Que las
altas temperaturas solo sean una excusa para salir de la ciudad y disfrutar de
los afluentes que retan al calor. ¡Crea tu propia ruta!
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Llegó el verano con su abrasante sol, noches pegajosas, sudores apenas caminas
unos cuantos metros y una indeseable humedad en el aire mezclada con polvo y
raros olores. ¿Ponerse de mal humor por ello? No se vale. Es la mejor excusa
para salir de la ciudad y vivir la temporada a plenitud.
Verano
se escribe con ‘r’ de río. Aguas dulces para refrescar el cuerpo y zambullirse
sin temor a darse un trago; pozas a las que saltar desde una piedra,
manantiales de corrientes frías que hacen tiritar, regolas, ambientes
sombreados donde descansar y dejar a un lado las prisas...
Hay muchísimos para elegir en todas las regiones dominicanas.
Te proponemos
algunos para empezar, muchos de ellos de fácil acceso y ubicados próximo a
comunidades y centros ecoturísticos que facilitan la estancia y la seguridad.
Ríos y
saltos en Monte Plata. El gran charco que se forma sobre el río Comate, a unos
tres kilómetros de Bayaguana, sigue siendo el balneario más visitado de la
región Este. ¿Te gustaría disfrutar otros puntos del famoso río? Pásalo de
largo siguiendo la carretera Bayaguana-Sierra de Agua y descubre por qué sus
orillas son, desde hace varios años, la meca de los campamentos de verano
dominicanos. Una vez en el cruce Sierra de Agua-Hidalgos, pregunta cómo se
llega al Salto Alto (no confundir con un balneario del mismo nombre ubicado cerca
de la carretera) y disfruta de una de las cascadas más impresionantes de
República Dominicana.
Saltos de
Jima. Las Pozas de la Reina, en Bonao, han hecho del río Jima un destino
popular muy visitado todo el año. En verano, prefiérelas para recorrer sus
senderos en familia, respirar aire puro y sentir la frescura de las aguas en
sus saltos, pequeños embalses y discretos rápidos que discurren entre piedras.
Están ubicadas al sur de la presa de Rincón, en la comunidad Charco Prieto, a
la que se accede desde la autopista Duarte.
La Ballena,
San Juan. Si sientes que te falta el aire luego de recorrer a pie, durante unas
ocho horas, 18.6 kilómetros desde La Ciénaga de Manabao (La Vega) hasta el
Valle del Tetero (San Juan), el balneario La Ballena y sus aguas frías como
hielo te darán la bienvenida a uno de los valles intramontanos favoritos de los
senderistas dominicanos. Es la opción más alta, a unos 1,562 metros sobre el
nivel del mar.
La Cortina.
¿Te apetece un baño en aguas tan frías que taladran el cuerpo cargadas, a la
vez, de buena suerte? Entonces párate unos minutos en
La Cortina, un balneario
a orillas de la carretera que comunica Manabao y Jarabacoa. Tienes dos
opciones: bañarse bajo las aguas siempre limpias de la cortina, o en la piscina
que recoge sus aguas.
Artibonito.
En la zona fronteriza, la recomendación se encuentra a ambos lados de la
carretera que lleva hasta la comunidad de Río Limpio, al norte de Elías Piña:
las siempre frías y limpias aguas del río Artibonito, el más largo de La
Española.
La Boca.
¿Aguas dulces y frías muy cerca de la playa? Las encuentras en Arroyo Salado
(Cabrera, María Trinidad Sánchez), justo antes de su desembocadura en el
Atlántico. Las aguas del balneario, conocido como
La Boca, son perfectas para
el disfrute de grandes y pequeños.
Manabao es
un pueblito de ensueño. A 23 kilómetros del centro de Jarabacoa, muchos charcos
se forman sobre el río Yaque del Norte y los arroyos Grande y Dajao que lo
convierten en un atractivo destino veraniego. Las pozas tienen diferentes
niveles de profundidad, incluyendo charquitos entre piedras ideales para los
niños a la altura de La Ciénaga, la comunidad desde donde salen los excursionistas
a conquistar la cima del pico Duarte o el valle del Tetero.
Jamao y
Blanco. En los alrededores del proyecto ecoturístico Sereno de la Montaña, en
la provincia Espaillat, los ríos Blanco y Jamao son una refrescante opción para
explorar tupidas riberas y corrientes de todos los tamaños, con ofertas para
recorrerlas en tubo o kayak.
La Zurza.
Este frío manantial ubicado al oeste de la comunidad
Vengan a Ver, en la
provincia Independencia, te gustará si estás de paseo por el Suroeste y
prefieres balnearios menos frecuentados que Las Barías y Boca de Cachón. Está a
pocos metros de la carretera que comunica Jimaní y Duvergé.