¿Han notado que la actual temporada de limoncillos (Melicoccus bijugatus) ha sido una de las más flojas de la historia? ¿Que apenas se ven dos o tres ramitos por ahí y que los marchantes dicen que no los encuentran como antes en los mercados? Acá la respuesta. Se debe, me dice Bololo, un amigo agricultor, a que muchos comerciantes y productores están comprando las matas con mucha antelación para exportar las frutas; que las preparan con sus ramilletes bien cortaditos y las empacan y las mandan pa’ fuera así como hacen con las mejores cosechas de aguacates, tomates y vainitas. Y que este año la compra de matas superó todos los pronósticos habidos y por haber.
Vender matas a particulares es una práctica común en los campos dominicanos: vendo la mata (de lo que sea) antes de que para y me olvido de ella. Los precios dependen del tamaño del árbol o de la producción. En el caso de los limoncillos, oscilan entre los RD$5,000 y RD$6,000 por ejemplar. Es bueno que a los extranjeros les guste nuestra fruta tropical, y es bueno que la exportemos, así que ¡a sembrar limoncillos se ha dicho! Para que haya suficientes para ellos y para nosotros. El lío es que, si el año que viene aumenta la exportación, nos jodimos, porque ¿cuánto tarda una mata de limoncillo recién sembrada en dar frutos?
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30/8/11
28/8/11
Algas en el litoral sur: efectos del cambio climático
Se han reportado también en el Este.
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Los biólogos marinos Yolanda León (Grupo Jaragua) y Omar Reynoso (Ministerio de Medio Ambiente) atribuyen a los efectos del cambio climático la inusual cantidad de algas que está llegando desde hace varias semanas al litoral sur de República Dominicana. En un reporte que León y Reynoso nos permitieron publicar en la Página Verde de Listín Diario el pasado jueves, los especialistas dijeron que la hipótesis más entendible es que se debe a las altas temperaturas registradas en el Atlántico.
Esta alga es conocida como sargazo (Sargassum fluitans), una especie que “vive flotando en la superficie normalmente, formando una comunidad muy particular que sirve de hábitat y refugio de peces, tortugas juveniles y muchas otras especies marinas en alguna etapa de su vida. De hecho, hay una zona del Atlántico subtropical que se conoce como el Mar de los Sargazos, por las acumulaciones de estas especies”, dicen.
Otros países de la región también han reportado su proliferación.
¿A qué se debe? “Algunos piensan que el aumento de temperatura ha cambiado las corrientes del Atlántico, especialmente en el Mar de los Sargazos, lo cual ha propiciado que se desprendan grandes masas de estas algas hacia áreas no habituales; otros han especulado que las altas temperaturas han favorecido el crecimiento desmedido de esta especie, encontrándose ahora en áreas previamente no ocupadas o escasamente ocupadas del océano”, explican León y Reynoso.
La presencia de estas algas, dicen los especialistas, pudiera afectar la salud de los ecosistemas marinos, especialmente los arrecifes de coral y los pastos marinos. También podría afectar el turismo. La parte buena es que se trata de un abono natural excelente, por lo que en algunos países las recogen y aprovechan.
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Los biólogos marinos Yolanda León (Grupo Jaragua) y Omar Reynoso (Ministerio de Medio Ambiente) atribuyen a los efectos del cambio climático la inusual cantidad de algas que está llegando desde hace varias semanas al litoral sur de República Dominicana. En un reporte que León y Reynoso nos permitieron publicar en la Página Verde de Listín Diario el pasado jueves, los especialistas dijeron que la hipótesis más entendible es que se debe a las altas temperaturas registradas en el Atlántico.
Esta alga es conocida como sargazo (Sargassum fluitans), una especie que “vive flotando en la superficie normalmente, formando una comunidad muy particular que sirve de hábitat y refugio de peces, tortugas juveniles y muchas otras especies marinas en alguna etapa de su vida. De hecho, hay una zona del Atlántico subtropical que se conoce como el Mar de los Sargazos, por las acumulaciones de estas especies”, dicen.
Otros países de la región también han reportado su proliferación.
¿A qué se debe? “Algunos piensan que el aumento de temperatura ha cambiado las corrientes del Atlántico, especialmente en el Mar de los Sargazos, lo cual ha propiciado que se desprendan grandes masas de estas algas hacia áreas no habituales; otros han especulado que las altas temperaturas han favorecido el crecimiento desmedido de esta especie, encontrándose ahora en áreas previamente no ocupadas o escasamente ocupadas del océano”, explican León y Reynoso.
La presencia de estas algas, dicen los especialistas, pudiera afectar la salud de los ecosistemas marinos, especialmente los arrecifes de coral y los pastos marinos. También podría afectar el turismo. La parte buena es que se trata de un abono natural excelente, por lo que en algunos países las recogen y aprovechan.
26/8/11
Juan Trinidad (payola sentimental)
Juan Trinidad, uno de los más brillantes escultores dominicanos, expone “Transparencia del Caribe” hasta el 31 de agosto en la galería de arte de la Alianza Francesa de Santo Domingo.
El artista nació en Bonao pero vive y trabaja en San Francisco de Macorís. Esta payola sentimental es para él porque, además de humilde y tremenda persona, admiro esa destreza que tiene para esculpir en madera los sentimientos del rostro humano. Una se queda mirando sus piezas, hechas cada una usando un solo pedazo de madera, y no tiene más remedio que admitir que el tipo es talentosísimo. De él dijo el crítico de arte Patrick Landry, de la Sorbona de París: “La obra de este escultor es una verdadera oda al placer, logrando reunir el placer estético, el placer del espíritu y el placer sensorial”.
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Horarios: de lunes a jueves de 9:00 de la mañana a 4:30 de la tarde, y el viernes de 9:00 de la mañana a 12:30 de la tarde.
El artista nació en Bonao pero vive y trabaja en San Francisco de Macorís. Esta payola sentimental es para él porque, además de humilde y tremenda persona, admiro esa destreza que tiene para esculpir en madera los sentimientos del rostro humano. Una se queda mirando sus piezas, hechas cada una usando un solo pedazo de madera, y no tiene más remedio que admitir que el tipo es talentosísimo. De él dijo el crítico de arte Patrick Landry, de la Sorbona de París: “La obra de este escultor es una verdadera oda al placer, logrando reunir el placer estético, el placer del espíritu y el placer sensorial”.
