“No se les ocurra nunca decirle paso fino al paso higüeyano”, advierte a los visitantes Severo Morales, presidente de la Asociación de Caballos de Paso Higüeyano, fundada en el 2002.
Yaniris López
Listín Diario
Higüey.- Dos recorridos muestran al viajero el legado cultural de la provincia La Altagracia. En el municipio de Higüey: la Basílica de Nuestra Señora de La Altagracia, la iglesia de San Dionisio, el obelisco, el Pozo de la Virgen, las Tres Cruces, los parques del pueblo, los caballos de paso higüeyano y las casas victorianas del distrito municipal La Otra Banda.
En el municipio de San Rafael del Yuma: la casa fuerte de Ponce de León, conquistador de Puerto Rico, y los yacimientos arqueológicos, ojos de agua, bosques y tradiciones centenarias de la Punta de Bayahíbe, el pujante distrito municipal pesquero en el que conviven armónicamente modernos complejos turísticos y modestas casas típicas, grandes barcos de pasajeros y yolas de vela utilizadas para la pesca artesanal.
El arquitecto Rady Cedano es el creador y primer anfitrión de la ruta de La Altagracia. Es miembro del Cluster Turístico de la provincia y un gran conocedor de su cultura, gente y geografía. Cedano creó la ruta como parte de las actividades ofrecidas a los participantes de la Primera Conferencia Mundial sobre Clusters Turísticos y Competitividad celebrada en abril en Bávaro, Punta Cana, por el Instituto de Competitividad (TCI, en inglés) y organizada en el país por el Consejo Nacional de Competitividad (CNC).
De Higüey a San Rafael del Yuma
La ciudad de Higüey invita a caminar. Grande y bonita, es difícil perderse entre sus calles. Desde cualquier punto del centro, el arco ovalado de la Basílica de La Altagracia sirve de referencia al visitante, y en cualquier esquina aparece un parque o un punto donde parar y descansar.
Cedano asegura que el diseño de la ciudad es original y adecuado para pasear, por lo que motiva a los turoperadores a insertar sus muchas opciones culturales en sus paquetes. Eso, más “una buena política social y la unidad de criterios de todos los que trabajan el turismo”, hará florecer las ofertas culturales en la provincia, sostiene.
San Dionisio y el Pozo de la Virgen
La avenida Agustín Guerrero conecta la Basílica con la pequeña iglesia de San Dionisio, el primer hogar del cuadro de la Virgen de La Altagracia. Construida en 1512, es una de las primeras iglesias de América. Está ubicada en un costado del parque central. En su frente se conserva la Cruz del Perdón y muchos peregrinos siguen la tradición de hacer penitencia salvando la distancia de la cruz al altar de rodillas.
Fuera de la iglesia, y en medio de una calle, está el Pozo de la Virgen. Cuenta la leyenda que allí surgió un brote de agua que sirvió para sofocar un incendio que amenazaba la iglesia, por lo que está considerado como un milagro de la protectora.
Desde un extremo de esta calle es posible ver la iglesia de San Dionisio, el Pozo de la Virgen, la Cruz del Perdón y el arco de la Basílica. En los últimos años ha crecido el apoyo a un proyecto que procura convertir los aproximadamente 500 metros de la avenida Agustín Guerrero que separa los dos templos en una calle peatonal.
La Basílica
El monumento religioso más visitado del país es la principal atracción cultural de la ruta. Su historia, detalles interiores, pinturas y vitrales deslumbran tanto como la majestuosidad arquitectónica de su fachada. Tocar el cuadro de la Virgen de La Altagracia, caminar por los pasillos exteriores, escudriñar la pintura de Vela Zanetti y los relieves de su puerta de bronce bañada en oro forman parte del paseo, aunque es posible que nunca le dejen contar las 500 hojitas de cedro donde reposa el cuadro y que representan las ramas del naranjo donde, según la leyenda, fuera encontrado en más de una ocasión. El árbol fue tallado en México. La Basílica fue inaugurada en 1971 y bendecida por el papa Juan Pablo II en 1992. Si visita el templo a mediados de agosto, se topará con una de las más lindas tradiciones dominicanas: la fiesta de Los Toros de la Virgen, cuyos miembros montan a caballo, usan uniformes especiales y entonan cantos en honor a la patrona.
La elegancia del caballo de paso higüeyano
Higüey es tierra de caballos. Y de unos muy especiales. Los ejemplares que se pasean por los potreros de la Asociación de Ganaderos de Nisibón (Agani), en La Otra Banda, saben que los están observando y se muestran altivos y elegantes.
“No se les ocurra nunca decirle paso fino al paso higüeyano”, advierte a los visitantes Severo Morales, presidente de la Asociación de Caballos de Paso Higüeyano, fundada en el 2002.
¿Por qué? Porque el caballo de paso higüeyano tiene sus propias características, únicas en el mundo, producto del cruce de varias razas que lo afinaron y dieron como resultado un ejemplar brioso, resistente, cómodo, de buena alzada y manso, explica. Su paso tiene 4 tiempos isócronos (que suenan igual) pero más lento que otras razas. Son elegantes por naturaleza. El montador va muy cómodo y no tiene que hacer el recurrido movimiento de “spring”.
“Un gran equipo de hombres y mujeres agrupados en la Asociación estamos afinando aún más nuestros ejemplares; hoy somos una modalidad en el andar, la estamos cerrando genéticamente con presteza y eficacia para que un día, en un puntito de Quisqueya, llamado Higüey, el mundo se entere de que existe una raza de caballo paso dominicano”, dice Morales. Mientras, ¡cuánto se disfruta la exhibición y se aprende de caballos en Higüey! En especial de lo mucho que se parecen las yeguas a las mujeres.
Museo Ponce de León
A 24 kilómetros de Higüey, en el municipio San Rafael del Yuma, la casa de piedra y mampostería de Ponce de León, conquistador de Puerto Rico, espera a los visitantes.
La casona, rodeada de un fresco jardín, fue construida en 1505 y allí vivió Ponce con su esposa Leonor y sus tres hijas hasta 1508. Puerto Rico patrocinó la restauración de la casa en 1970 y el Ministerio de Cultura dominicano la dotó con mobiliario original de la época traído del Alcázar de Colón.
La carretera que conecta Higüey con el museo merece más de una fotografía, y los chicos que atienden a los visitantes, oriundos de San Rafael del Yuma, son de lo más atentos y responden cualquier pregunta sobre el lugar, abierto de 10:00 de la mañana a 4:00 de la tarde, de martes a domingo.
La Punta de Bayahíbe
El recorrido cultural por la Punta de Bayahíbe muestra el rico legado cultural de este distrito municipal pesquero ubicado al suroeste de la provincia. ¿Qué incluye? Un yacimiento arqueológico fechado en el año 2000 antes de Cristo, una antigua iglesia fundada en 1925 y consagrada por el arzobispo Monseñor Nouel donde se venera la imagen de la Divina Pastora; una visita al milenario bosque de Pereskya quisqueyana (Rosa de Bayahíbe), planta endémica en peligro de extinción que sólo crece en este lugar; las yolas de vela utilizadas en la pesca artesanal y la popular alfarería de la zona.
2 comentarios:
Hermoso...
Mana
Que orgullo cuando leí el periódico y vi que era obra tuya lo relatado.
Publicar un comentario