Lectura: De visita por el Hoyo de Sanabe
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29/8/23
26/6/23
Se nos fue Jesús María, el platanú mayor
En 2016, Jesús
María nos mostró cómo confeccionaba el traje del platanú, el más emblemático
del carnaval de Cotuí. Nos dijo muchas cosas sobre cómo logró devolverle el
esplendor a un personaje con una historia que forma parte de la cultura del
municipio cabecera de la provincia Sánchez Ramírez y de toda la región Nordeste.
Ya entonces era mayor y tenía algunos achaques de salud, pero cómo duele enterarse
una de la muerte de un gestor cultural, de un ícono comunitario, de una persona
tan noble.
Jesús María falleció el pasado jueves 22 de junio en horas de la
madrugada. Esta es su historia…
31/3/22
Entrada (y salida) al Hoyo de Sanabe
El gran templo de las expresiones taínas en República Dominicana.
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10/2/17
¿Qué hervía dentro de la funda?
No pregunté por vergüenza. El año pasado, cuando regresábamos de una visita a Cotuí, nos paramos en El Tocao, el lugar donde, dicen, hacen las mejores frituras del Cibao. En el patio de una de las casas vi este fogón y no me atreví a preguntar qué cosa había en la funda que ven dentro del caldero, hirviendo como un vívere o un pedazo de carne más. En realidad le temía a la respuesta, o a que me dijeran que no me importaba, que qué entrometida era. Pero sí quería saber. A lo mejor es que alguna de las carnes hay que hervirla así, a lo mejor es una forma de cocinar, a lo mejor aprovecharon para hervir otra cosa. Ahora, ¿se hierven igual las cosas si las pones dentro de una funda plástica? ¿No le transmitirá el plástico algún componente químico peligroso a lo que hay dentro? En fin…

9/4/16
Frituras en El Tocao
Dicen que en el paraje Tocao (o El Tocao), varios kilómetros al sur del centro de Cotuí, se preparan las mejores carnes fritas del Cibao. De cerdo, de vaca, de chivo. Chicharrones, morcillas, tripas…
Las tajadas rojas y anchas y las tiras blancas y marrones invitando a romper la dieta cuelgan en palos y ranchetas a orillas de la carretera. Las más populares son las que hace Nelson, quien al otro lado de la vía que conecta Cotuí con Zambrana y Maimón administra también un puesto de frutas.
Estuvimos al tris de comprar algunas tiras y confirmar la leyenda rural y viajera hasta que a una chica se le ocurrió ponerse a barrer justo debajo de las frituras. Y ya saben lo que levantaba la escoba que llegaba, flotando, hasta el apetitoso manjar: la “parte más menuda y deshecha de la tierra muy seca, que con cualquier movimiento se levanta en el aire” (RAE), llamada polvo...

P.D. Idiota, Yalo. Todo lo que se consume a orillas de la carretera lleva el sabor -casi siempre imperceptible- de esas partículas claras.
27/8/10
17/3/10
En el Parque Nacional Aniana Vargas
(C)Yalo
Cotuí, Sánchez Ramírez.- El paisaje y las aguas del lago artificial más grande del país, ríos, aves endémicas y migratorias, caminos cobijados de hojas, sabanas de yerba verde y oscuras guácaras repletas de murciélagos y arte rupestre esperan al viajero que encontrará mucho que hacer en los 118.6 kilómetros cuadrados del recién creado Parque Nacional Aniana Vargas.
La instauración de la zona en área protegida fue durante décadas un sueño para los habitantes de la provincia Sánchez Ramírez, que pedían a las autoridades ayudarlos a preservar un área que, en su conjunto, está considerada como el gran templo del arte taíno de la isla.
Más allá de la superficie terrestre
El decreto 571-09 que creó el Parque Nacional Aniana Vargas en octubre de 2009 lo ubica al pie de la Sierra de Yamasá y los linderos meridionales de la gran llanura del Valle del Cibao Oriental. “Sin duda se ha creado uno de los más interesantes parques nacionales del Caribe, donde ya se han documentado 21 cuevas y abrigos que contienen nada menos que 435 petroglifos y 711 pinturas prehispánicas.
El lago y la presa de Hatillo
En el extremo oeste de Sánchez Ramírez todo gira en torno al lago de Hatillo. Compartido por los municipios de Cotuí y La Mata, es el lago artificial más grande del país. Sus 30 kilómetros lo convierten en el mayor reservorio de agua dulce del Caribe y pese a las amenazas de contaminación de sus aguas sigue siendo uno de los balnearios más visitados. Estos días, debido a la sequía y al uso del agua para regar los campos de arroz que llenan el paisaje, luce con poca agua. La presa fue construida entre 1977 y 1984 seis kilómetros al suroeste de Cotuí para embalsar las aguas del río Yuna. Su embalse tiene un volumen de agua de 710 millones de metros cúbicos y el muro del dique mide 1,800 metros.