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Horarios: de lunes a jueves de 9:00 de la mañana a 4:30 de la tarde, y el viernes de 9:00 de la mañana a 12:30 de la tarde.
21/8/11
El puesto policial de Batey #3
Querido Leonel:
Para cuando puedas, por favor, ¿podrías regalarle un zafacón al puesto policial del Batey #3 del Ingenio Barahona, en las afueras de Tamayo? ¿O podrías pedirle a las autoridades provinciales o a la gente del ingenio que lo hagan? Es para que no tiren la basura (¿la ves?) frente y debajo de la pocil… digo, la casita. Para prevenir el cólera y proteger el medioambiente, ya sabes. Si te fijas, no te estoy pidiendo que por favor solicites a las autoridades de la provincia Bahoruco que hagan algo con la casucha, que casi se cae a pedazos (la plataforma que la sostiene está destartalada, las tablas están podridas y los hoyos en el zinc los tapan con piedras, que ruedan y al final no tapan nada). No, no, todo eso puede esperar, al menos hasta que la casita les caiga encima a los guardias, algo que puede ocurrir pronto, ahora que el ciclón Irene viene por ahí. Sólo te estamos pidiendo que por favor les dones un zafacón. Es más, olvídalo, como un zafacón cuesta tan poquito y no es justo que eso te quite el sueño, mejor me pago un viaje de regreso a Batey #3 y se los regalo yo. O se lo enviamos por Caribe Tours. Vale. Resuelto el problema del zafacón. El policía que descansa con los pies en alto se pondrá contento cuando reciba el regalo y se olvidará del resto, un resto que ni siquiera es importante porque ese sitio queda muy lejos y hasta allí no llegan los turistas. Mil disculpas por el atrevimiento, Leonel.
Atte,
Alguien que pasaba por ahí
Para cuando puedas, por favor, ¿podrías regalarle un zafacón al puesto policial del Batey #3 del Ingenio Barahona, en las afueras de Tamayo? ¿O podrías pedirle a las autoridades provinciales o a la gente del ingenio que lo hagan? Es para que no tiren la basura (¿la ves?) frente y debajo de la pocil… digo, la casita. Para prevenir el cólera y proteger el medioambiente, ya sabes. Si te fijas, no te estoy pidiendo que por favor solicites a las autoridades de la provincia Bahoruco que hagan algo con la casucha, que casi se cae a pedazos (la plataforma que la sostiene está destartalada, las tablas están podridas y los hoyos en el zinc los tapan con piedras, que ruedan y al final no tapan nada). No, no, todo eso puede esperar, al menos hasta que la casita les caiga encima a los guardias, algo que puede ocurrir pronto, ahora que el ciclón Irene viene por ahí. Sólo te estamos pidiendo que por favor les dones un zafacón. Es más, olvídalo, como un zafacón cuesta tan poquito y no es justo que eso te quite el sueño, mejor me pago un viaje de regreso a Batey #3 y se los regalo yo. O se lo enviamos por Caribe Tours. Vale. Resuelto el problema del zafacón. El policía que descansa con los pies en alto se pondrá contento cuando reciba el regalo y se olvidará del resto, un resto que ni siquiera es importante porque ese sitio queda muy lejos y hasta allí no llegan los turistas. Mil disculpas por el atrevimiento, Leonel.
Atte,
Alguien que pasaba por ahí
16/8/11
106 años y el tacto de un niño
Su padre murió a los 113 años, su madre a los 96 y su hermana mayor a los 108.
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Yaniris López
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Pedro Vicente recita la fecha de su nacimiento clarito: 29 de junio de 1905 en Las Lagunas, una verde comunidad de Padre las Casas, al norte de Azua, ubicada a unos 1,000 metros sobre el nivel del mar.
Como vio hacer a su familia, se dedicó a la agricultura y a atender reses. Ahora trabaja poco porque está corto de visión, pero nadie le pone la mano a su parcela de dos tareas en la que tiene sembrado maíz, guandules, yuca y plátano.
Su recuerdo más lindo y sufrido (a la vez) de esas primeras décadas del siglo XX es que en Las Lagunas se perdían las cosas, de tantas que había, “porque no había a quién vendérselas y todo el mundo tenía de todo: vacas como hojas de palo, puercos como hojas de palo”.
Vio llegar la modernidad mientras veía morir a sus amigos. De alumbrarse con lámparas de gas y cuaba, a los bombillos eléctricos; de bailar merengue, mangulina y carabiné, a escuchar todo el tiempo reguetón, “una música que no es música”, la describe. Lo último que llegó, hace unos años, fue el agua a las llaves de las casas, gracias a un acueducto gestionado por la fundación Sur Futuro.
La longevidad parece ser cosa de familia. Su padre murió a los 113 años, su hermana mayor a los 108 y su mamá a los 96.
Vicente ha perdido dos de sus 13 hijos, que viven en Las Lagunas, Santo Domingo y Estados Unidos. El mayor casi roza los 60, lo que significa que se casó tarde, algo raro para la época. ¿Explicación? Además de que “floreteaba” con las chicas, como dicen en el Sur, “yo dije que no salía de aquí porque iba a atender a mi mamá y a mi papá hasta morir”, un gesto que su padre agradeció dejándole en herencia la casa familiar. Su esposa murió hará 3 ó 4 años. Tenía 77.
Cuando le preguntan qué siente al ver morir a toda la gente que conoció en su niñez y a otros mucho más jóvenes que él, responde sonriendo: “Digo probes, probes (pobres, pobres)”.
Lo dice porque asegura que tiene el mismo ánimo de siempre, que se encuentra muy bien de salud, que apenas se enferma de gripe y fiebre y que mantiene el tacto de un niño, porque no olvida nada.
A Vicente no le parece que tanta suerte con la vida se deba a los genes. No. El le echa la culpa a otra cosa. Y la comparte con nosotros.
La clave es la alimentación
A sus 106 años, Pedro Vicente camina erguido y da la mano con mucha fuerza. Ríe mucho y habla haciendo gestos. Se considera buena gente y siempre está contento. Lo único que le puede agriar su buen humor es la comida mal preparada, porque si de algo está seguro Vicente es que la clave para mantenerse sano y vigoroso a esta edad, cumplida el pasado 29 de junio, está en la alimentación.
