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16/8/16
10/8/16
Palmilla, piscina natural
Se encuentra unos 20 kilómetros al sureste del centro de Bayahíbe, en medio del Caribe, frente a la costa oeste de la zona protegida más visitada de República Dominicana
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Hasta hace unos años, la piscina natural de playa Palmilla, frente a la costa oeste del Parque Nacional Cotubanamá (antiguo Parque del Este), no era un destino final, sino una parada intermedia y casi obligatoria en la ruta hacia Catuano, Mano Juan u otras playas de la paradisíaca isla Saona.
Zarpando del embarcadero público de Bayahíbe o de cualquiera de los hoteles de la zona, los botes y catamaranes echan anclas en medio del mar Caribe, a unos 200 o 300 metros de la línea de playa, y allí se quedaban media hora o cuantos minutos quisieran los turistas.
Ahora no. Aunque sigue siendo el “plus” de los tours hasta la islita adyacente más grande de República Dominicana, cada vez más turistas locales y extranjeros exigen una única parada para darse un baño en las aguas turquesas y transparentes de la poza de agua salada.
“Es exactamente como me imaginaba el Caribe”, se le escucha decir a un turista argentino, sorprendido que de que el agua apenas le llegue al pecho encontrándose tan lejos de la orilla.
Los bañistas tienen para disfrutar alrededor de 800 metros paralelos a la playa, entre la arena blanca y la enorme terraza coralina que separa la alberca natural del mar abierto y que hace posible esta maravilla geológica.
Todo el litoral hacia el sur, hasta el Canal de Catuano (el estrecho brazo de mar que separa la tierra firme de la provincia La Altagracia de la isla Saona), es una larga ribera de aguas claras y piscinas naturales a descubrir.
Por su impresionante belleza, Palmilla es una de las opciones que hacen del antiguo Parque Nacional del Este el área protegida más visitada de República Dominicana, con 631,102 visitantes en 2015.
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Hasta hace unos años, la piscina natural de playa Palmilla, frente a la costa oeste del Parque Nacional Cotubanamá (antiguo Parque del Este), no era un destino final, sino una parada intermedia y casi obligatoria en la ruta hacia Catuano, Mano Juan u otras playas de la paradisíaca isla Saona.
Zarpando del embarcadero público de Bayahíbe o de cualquiera de los hoteles de la zona, los botes y catamaranes echan anclas en medio del mar Caribe, a unos 200 o 300 metros de la línea de playa, y allí se quedaban media hora o cuantos minutos quisieran los turistas.
Ahora no. Aunque sigue siendo el “plus” de los tours hasta la islita adyacente más grande de República Dominicana, cada vez más turistas locales y extranjeros exigen una única parada para darse un baño en las aguas turquesas y transparentes de la poza de agua salada.
“Es exactamente como me imaginaba el Caribe”, se le escucha decir a un turista argentino, sorprendido que de que el agua apenas le llegue al pecho encontrándose tan lejos de la orilla.
Los bañistas tienen para disfrutar alrededor de 800 metros paralelos a la playa, entre la arena blanca y la enorme terraza coralina que separa la alberca natural del mar abierto y que hace posible esta maravilla geológica.
Todo el litoral hacia el sur, hasta el Canal de Catuano (el estrecho brazo de mar que separa la tierra firme de la provincia La Altagracia de la isla Saona), es una larga ribera de aguas claras y piscinas naturales a descubrir.
Por su impresionante belleza, Palmilla es una de las opciones que hacen del antiguo Parque Nacional del Este el área protegida más visitada de República Dominicana, con 631,102 visitantes en 2015.
6/8/16
Un sendero educativo taíno en el Jardín Botánico
Aquí se mostrará la etnobotánica y la historia del uso de las plantas en la isla desde los taínos hasta después de la llegada de los europeos
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yaniris.lopez@listindiario.com
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Como parte de las celebraciones por su 40 aniversario, el Jardín Botánico Nacional (JBN) estrenará en los próximos meses una ruta con un enfoque cultural y de conservación que llevará el nombre de Sendero Educativo Taíno.
A lo largo de unos 1,000 metros, “el visitante conocerá la flora, la etnobotánica y la historia del uso de nuestras plantas desde la época de los taínos y hasta despues de la llegada de los europeos”, explica el director del parque, Ricardo García, a LISTÍN DIARIO.
La ruta formará un circuito junto con el Sendero de los Sentidos (construido para que personas con discapacidad disfruten de la flora del jardín) y la laguna del Palmar, ocupando en conjunto parte de las áreas ubicadas al sur y al oeste del Jardín.
El lugar conlleva una infraestructura con construcciones taínas (bohíos y caneyes) con una museografía dirigida por expertos dominicanos, antropólogos, historiadores y personal del JBN y del Museo de Berlín, indica García. “En esa colección viva vamos a tener sembradas en exhibición las plantas que usaban los taínos (medicinales, alimenticias y alucinógenas) y las que fueron introducidas luego del encuentro entre los dos mundos”.
Así, mientras en un primer recorrido se verán plantas de yuca, guáyiga, guayaba, jicaco, anón, guanábanas, mamey o Anadenanthera peregrina (la alucinógena que usaban los indígenas en el rito de la cohoba), un segundo tramo mostrará especies introducidas a partir de la llegada de los europeos como el café, el cacao y la caña de azúcar.
“Mostraremos por ejemplo de qué forma los taínos usaban el casabe, pues hay escritos de cronistas que señalan que algunos indígenas se suicidaban en grupo tomando el veneno de la yuca amarga, que es la que se usa para elaborar el casabe. Todo ese rico acervo cultural lo vamos a reflejar a lo largo de este sendero”.
Con aportes del sector privado El Sendero Educativo Taíno se construye a un costo estimado de 18 millones de pesos gracias a la colaboración de Marítima Dominicana y su presidente Karsten Windeler.
“En términos de atractivos de recreación va a ser una de las áreas más fuertes del Botánico. Incluso ya es muy usado por los miembros del Club de Caminantes del parque”, dice García.
El JBN fue inaugurado el 15 de agosto de 1976.
Ubicación del sendero en el JBN. |
Etiquetas:
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