltar y jugar con el uso de binoculares.
----
Acá la guía para verlas (las reglas no cambian). Este año (2016), según informó el Ministerio de Medio Ambiente, se esperan más de 60,000 visitantes. La temporada concluye el 15 de marzo.
16/1/16
12/1/16
Huevos de lombriz de tierra
Apuesto a que no se imaginaban cómo lucen los huevos de la lombriz de tierra. Puafff. Nos los enseñó Mayra (@maapeca). Ella tomó la foto en Santo Domingo Este. Y dice que el huevo parece un cerebro envuelto en una fina tela. Algo así. Y que las lombrices de la foto aún están ahí dentro. Y que revisará los huevos mañana por si puede ver cuando salgan. ¿La verdad? Aaaagggghhh (insertar mueca).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)