“La comida de ahora no se puede comer, no es como la de antes, es un disparate”, dice. ¿Por qué?, le preguntamos. “Porque es mala, le tiran de todo y mezclan la carne buena con la mala”.
Vicente sabe cocinar y por eso se siente con derecho a decirlo. “Yo cocinaba, sé hacer toda clase de comida, lavar y planchar”.
Come de todo si es ‘natural’, pero como se resiste a decir cuál es su comida favorita, su nuera y su hijo Amable le ayudan a decidirse: como buen sureño, prefiere el chacá, el chenchén, el arroz con dulce y un caldo bien sazonado.
Para él, una comida bien sazonada es aquella preparada con ingredientes naturales como recaíto, cilantro ancho, cebollín, ají, ajo, orégano y pimienta: nada de colorantes ni sabores artificiales porque están matando a la gente.
Ser bueno ayuda
Vicente nació, se crió y vive en este distrito municipal de Padre Las Casas, en la cordillera Central. La abundancia de recursos naturales en la comunidad permitía a las familias comer lo que quisieran, no lo que apareciera.
“Había de todo. Yo decía: ‘Quiero esta comida hoy y mañana esta otra’ y ahí estaban hechas, porque las había”.
Es tal su obsesión con la buena alimentación que se saca todo de la boca si le dan un plato hecho con sazones elaborados, delante de quien lo hizo, así se ofenda. “La saco de la boca y la boto, me traigan la comida que me traigan, la boto, y se lo digo: ‘Esto no sirve’, en su cara se lo digo”, señala abriendo y cerrando los brazos.
Pero sólo es así de mal hablado con respecto a la comida. Por lo demás, es todo un personaje querido y admirado en la comunidad.
Le insinuamos que tiene que haber algo más que los alimentos, otra clave para domar de esa forma el paso del tiempo. “Estoy siempre contento, he hecho el bien toda mi vida y le doy de comer al que tiene hambre”, agrega.
Trujillo
El tema del dictador Leónidas Trujillo no le atrae mucho. Recuerda que su gobierno tuvo sus cosas buenas (lo atendían bien en los hospitales) y sus cosas malas (mataba mucha gente).
“Cuando lo mataron eso fue una cosa, estaban echando la carretera hasta Las Cañitas y no pasó nada, qué se le va a hacer, muchas mujeres de por aquí gritaron porque se había muerto”, cuenta.
La historia de su padre
“El tacto mío está como el de un niño, a mí no se me olvida nada”, dice Pedro Vicente. A propósito, recuerda una historia sobre su papá, quien se enamoró de una chica del pueblo que nunca le hizo caso.
En su lecho de muerte, con 113 años, su padre la mandó llamar y ella se le acercó y le preguntó qué quería. Él le respondió: “Siquiera ponerte la mano”. Ella le da la mano, pero él le dice que no, que no era tocarle la mano lo que quería, sino otra cosa. Sus “trastos”, pues. Pero no llegó a hacerlo, porque la mujer no aceptó. “Eso quiere decir que a nosotros, con la edad, eso no nos falla”, termina Amable, el hijo de don Vicente que casi cumple 60 años.
Vicente engendró a su hijo menor a los 70 años. Biológicamente tuvo 13 hijos pero ha criado muchísimos. De joven tomaba mucho alcohol, pero ya no. Tuvo alrededor de 20 hermanos. Y, si aparece, aún está dispuesto a tener novia.
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Yaniris López
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Pedro Vicente recita la fecha de su nacimiento clarito: 29 de junio de 1905 en Las Lagunas, una verde comunidad de Padre las Casas, al norte de Azua, ubicada a unos 1,000 metros sobre el nivel del mar.
Como vio hacer a su familia, se dedicó a la agricultura y a atender reses. Ahora trabaja poco porque está corto de visión, pero nadie le pone la mano a su parcela de dos tareas en la que tiene sembrado maíz, guandules, yuca y plátano.
Su recuerdo más lindo y sufrido (a la vez) de esas primeras décadas del siglo XX es que en Las Lagunas se perdían las cosas, de tantas que había, “porque no había a quién vendérselas y todo el mundo tenía de todo: vacas como hojas de palo, puercos como hojas de palo”.
Vio llegar la modernidad mientras veía morir a sus amigos. De alumbrarse con lámparas de gas y cuaba, a los bombillos eléctricos; de bailar merengue, mangulina y carabiné, a escuchar todo el tiempo reguetón, “una música que no es música”, la describe. Lo último que llegó, hace unos años, fue el agua a las llaves de las casas, gracias a un acueducto gestionado por la fundación Sur Futuro.
La longevidad parece ser cosa de familia. Su padre murió a los 113 años, su hermana mayor a los 108 y su mamá a los 96.
Vicente ha perdido dos de sus 13 hijos, que viven en Las Lagunas, Santo Domingo y Estados Unidos. El mayor casi roza los 60, lo que significa que se casó tarde, algo raro para la época. ¿Explicación? Además de que “floreteaba” con las chicas, como dicen en el Sur, “yo dije que no salía de aquí porque iba a atender a mi mamá y a mi papá hasta morir”, un gesto que su padre agradeció dejándole en herencia la casa familiar. Su esposa murió hará 3 ó 4 años. Tenía 77.
Cuando le preguntan qué siente al ver morir a toda la gente que conoció en su niñez y a otros mucho más jóvenes que él, responde sonriendo: “Digo probes, probes (pobres, pobres)”.
Lo dice porque asegura que tiene el mismo ánimo de siempre, que se encuentra muy bien de salud, que apenas se enferma de gripe y fiebre y que mantiene el tacto de un niño, porque no olvida nada.
A Vicente no le parece que tanta suerte con la vida se deba a los genes. No. El le echa la culpa a otra cosa. Y la comparte con nosotros.
La clave es la alimentación
A sus 106 años, Pedro Vicente camina erguido y da la mano con mucha fuerza. Ríe mucho y habla haciendo gestos. Se considera buena gente y siempre está contento. Lo único que le puede agriar su buen humor es la comida mal preparada, porque si de algo está seguro Vicente es que la clave para mantenerse sano y vigoroso a esta edad, cumplida el pasado 29 de junio, está en la alimentación.
“La comida de ahora no se puede comer, no es como la de antes, es un disparate”, dice. ¿Por qué?, le preguntamos. “Porque es mala, le tiran de todo y mezclan la carne buena con la mala”.
