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25/7/16

El Peltophorum pterocarpum del Teatro Nacional…


… luce estos días un amarillo intenso y ‘romántico’ que hace girar la vista de los transeúntes hacia su alto follaje.
¿Nombre común? Lo llaman de diez mil formas, según Wiki: flamboyán dorado o amarillo (oigan), llama amarilla, poinciana amarilla...
Debido a asuntos de sinonimia, la información disponible sobre esta especie suele desorientar al lector, al punto de confundirla con una especie endémica de la isla muy parecida y con otras especies y variedades de la familia de las fabáceas (fabaceae).
Así que, para salir de dudas, recurrimos al biólogo botánico Brígido Peguero, encargado de Taxonomía y Exploraciones del Jardín Botánico Nacional (JBN).

“Lo que tienes ahí es Peltophorum pterocarpum (DC.) Backer ex K. Heine”, dice don Brígido.
“Esta es una especie perteneciente a la familia Caesalpiniaceae (subfamilia para algunos botánicos). Tiene unos 12 sinónimos. Pero es diferente de Peltophorum berteroanum Urb., una especie endémica de La Española. Algunos han sinonimizado a P. bereroanum con P. dubium, por lo que entonces sería una especie nativa. Pero los botánicos dominicanos mantenemos P. berteroanum como especie diferente por el momento, aunque estamos estudiando dicho cambio”.


Las referencias generales de la planta indican que se trata de un género nativo de regiones tropicales de todo el mundo que puede alcanzar entre los 15 y 25 metros de altura, un tamaño adecuado para ser plantado en plazas y parques como árbol ornamental.
Aquí no abunda mucho, al menos no tanto como el flamboyán (Delonix regia) o el roble rosado (Tabebuia rosea), pero igual se hace notar entre junio y septiembre, cuando sus ramas se llenan de flores.





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