El paseo por las aguas del lago de Hatillo, con música y bebidas a bordo, lo ofrece desde hace años un único ferry de dos niveles administrado por Raúl Fernández, su creador. En el 2009, Raúl cruzó a nado la presa de Hatillo junto a un grupo de amigos en reclamo de que fueran arregladas todas las calles y vías de acceso a la provincia. El reto se llamó “Gran desafío por la esperanza”.
Las guácaras
Forman en su conjunto el sistema de cuevas más importante del país no sólo debido a su abundancia y originales formas laberínticas, sino porque conservan la mayor concentración de arte rupestre de la isla. Las encontramos en las comunidades de Sierra Prieta, Comedero, Caballero y Hernando Alonso, todas ubicadas al oeste de la provincia.
Al entrar en las cuevas, la mirada se distribuye entre las rocas talladas por la naturaleza, jeroglíficos, laberintos esculpidos que según muchos arqueológicos hacen referencia al calendario de lluvias taíno, petroglifos y cientos de pinturas que ilustran el modo de vida de los primeros habitantes de la isla, así como animales y otros detalles difíciles de identificar.
En la del Hoyo de Sanabe, ubicada en la loma Peñón de la Sabana, al noroeste del lago de Hatillo, se han registrado alrededor de 300 pinturas en sus murales. La cueva fue descubierta a finales de los años 70 por el investigador Pagán Perdomo. Bordear el lago de Hatillo, subir la loma y luego bajar hasta la ciudad subterránea para recorrer sus casi 200 metros de largo es un placentero reto ecoturístico.
Las de Sierra Prieta son de fácil acceso, pues muchas de las entradas se encuentran a ras del suelo formando paredes de piedra. Y en una de las guácaras de Hernando Alonso, el atractivo principal es la “escultura” de una virgen a la que, encontrar, es toda una aventura. Es indispensable el uso de focos en las cuevas.
SOBRE EL PARQUE NACIONAL
El nombre del parque nacional, cuya biodiversidad se desarrolla dentro del ecosistema de bosque tropical húmedo, honra la memoria de Aniana Ondina Vargas Jáquez, luchadora antitrujillista y defensora de los derechos campesinos y del medio ambiente fallecida en el año 2002.
En la zona faltan todavía infraestructuras que acojan a los visitantes (un servicio que por el momento ofrece el centro de recreo ecoturístico Natura Bass) y más vigilancia en las cuevas. En el punto donde se toma el ferry, funcionan una cafetería y un restaurante.
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19/2/10
Papelú, fundú y platanú
El próximo sábado 27 de febrero es una buena fecha para comenzar. Allí los podremos ver exponiendo en las calles la rica herencia africana que nos dejó la colonización. Claro, con todas sus oportunas y atractivas variantes.
2/11/09
Hoyo de Sanabe (Monumento al ego 18)
Premio Nacional de Periodismo Turístico Epifanio Lantigua 2009 (Fotografía).
De visita por Hoyo de Sanabe
En la guácara de Hernando Alonzo
Otros Monumentos al ego:
Presagios
Parada 77
Mi colección de "Duartes"
P.D. La foto fue tomada entre las 3:30 y 4:00 de la tarde -más o menos- del sábado 27 de junio (2009), al final de la galería subterránea. Se trata de un lugar de difícil acceso ubicado en la loma Peñón de la Sabana (provincia Sánchez Ramírez). Pocos llegan al final del oscuro túnel lleno de murcielaguina. A lo mejor por eso la foto vale un chin. Y.
30/7/09
Esas apariencias…
“Esta tipa –Yalo– debe tener un mes que no se peina, camina demasiado rápido, cree que se ve bien y debe dársela muchísimo, y para colmo pasará frente a mí…”.
Yalo, de su lado, en los cinco segundos que la separan de la señora que evidentemente esperaba de pie a alguien que estaba en el parqueo pensó:
“¿Qué me mira ella, con esa cara de odiosa, tan fea, como si yo apestara? La gente aburrida no debería salir a la calle. Y lo peor es que debo pasar frente a ella. La ignoraré. Pasaré mirando al suelo y la ignoraré”.
Tres segundos después, cuando Yalo pasa frente a la señora nota que la mueca dura y sufrida de la doña se transforma, esboza una pequeña sonrisa, mira a Yalo de repente como hace la gente del campo cuando se topa con alguien en pleno camino y le dice:
– Vete con Dios.