Vicente sabe cocinar y por eso se siente con derecho a decirlo. “Yo cocinaba, sé hacer toda clase de comida, lavar y planchar”.
Come de todo si es ‘natural’, pero como se resiste a decir cuál es su comida favorita, su nuera y su hijo Amable le ayudan a decidirse: como buen sureño, prefiere el chacá, el chenchén, el arroz con dulce y un caldo bien sazonado.
Para él, una comida bien sazonada es aquella preparada con ingredientes naturales como recaíto, cilantro ancho, cebollín, ají, ajo, orégano y pimienta: nada de colorantes ni sabores artificiales porque están matando a la gente.
Ser bueno ayuda
Vicente nació, se crió y vive en este distrito municipal de Padre Las Casas, en la cordillera Central. La abundancia de recursos naturales en la comunidad permitía a las familias comer lo que quisieran, no lo que apareciera.
“Había de todo. Yo decía: ‘Quiero esta comida hoy y mañana esta otra’ y ahí estaban hechas, porque las había”.
Es tal su obsesión con la buena alimentación que se saca todo de la boca si le dan un plato hecho con sazones elaborados, delante de quien lo hizo, así se ofenda. “La saco de la boca y la boto, me traigan la comida que me traigan, la boto, y se lo digo: ‘Esto no sirve’, en su cara se lo digo”, señala abriendo y cerrando los brazos.
Pero sólo es así de mal hablado con respecto a la comida. Por lo demás, es todo un personaje querido y admirado en la comunidad.
Le insinuamos que tiene que haber algo más que los alimentos, otra clave para domar de esa forma el paso del tiempo. “Estoy siempre contento, he hecho el bien toda mi vida y le doy de comer al que tiene hambre”, agrega.
Trujillo
El tema del dictador Leónidas Trujillo no le atrae mucho. Recuerda que su gobierno tuvo sus cosas buenas (lo atendían bien en los hospitales) y sus cosas malas (mataba mucha gente).
“Cuando lo mataron eso fue una cosa, estaban echando la carretera hasta Las Cañitas y no pasó nada, qué se le va a hacer, muchas mujeres de por aquí gritaron porque se había muerto”, cuenta.
La historia de su padre
“El tacto mío está como el de un niño, a mí no se me olvida nada”, dice Pedro Vicente. A propósito, recuerda una historia sobre su papá, quien se enamoró de una chica del pueblo que nunca le hizo caso.
En su lecho de muerte, con 113 años, su padre la mandó llamar y ella se le acercó y le preguntó qué quería. Él le respondió: “Siquiera ponerte la mano”. Ella le da la mano, pero él le dice que no, que no era tocarle la mano lo que quería, sino otra cosa. Sus “trastos”, pues. Pero no llegó a hacerlo, porque la mujer no aceptó. “Eso quiere decir que a nosotros, con la edad, eso no nos falla”, termina Amable, el hijo de don Vicente que casi cumple 60 años.
Vicente engendró a su hijo menor a los 70 años. Biológicamente tuvo 13 hijos pero ha criado muchísimos. De joven tomaba mucho alcohol, pero ya no. Tuvo alrededor de 20 hermanos. Y, si aparece, aún está dispuesto a tener novia.
15/8/11
Linda, pero muy peligrosa
Ahí tan linda como la ven (se parece a la flor de mantequilla pero morada), la Cryptostegia grandiflora es una de las plantitas de las que hay que huir inmediatamente vean asomar su color por caminos, lomas y carreteras. Abunda mucho en los alrededores de Padre las Casas y pese a que preguntamos mucho, nadie supo darnos su nombre. Lo que sí dicen todos es que la leche que destilan sus finos tallos y extraños frutos causa alergia, picazón y ronchas en el cuerpo humano. En grado extremo. Y que por eso muchos agricultores deciden ponerlas como empalizá, para que ahuyente a los fisgones, entrometidos y ladronzuelos. Suponiendo que ellos sepan lo que hace la plantita, claro. El productor Napoleón Báez llegó a tiempo para quitarle de la mano una ramita con flores que la entrometida Yalo había cortado para verla de cerca…
11/8/11
Clústeres, turismo y competitividad
La directora de la Escuela de Turismo y Administración de la universidad Unibe alertó entonces sobre lo difícil que está resultando reclutar nuevos estudiantes en la carrera de turismo. “Para muchos no es una carrera real, prefieren estudiar carreras más serias”, dijo.
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Yaniris López
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Al sector turístico dominicano le conviene promover el país como destino en lugar de motivar las visitas exclusivas a los complejos hoteleros, no importa la zona donde estén ubicados. También debe fortalecer las alianzas público-privadas, diversificar las ofertas, elevar el índice de competitividad e integrar a la comunidad en los proyectos locales.
Tomar en cuenta estos aspectos le garantiza a República Dominicana posicionar en el mercado de manera exitosa la marca país que viene trabajando y obligaría a todos los agentes del sector a trabajar en conjunto a través del modelo de clúster.
Estos fueron los consejos y retos que más se repitieron durante la Primera Conferencia Mundial sobre Competitividad y Clústeres Turísticos que el Instituto Internacional de Competitividad (TCI por sus siglas en inglés) celebró del 7 al 10 de abril de 2010 en Bávaro, Punta Cana, organizada en el país por el Consejo Nacional de Competitividad (CNC).
En la actividad, que reunió a expertos locales e internacionales en el tema, llovieron las buenas críticas para el modelo de clúster que desde hace una década se implementa en el país, considerado el clúster como un conjunto productivo de empresas e instituciones concentradas en un área geográfica que al interactuar entre sí mejoran su desempeño; pero igualmente fueron criticadas las debilidades que persisten en el sector en cuanto a estándares de calidad y a la poca sintonía que prevalece entre los sectores público y privado.
Alberto Pezzi, presidente del TCI, dijo que uno de los grandes retos de los países que se dedican al turismo es el desarrollo de la sostenibilidad y que la decisión de realizar el primero de estos encuentros en el país fue más que acertada, mientras que Juan Manuel Esteban, director y presidente saliente del TCI, aseguró que en el modelo de clúster todos los agentes son corresponsables de las acciones, pues todos aportan recursos y conocimiento.
José Carlos de Santiago, presidente del Grupo Excelencias (España), destacó la importancia de la buena relación que debe primar entre los agentes turísticos y los medios de comunicación. “Traten al periodista como a un dios”, aconsejó a los presentes, para evitar la contra comunicación y sus efectos negativos.
