El mar provoca en mí ideas suicidas. Me reta. Me dice ven, échate a dormir aquí, bocarriba, sobre las crestas blancas. Eso si hay espumas, como las que dejan las olas en Cabarete. Si no hay espumas entonces me imagino que me dice ven, tírate, traspasa mi cuerpo, húndete y mira lo que hay debajo de mi piel de agua.
Siempre ha sido así. No importa que vaya en una lancha o lo vea por la ventana de un hotel. Si paso por el Malecón o por las Américas, por ejemplo, me gusta verlo de lejos y a intervalos. Si dejo posar la vista varios segundos en el fondo imaginario donde descansan las aguas, me veo tirándome de cabeza, desapareciendo para siempre. Y antes de tirarme sufro porque me imagino a los buzos buscando sin éxito mi cuerpo, a la gente sobre el farallón, metiéndose en lo que no le importa, lamentando la muerte de alguien que se dejó provocar por el mar. Y él burlándose de ellos antes de tragarme.
Maro escribió en su muro de FB una frase conocida que ha vuelto a traer esas ideas suicidas. "Qué me importa que se seque el mar; total, yo no soy marinero". Me regodeo pensando qué pasaría si el cambio climático se retuerce y decide que ya no descongelará los glaciares ni tapará islas enteras, sino que ocurrirá al revés: las aguas del mar se irán secando poco a poco hasta que todos podamos ver su fondo seco, sus secretos al descubierto. Dulce venganza. ¿Qué podría ocurrir? "Iremos caminando hasta Nueva York", dice Pachico. Pero no.
Su misión -la del mar- es mortificarme. Como ya no tendrá agua me imagino frente al farallón del Malecón intentando ver su fondo oscuro, impenetrable. No hay forma de ir a ningún lado. No se le ve el fondo. Y entonces me duele pensar que nunca más pasearía por el Malecón o por las Américas, porque cualquier brisita podría hacerme tambalear y caer al mismo abismo que una vez estuvo lleno de agua...
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P.D.: El mar es como la vida. Nunca se sabe cuándo tocaremos fondo.
3 comentarios:
El Mar, mas que retarte es tu par:ambos son pausados por momento, en otros muestran toda su fiereza; tienen liviandad y tambien profundidad, y sobre todo,son de una belleza iniguable y con una disposicion de convocar que atraen en demasia.
Como dice mi papa " El mar es bello siempre y cuando este de tu ombligo para abajo". Unas de las cosas que siempre he querido hacer es ponerme un tanque de buseo y bajar hasta donde la luz del sol es solo un rayito de luz y descubrir las cosas bellas que el mar esconde ayi.
el mar es un misterio que se revela ante nuestros ojos, su color, olor y potencia.... y mas los mares dominicanos llenos de misterios y realidades...... buen articulo
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