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P.D. Pensaron que los frutos rojos de la imagen son tomates, ¿verdad? Pues no. En realidad es una mata de hojas grandes parecidas a la berenjena, con espinas por todas partes y con frutos parecidos a los del tomate que a los carajitos del campo les dicen que envenenan. La foto fue tomada en Sierra Prieta, al sur de Fantino, provincia Sánchez Ramírez.
6/7/09
De visita por Hoyo de Sanabe
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Entrada a la cueva. Nada espectacular, pero una vez dentro... |
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Yaniris López
La Mata, Sánchez Ramírez
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El Hoyo de Sanabe está considerado el gran templo de las expresiones taínas del país y junto con las demás guácaras del distrito municipal Hernando Alonso, las de Sierra Prieta, Comedero Arriba y Caballero, ubicadas al oeste de la provincia Sánchez Ramírez, forma parte del sistema de cuevas más importante de República Dominicana.
Aunque la ruta más empleada para llegar a Hoyo de Sanabe desde Santo Domingo es la que se hace saliendo de Maimón (provincia Monseñor Nouel) hasta la comunidad de Hatillo, en Cotuí, para desde ahí tomar un bote, cruzar el lago y luego caminar un buen trecho hasta la caverna, la ruta Fantino-Hernando Alonso es ideal para los que deseen vivir una aventura ecoturística completa.
Porque el Hoyo de Sanabe, nos explicó el coordinador de la Sociedad Ecológica de Fantino (SEF), Vinicio Santos, no está ubicada en un islote en medio del lago de Hatillo, como muchos creen y se ha escrito, sino en una loma situada al sureste de Hernando Alonzo, que bordea el extremo oeste del lago y que se le conoce como Peñón de la Sabana.
Desde Hernando Alonso, la aventura incluye un recorrido a pie por la orilla del lago y aproximadamente dos kilómetros de caminata entre tupidos bosques y algunas sabanas de verdes pajones. La vista del lago de Hatillo desde lo alto compensa cualquier contratiempo, y la llegada a la guácara augura largas horas de exploración y contacto con la herencia taína dignas de conservar en la memoria.
En general, la guácara parece una gran ciudad subterránea con impresionantes espeleotemas, formaciones trabajadas por el hombre, laberintos y recámaras con desniveles que, pensamos, les servían de habitaciones a los taínos.
Los grandes protagonistas, lo que todos quieren ver, sin embargo, son los murales repletos de pictografías taínas y petroglifos en los que es fácil distinguir caritas, caretas, animales, figuras antropomorfas, brujas y situaciones relacionadas con la vida indígena (juegos, caza, ritos…).
¿Area protegida?
La preocupación por conservar el Hoyo de Sanabe (más fotos) y todas las guácaras ubicadas al oeste de la provincia Sánchez Ramírez (Comedero, Caballero, Sierra Prieta y Hernando Alonso), que en conjunto conforman la mayor representación de arte taíno del país, ha sido tema de debate en los últimos años.
En el 2006, el coordinador del Espeleogrupo de Santo Domingo, Domingo Abreu Collado, denunció el saqueo de piezas indígenas y el uso de lámparas de queroseno en el interior del hoyo de Sanabe.
El pasado fin de semana, una parte del suelo de la guácara reportada a finales de los años 70 por los investigadores Manuel García Arévalo y Dato Pagán Perdomo presentaba signos recientes de que le había sido extraída murcielaguina, estiércol producido por los murciélagos muy buscado como abono.
Vinicio Santos, coordinador de la Sociedad Ecológica de Fantino, asegura que estas prácticas vandalísticas han mermado pero que urge que las autoridades de Medio Ambiente y Turismo los apoyen y conviertan la zona de las guácaras en área protegida, pues sólo de esta forma se logrará mantener control y vigilancia permanente en los alrededores.
“El saqueo ha disminuido pero viene gente sin conciencia, sobre todo estudiantes y maestros sin conciencia. En el último campamento se llevaron pinturas y dañaron pinturas y petroglifos”, dijo Santos a LISTÍN DIARIO.
La SEF, que funciona desde el año 1990, es actualmente de las pocas instituciones –tal vez la única- que vigila el entorno de las cuevas y promueve iniciativas de reforestación y visitas ecológicas a los atractivos de la zona.
El investigador Adolfo López ha sido uno de los investigadores locales que más ha trabajado con la SEF en la conservación de las guácaras de esta provincia.