Más beneficios
La Red Nacional de Clústeres Turísticos (hoy Consorcio Dominicano de Competitividad Turística, CDCT) nació de manera espontánea en el año 2005, recuerda su presidente, Rafael Collado. Actualmente en el país funcionan nueve clusters turísticos: Puerto Plata, La Altagracia, La Romana-Bayahíbe, Jarabacoa, Constanza, Pedernales, Barahona, Santo Domingo y Samaná.
Gracias al trabajo de sus miembros, por ejemplo, Puerto Plata logró recuperar el casco histórico de la ciudad, Constanza y Jarabacoa lanzaron al mercado productos turísticos de calidad superior y Barahona ha logrado implementar un ambicioso plan estratégico de mercadeo y de ayuda a las microempresas.
Si fuera necesario resumir en una frase todos los beneficios del modelo de cluster, habría que recurrir a la ponencia de María Eugenia Olivares, de la Agencia Regional de Desarrollo Productivo de Chile: “El clúster ayuda a evolucionar de un turismo masivo a uno de nicho”, lo que se traduce, como bien insinúa Collado, en ventajas competitivas basadas en destinos únicos cuya calidad incidirá, en definitiva, en el regreso del turista.
En la actualidad, con cerca de 67,000 habitaciones hoteleras disponibles, el turismo dominicano suma ingresos por US$4,064 millones y emplea, directa e indirectamente, alrededor de 218 mil personas. El gasto promedio del turista que nos visita es de US$107.78 y la estadía promedio de cada visitante es de 10 noches.
Mucho trabajo por hacer
Las observaciones más duras al modelo turístico dominicano las hizo la entonces presidenta de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), Haidée Kuret de Rainieri.
Aunque celebró que la industria acabara de superar con éxito el período más difícil de la crisis económica mundial (RD repitió la cifra de llegadas de turistas del año 2008 cuando a nivel mundial se redujo un 4 por ciento), Kuret admitió que en el país hay regiones en declive, mercados tradicionales debilitados, tarifas y tasas de ocupación inadecuadas para la sustentabilidad económica de los hoteles y una baja rentabilidad.
Sin embargo, Rainieri se refirió a que el desarrollo de los clústeres turísticos “es el golpe de gracia a la falacia de que el desarrollo turístico dominicano es esencialmente excluyente, fundamentada en una concepción de enclave y exclusión de la comunidad, por la modalidad del todo incluido”.
Las preguntas directas realizadas a participantes en la conferencia y las investigaciones que hemos venido realizando en los enclaves turísticos del país demuestran todo lo contrario, que no se trata de una falacia, es decir, que salvando algunos resultados muy concretos de los últimos cinco años y gracias a la labor de los clústeres (que trabajan, muchos de ellos, sin contar con la participación activa de las autoridades oficiales), la mayoría considera que la industria turística dominicana sí es y ha sido, básicamente, excluyente.
Otras críticas
El análisis de Gloria Valdés no sorprendió a los asistentes.
La directora de la Escuela de Turismo y Administración de la universidad Unibe alertó sobre lo difícil que está resultando reclutar nuevos estudiantes en la carrera. “Para muchos no es una carrera real, prefieren estudiar carreras más serias”, dijo Valdés. Entre las posibles causas del poco interés que suscita la profesión en el país figuran la baja remuneración que reciben los trabajadores del sector, las pocas posiciones de gerencia existentes que motiven la superación personal y el sacrificio de horarios y entrega individual que esta exige.
Competitividad
En el 2009, los indicadores de competitividad del Foro Económico Mundial colocaron a la República Dominicana en el puesto número 67 en un ranking de 133 países.
“No está mal”, dijo Andrés Van der Horst, director ejecutivo del Consejo Nacional de Competitividad (CNC), “pero cuando observamos con detalle los valores de los indicadores usados para la calificación final, vemos que aquellos que dependen del trabajo directo del sector turístico, público y privado, en conjunto, son mejores que aquellos en cuyo desempeño influyen otros sectores”.
Citó como ejemplos que en el marco regulatorio sobre viajes y turismo, en el que ocupamos la posición 54, el país se encuentra entre los 30 primeros en reglamentación, regulaciones y priorización del sector, pero con carencias en materia de seguridad y sustentabilidad. En el renglón de recursos humanos, cultura y recursos naturales, ocupando el puesto 68, “fallamos en educación y entrenamiento pero triunfamos en cuanto a las facilidades para que desempeñen su trabajo. Y obtenemos buena nota en afinidad hacia el turismo, pero tenemos que mejorar en los recursos culturales, no porque no los tengamos”. En el índice de gastos de promoción, en cambio, ocupamos el número 1.
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Abril, 2010
La mayoría de los verbos, entonces, estaban en presente.
La autora es Premio Nacional de Periodismo Turístico 2007 (digital), 2008 (digital y gran premio) y 2009 (fotografía).
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Yaniris López
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Al sector turístico dominicano le conviene promover el país como destino en lugar de motivar las visitas exclusivas a los complejos hoteleros, no importa la zona donde estén ubicados. También debe fortalecer las alianzas público-privadas, diversificar las ofertas, elevar el índice de competitividad e integrar a la comunidad en los proyectos locales.
Tomar en cuenta estos aspectos le garantiza a República Dominicana posicionar en el mercado de manera exitosa la marca país que viene trabajando y obligaría a todos los agentes del sector a trabajar en conjunto a través del modelo de clúster.
Estos fueron los consejos y retos que más se repitieron durante la Primera Conferencia Mundial sobre Competitividad y Clústeres Turísticos que el Instituto Internacional de Competitividad (TCI por sus siglas en inglés) celebró del 7 al 10 de abril de 2010 en Bávaro, Punta Cana, organizada en el país por el Consejo Nacional de Competitividad (CNC).
En la actividad, que reunió a expertos locales e internacionales en el tema, llovieron las buenas críticas para el modelo de clúster que desde hace una década se implementa en el país, considerado el clúster como un conjunto productivo de empresas e instituciones concentradas en un área geográfica que al interactuar entre sí mejoran su desempeño; pero igualmente fueron criticadas las debilidades que persisten en el sector en cuanto a estándares de calidad y a la poca sintonía que prevalece entre los sectores público y privado.
Alberto Pezzi, presidente del TCI, dijo que uno de los grandes retos de los países que se dedican al turismo es el desarrollo de la sostenibilidad y que la decisión de realizar el primero de estos encuentros en el país fue más que acertada, mientras que Juan Manuel Esteban, director y presidente saliente del TCI, aseguró que en el modelo de clúster todos los agentes son corresponsables de las acciones, pues todos aportan recursos y conocimiento.
José Carlos de Santiago, presidente del Grupo Excelencias (España), destacó la importancia de la buena relación que debe primar entre los agentes turísticos y los medios de comunicación. “Traten al periodista como a un dios”, aconsejó a los presentes, para evitar la contra comunicación y sus efectos negativos.
Más beneficios
La Red Nacional de Clústeres Turísticos (hoy Consorcio Dominicano de Competitividad Turística, CDCT) nació de manera espontánea en el año 2005, recuerda su presidente, Rafael Collado. Actualmente en el país funcionan nueve clusters turísticos: Puerto Plata, La Altagracia, La Romana-Bayahíbe, Jarabacoa, Constanza, Pedernales, Barahona, Santo Domingo y Samaná.
Gracias al trabajo de sus miembros, por ejemplo, Puerto Plata logró recuperar el casco histórico de la ciudad, Constanza y Jarabacoa lanzaron al mercado productos turísticos de calidad superior y Barahona ha logrado implementar un ambicioso plan estratégico de mercadeo y de ayuda a las microempresas.
Si fuera necesario resumir en una frase todos los beneficios del modelo de cluster, habría que recurrir a la ponencia de María Eugenia Olivares, de la Agencia Regional de Desarrollo Productivo de Chile: “El clúster ayuda a evolucionar de un turismo masivo a uno de nicho”, lo que se traduce, como bien insinúa Collado, en ventajas competitivas basadas en destinos únicos cuya calidad incidirá, en definitiva, en el regreso del turista.
En la actualidad, con cerca de 67,000 habitaciones hoteleras disponibles, el turismo dominicano suma ingresos por US$4,064 millones y emplea, directa e indirectamente, alrededor de 218 mil personas. El gasto promedio del turista que nos visita es de US$107.78 y la estadía promedio de cada visitante es de 10 noches.
Mucho trabajo por hacer
Las observaciones más duras al modelo turístico dominicano las hizo la entonces presidenta de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), Haidée Kuret de Rainieri.
Aunque celebró que la industria acabara de superar con éxito el período más difícil de la crisis económica mundial (RD repitió la cifra de llegadas de turistas del año 2008 cuando a nivel mundial se redujo un 4 por ciento), Kuret admitió que en el país hay regiones en declive, mercados tradicionales debilitados, tarifas y tasas de ocupación inadecuadas para la sustentabilidad económica de los hoteles y una baja rentabilidad.
Sin embargo, Rainieri se refirió a que el desarrollo de los clústeres turísticos “es el golpe de gracia a la falacia de que el desarrollo turístico dominicano es esencialmente excluyente, fundamentada en una concepción de enclave y exclusión de la comunidad, por la modalidad del todo incluido”.
Las preguntas directas realizadas a participantes en la conferencia y las investigaciones que hemos venido realizando en los enclaves turísticos del país demuestran todo lo contrario, que no se trata de una falacia, es decir, que salvando algunos resultados muy concretos de los últimos cinco años y gracias a la labor de los clústeres (que trabajan, muchos de ellos, sin contar con la participación activa de las autoridades oficiales), la mayoría considera que la industria turística dominicana sí es y ha sido, básicamente, excluyente.
Otras críticas
El análisis de Gloria Valdés no sorprendió a los asistentes.
La directora de la Escuela de Turismo y Administración de la universidad Unibe alertó sobre lo difícil que está resultando reclutar nuevos estudiantes en la carrera. “Para muchos no es una carrera real, prefieren estudiar carreras más serias”, dijo Valdés. Entre las posibles causas del poco interés que suscita la profesión en el país figuran la baja remuneración que reciben los trabajadores del sector, las pocas posiciones de gerencia existentes que motiven la superación personal y el sacrificio de horarios y entrega individual que esta exige.
Competitividad
En el 2009, los indicadores de competitividad del Foro Económico Mundial colocaron a la República Dominicana en el puesto número 67 en un ranking de 133 países.
“No está mal”, dijo Andrés Van der Horst, director ejecutivo del Consejo Nacional de Competitividad (CNC), “pero cuando observamos con detalle los valores de los indicadores usados para la calificación final, vemos que aquellos que dependen del trabajo directo del sector turístico, público y privado, en conjunto, son mejores que aquellos en cuyo desempeño influyen otros sectores”.
Citó como ejemplos que en el marco regulatorio sobre viajes y turismo, en el que ocupamos la posición 54, el país se encuentra entre los 30 primeros en reglamentación, regulaciones y priorización del sector, pero con carencias en materia de seguridad y sustentabilidad. En el renglón de recursos humanos, cultura y recursos naturales, ocupando el puesto 68, “fallamos en educación y entrenamiento pero triunfamos en cuanto a las facilidades para que desempeñen su trabajo. Y obtenemos buena nota en afinidad hacia el turismo, pero tenemos que mejorar en los recursos culturales, no porque no los tengamos”. En el índice de gastos de promoción, en cambio, ocupamos el número 1.
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Abril, 2010
La mayoría de los verbos, entonces, estaban en presente.
La autora es Premio Nacional de Periodismo Turístico 2007 (digital), 2008 (digital y gran premio) y 2009 (fotografía).
8/8/11
¿Cuál es la avenida más linda de Santo Domingo?
Uy, se iba a llamar Trujillo.
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Y ganó el Malecón. De los 435 usuarios que respondieron a nuestra encuesta, 232 (53%) decidieron que la avenida más linda de Santo Domingo es la avenida George Washington. Le siguió en votos la Anacaona, con 98 (22%); la Churchill, con 77 (17%) –yo pensaba que esta iba a ganar–; y apenas 28 (6%) votaron por la avenida de la Salud.
Parte de la historia del malecón fue publicada en la revista Hábitat, de la cual reproducimos algunos fragmentos y datos interesantes:
Su historia (la del malecón) comenzó en 1924. La idea de construir un paseo o avenida a lo largo de esa parte de la costa fue del ingeniero Arístides García Mella. El inicio de los trabajos comenzó a finales de 1931 por disposición de la Junta de Ornato de la Ciudad de Santo Domingo, nombrada por el entonces presidente Trujillo. La persona destinada por la Junta para el trazado y construcción por etapas de la vía fue el arquitecto José Ramón Báez López.