Del viaje:
-- Para bajar y luego subir tuvimos que usar las lianas de unas matas (parecían mangles) ubicadas en la entrada de la cueva.
-- Usamos antorchas y focos para poder caminar entre los oscuros laberintos.
-- Algunas pictografías llaman mucho la atención, entre ellas la del perro mudo y una que muestra un acto sexual.
-- Vimos tortugas, mariposas, aves raras...
-- A las 3:50 de la tarde, justo al llegar al final de la cueva (los chicos nos dijeron que hacía poco la pared rocosa se había desprendido), la luz del sol se filtró por el hueco y nos regaló esta hermosa estampa que le mereció a la Yalo el Premio Nacional de Prensa Turística 2009 en la categoría de Fotografía.
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La pictografía realizada arriba del ave parece un ovni. |
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Cavidades y espeleotemas. |

Publicado en Listín Diario el 03-07-09
Editado el 21 de abril 2016
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P.D.: Gracias por la invitación, Timo.
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Yaniris López
2/7/09
Honestidad campesina
Una lección de honestidad aprendida el pasado fin de semana en Sierra Prieta, una comunidad rural ubicada al sur de Fantino, provincia Sánchez Ramírez.
8/4/09
En la guácara de Hernando Alonso
La entrada a la cueva |
Se paró con Ro en la ferretería más cercana al centro de Fantino (Sánchez Ramírez) y se armó con la única linterna que quedaba en la tienda, que resultó ser una de esas que dan risa: bien ancha en la parte del foco y estrecha en el mango. Rara, en verdad.
De hecho, el chico que la buscó se quedó a medio camino, en el pasillo que da a la parte trasera de la tienda, y desde allá dijo: “Sólo nos queda de ésta”, como excusándose (risas).
Luego le daríamos gracias al ¿cielo? por haberla comprado.
De Fantino tomamos rumbo al sur, hacia la(s) guácara(s) de Hernando Alonso (distrito municipal del municipio La Mata). La cueva se encuentra en lo alto de una montaña que se alcanza a ver desde la carretera.
Antes de llegar a la falda hay que pasar por una “empalizá”, un pequeño cacaotal, un río y una amplia sabana.
La subida, salpicada de piedras blancas y un hermoso paisaje verde como fondo, es de fácil ascenso: más o menos 10 minutos para los ágiles y ejercitados, 20 minutos para los haraganes como Yalo. De abajo parece más difícil, pero no es para tanto.
La idea de visitar la cueva era, además de explorarla, ver si descubríamos a la primera mirada la famosa figura de la virgen que se encuentra en las cuevas (en realidad son muchas cuevas en una sola, aunque sólo haya una entrada).
El reto lo había planteado Timo.
La entrada de la cueva se ve normal, espaciosa y con petroglifos en las primeras rocas que auguran una buena observación de la rica herencia taína.
Pero al entrar… una se da cuenta de que el paseo no será tan sencillo. Aunque tenemos focos, sólo el flash de la cámara al dispararse nos brinda una idea de cómo serán los próximos metros: oscuros pasadizos con pisos desnivelados, figuras rocosas que se desprenden de los techos y gotitas de agua que en los próximos años darán forma a peculiares estalagmitas.
Timo dirige la “expedición”, y Cholo y Jorge cuidan los pasos de las chicas. Como no se puede estar disparando fotos todo el tiempo, hay que tener cuidado con los desniveles y con la oscura oscuridad, la mejor aliada de los murciélagos que dan la bienvenida a los visitantes.
La virgen está casi al final, empotrada en el lateral derecho.
De frente no dice nada, pero de costado, ufff, ¡en serio que lo parece! Los estudiantes y supongo que otros visitantes han garabateado en las rocas, lo que le resta pulcritud al lugar (¿dónde están, Turismo y Medio Ambiente?).
El paseo de ida termina cuando un montón de rocas desprendidas hace varios años bloquea el paso y obliga a dar la vuelta.
Las pringamosas en flor y unas enormes raíces que parecen ¿mangles? nos reciben a la salida.
Si no hubiésemos llevado foco el viaje hubiese sido un fiasco. En serio.
Y si no hubiéramos contado con la grata compañía de Timo, Cholo, Jorge, Karpov y Chiquilía, el viaje a Fantino y al lago de Hatillo no hubiera sido lo que fue: una grata e inolvidable experiencia digna de contarse.
Pero esa es otra historia, como dice Johanna Spyri, “que les contaré algún día”.
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La virgen. ¿Logran verla? |
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La entrada: desde adentro y desde afuera. |
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El paisaje desde la loma. |
Relacionado en LD:
El reto: encontrar a la virgen
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