La avenida fue una extensión del Paseo Presidente Billini.
“Relatos históricos de la época indican que los trabajos se iniciaron con 20 presidiarios y su correspondiente escolta, dos yuntas de bueyes, machetes y hachas. Los problemas no se hicieron esperar, pues los propietarios M. Galván, Lico Lovelace, los Vicini y Damián Báez, entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia, presentaron una querella contra el ingeniero Báez por penetrar en propiedad ajena sin autorización”.
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“La designación con el nombre de George Washington del tramo más popular de El Malecón se produjo a la par con su inauguración, el 23 de febrero de 1936, día del natalicio del héroe norteamericano que honra. Originalmente la avenida llevaría el nombre de Trujillo, pero finalmente se optó por el nombre actual y una ley del Congreso Nacional de 1935 lo oficializó”. Trujillo sí la inauguró.
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Y ganó el Malecón. De los 435 usuarios que respondieron a nuestra encuesta, 232 (53%) decidieron que la avenida más linda de Santo Domingo es la avenida George Washington. Le siguió en votos la Anacaona, con 98 (22%); la Churchill, con 77 (17%) –yo pensaba que esta iba a ganar–; y apenas 28 (6%) votaron por la avenida de la Salud.
Parte de la historia del malecón fue publicada en la revista Hábitat, de la cual reproducimos algunos fragmentos y datos interesantes:
Su historia (la del malecón) comenzó en 1924. La idea de construir un paseo o avenida a lo largo de esa parte de la costa fue del ingeniero Arístides García Mella. El inicio de los trabajos comenzó a finales de 1931 por disposición de la Junta de Ornato de la Ciudad de Santo Domingo, nombrada por el entonces presidente Trujillo. La persona destinada por la Junta para el trazado y construcción por etapas de la vía fue el arquitecto José Ramón Báez López.
La avenida fue una extensión del Paseo Presidente Billini.
“Relatos históricos de la época indican que los trabajos se iniciaron con 20 presidiarios y su correspondiente escolta, dos yuntas de bueyes, machetes y hachas. Los problemas no se hicieron esperar, pues los propietarios M. Galván, Lico Lovelace, los Vicini y Damián Báez, entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia, presentaron una querella contra el ingeniero Báez por penetrar en propiedad ajena sin autorización”.
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“La designación con el nombre de George Washington del tramo más popular de El Malecón se produjo a la par con su inauguración, el 23 de febrero de 1936, día del natalicio del héroe norteamericano que honra. Originalmente la avenida llevaría el nombre de Trujillo, pero finalmente se optó por el nombre actual y una ley del Congreso Nacional de 1935 lo oficializó”. Trujillo sí la inauguró.
3/8/11
Santo Domingo es una marca
El Clúster Turístico de Santo Domingo (CTSD) informa que debido al paso de la tormenta tropical Emily por el país, la presentación de la Marca Ciudad del Gran Santo Domingo, pautada para mañana, fue pospuesta para el miércoles 10 de agosto a las 7:30 de la noche en el Gran Salón del Hotel Hilton.
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Yaniris López
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La capital dominicana tendrá su marca ciudad. El paquete de atractivos exclusivos de la primada de América y su área metropolitana será en lo adelante un referente turístico mundial que, además de atraer todo tipo de visitantes, hará que sus habitantes se sientan orgullosos de su herencia natural y patrimonial y se involucren en su conservación y promoción.
El lanzamiento, ahora pautado para el miércoles 10 de agosto, iba a coincidir con la fundación de Santo Domingo, el 4 de agosto de 1496 por Bartolomé Colón, y para la ocasión se ha preparado un acto especial.
¿Qué significa ser una marca ciudad y qué importancia tiene para un país? ¿Cómo se promocionará Santo Domingo? ¿Cómo será el logo que la identifique?
Una imagen para el mundo
Se ha estado forjando desde 2009 por iniciativa del Clúster Turístico de Santo Domingo (CTSD). La institución se propuso, como organización gestora del destino Santo Domingo, posicionar la imagen de la ciudad en el mercado turístico mundial.
En las fases de trabajo que siguieron a la presentación del proyecto no solo participaron los actores públicos y privados del CTSD. A través de las redes sociales, de los medios de comunicación y de talleres propiciados por la organización, los dominicanos han colaborado en la definición de la marca de la ciudad. Los resultados serán el miércoles 10 de agosto y, a propósito de la fecha, LISTÍN DIARIO conversó con Luis Emilio Molina Peña, director ejecutivo del CTSD.
¿Qué es una marca ciudad y por qué merece ser una Santo Domingo?
La marca ciudad es una poderosa herramienta de diferenciación para posicionar una ciudad en un mercado, en el caso de Santo Domingo, en el mercado turístico y de inversiones en el sector.
La marca se fundamenta en las “fortalezas” del destino, es decir, en sus principales atractivos, que en nuestro caso, el carácter alegre y cálido de nuestra gente es el mayor. Santo Domingo necesita de una marca pues al país le llegó la hora de diversificar su oferta turística y promover otras modalidades más allá del “sol y playa”. ¿Y qué mejor para ampliar nuestra oferta turística que la “ciudad primada de América”? La marca ciudad tiene una doble función: hacia dentro y hacia afuera. Hacia afuera, es una herramienta para hacernos competitivos frente a otras ciudades turísticas, mediante el “citymarketing”, invitando a visitarnos e invertir en la ciudad.
¿Cuáles de sus atractivos serán claves en la promoción?
Santo Domingo es una ciudad con un inmenso patrimonio cultural, tangible e intangible, que incluye entre otros recursos arquitectura histórica, monumental y moderna, arte y artesanías, música alegre y contagiosa, moda, sol y libertad y, sobre todo, calor humano.
¿De qué forma pueden colaborar los habitantes de Santo Domingo en el éxito de la marca?
La marca ciudad promueve, hacia adentro, el desarrollo económico y social del territorio, favorece acciones educativas de mejoramiento e incrementa el orgullo de sus habitantes por su ciudad y su compromiso como anfitriones excelentes de nuestros visitantes.
Con nuestra buena “manera de ser” validaremos que somos alegres y que nos ocuparemos de que cuando el turista esté en nuestra ciudad también se sienta alegre, porque lo trataremos con respeto, consideración, amor y mucha atención.
¿Cuál será la función del Clúster Turístico de Santo Domingo?
Como marca registrada la marca es propiedad de la Mancomunidad de Santo Domingo y el Clúster su administrador. El Clúster realiza alianzas comerciales para la promoción de la marca. Para su uso empresarial o comercial es necesario solicitar una licencia.
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Yaniris López
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La capital dominicana tendrá su marca ciudad. El paquete de atractivos exclusivos de la primada de América y su área metropolitana será en lo adelante un referente turístico mundial que, además de atraer todo tipo de visitantes, hará que sus habitantes se sientan orgullosos de su herencia natural y patrimonial y se involucren en su conservación y promoción.
El lanzamiento, ahora pautado para el miércoles 10 de agosto, iba a coincidir con la fundación de Santo Domingo, el 4 de agosto de 1496 por Bartolomé Colón, y para la ocasión se ha preparado un acto especial.
¿Qué significa ser una marca ciudad y qué importancia tiene para un país? ¿Cómo se promocionará Santo Domingo? ¿Cómo será el logo que la identifique?
Una imagen para el mundo
Se ha estado forjando desde 2009 por iniciativa del Clúster Turístico de Santo Domingo (CTSD). La institución se propuso, como organización gestora del destino Santo Domingo, posicionar la imagen de la ciudad en el mercado turístico mundial.
En las fases de trabajo que siguieron a la presentación del proyecto no solo participaron los actores públicos y privados del CTSD. A través de las redes sociales, de los medios de comunicación y de talleres propiciados por la organización, los dominicanos han colaborado en la definición de la marca de la ciudad. Los resultados serán el miércoles 10 de agosto y, a propósito de la fecha, LISTÍN DIARIO conversó con Luis Emilio Molina Peña, director ejecutivo del CTSD.
¿Qué es una marca ciudad y por qué merece ser una Santo Domingo?
La marca ciudad es una poderosa herramienta de diferenciación para posicionar una ciudad en un mercado, en el caso de Santo Domingo, en el mercado turístico y de inversiones en el sector.
La marca se fundamenta en las “fortalezas” del destino, es decir, en sus principales atractivos, que en nuestro caso, el carácter alegre y cálido de nuestra gente es el mayor. Santo Domingo necesita de una marca pues al país le llegó la hora de diversificar su oferta turística y promover otras modalidades más allá del “sol y playa”. ¿Y qué mejor para ampliar nuestra oferta turística que la “ciudad primada de América”? La marca ciudad tiene una doble función: hacia dentro y hacia afuera. Hacia afuera, es una herramienta para hacernos competitivos frente a otras ciudades turísticas, mediante el “citymarketing”, invitando a visitarnos e invertir en la ciudad.
¿Cuáles de sus atractivos serán claves en la promoción?
Santo Domingo es una ciudad con un inmenso patrimonio cultural, tangible e intangible, que incluye entre otros recursos arquitectura histórica, monumental y moderna, arte y artesanías, música alegre y contagiosa, moda, sol y libertad y, sobre todo, calor humano.
¿De qué forma pueden colaborar los habitantes de Santo Domingo en el éxito de la marca?
La marca ciudad promueve, hacia adentro, el desarrollo económico y social del territorio, favorece acciones educativas de mejoramiento e incrementa el orgullo de sus habitantes por su ciudad y su compromiso como anfitriones excelentes de nuestros visitantes.
Con nuestra buena “manera de ser” validaremos que somos alegres y que nos ocuparemos de que cuando el turista esté en nuestra ciudad también se sienta alegre, porque lo trataremos con respeto, consideración, amor y mucha atención.
¿Cuál será la función del Clúster Turístico de Santo Domingo?
Como marca registrada la marca es propiedad de la Mancomunidad de Santo Domingo y el Clúster su administrador. El Clúster realiza alianzas comerciales para la promoción de la marca. Para su uso empresarial o comercial es necesario solicitar una licencia.
1/8/11
¡Por fin! La receta de los panecicos criollos
Gracias, Angela, por compartirla con nosotros. No te imaginas cómo la habíamos sabaneado.
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Angela escribió:
Este (panecicos) es un plato de nuestras abuelas. En mi casa desde chica conozco de estos, pero mi versión, según mi mamá, se hacían de la siguiente forma:
Ingredientes:
Yuca rallada
Anís dulce tostado
Concentrado de coco
Nata de leche
Un toquecito de azúcar
Picadillo de chicharrón
Hojas de plátano
Hilo de cocina
Sal al gusto
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Preparación
El día anterior
1. Rallar la yuca y apretar en un paño para extraer toda la naiboa posible (medir la naiboa extraída para luego añadir la misma cantidad de líquido). Reservar en lugar fresco envuelta en un paño. (Nevera)
2. Rallar un coco seco y extraer la leche con una taza de agua tibia y dejar reposar en la nevera en un recipiente de cristal transparente, para al día siguiente sacar el concentrado que sube a la parte de arriba (si eres dominicano sabes lo que estoy diciendo). El agua de abajo la puedes botar.
3. Con esto preparado, estás lista para confeccionar los panecicos.
Calentar una sartén y tostar el anís sólo un minuto, así aportarás más sabor. Si sacaste una taza de naiboa debes agregar la misma cantidad de líquido de nata y concentrado de coco a la harina de yuca. Agregas el anís, la sal y el azúcar. Esta mezcla debe quedar humectada pero no muy líquida. Agregar el picadillo de chicharrón.
4. Las hojas de plátano las pasas por el fuego, después de lavarlas bien. La extiendes y las frotas con manteca de cerdo o aceite vegetal (puedes agregar a la masa unas gotas también).
5. Tomar porciones de la masa y envolver en las hojas extendidas de plátano. También puedes tomar papel de aluminio y en la parte de adentro colocar un trozo de hoja de plátano y envolver la masa. Es más fácil, por la modernidad, pero estoy tratando de orientar de la forma más primitiva.
Bien, estos se colocaban en una especie de hornos o burén que tú mencionas, en nuestro tiempo en un horno convencional es a la parrilla a fuego lento, por una hora más o menos, depende del tamaño de tus panecicos. Disfruta.
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