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16/1/11

Ecoturismo responsable

RESPETAR EL MEDIO AMBIENTE IMPLICA SEGUIR REGLAS BÁSICAS DE CONVIVENCIA

Yaniris López

La primera vez que Felixiana Espinal Miguel subió al pico Duarte, motivada por su papá, tenía 12 años. A tan temprana edad ya había conquistado lo que a muchos dominicanos les cuesta toda una vida: alcanzar los 3,087 metros de la montaña más alta de las Antillas.
Aunque no era su primera experiencia ecoturística, una pasión que le viene de familia (su papá, Félix Espinal, ha subido 18 veces el Pico), lo que allí vio y vivió marcaron su futuro oficio vocacional. ¿Qué le impresionó de aquella primera gran aventura? “El clima más que otra cosa, los árboles, la gente, estar frente a la estatua (de Juan Pablo Duarte) y mirar ese panorama en un giro de 360 grados desde allí arriba. Es algo maravilloso que he seguido haciendo”, dice Espinal. En ocasiones se queda en los alrededores, en el Valle del Tetero, en Macutico, pero es una asidua visitante de la zona.
Contadora de profesión, mientras cursaba un master en Medio Ambiente que le permitió recorrer todo el país, Felixiana comenzó a organizar viajes para grupos y así nació Breaking Tours, con un primer viaje a la isla Saona en febrero de 2006. Allí no hace un trabajo convencional. Su modo de hacer ecoturismo dista mucho de explorar un sitio sin rigor.

Es una defensora a rabiar del medio ambiente y lo mismo alaba un destino como critica el comportamiento de muchas personas que, aun llamándose ecoturistas, no respetan la naturaleza ni los espacios a los que arriban.
Por eso, Felixiana ha aceptado ofrecer a los lectores viajeros, a propósito de que las visitas al pico Duarte se incrementan este mes, algunas recomendaciones para hacer un ecoturismo responsable y de respeto al medio ambiente no sólo en este destino, sino en todos los que nos toque disfrutar de la geografía nacional.

La comunidad, una pieza clave
Espinal considera que la comunidad que sirve de anfitriona al destino que se visita debe ser una prioridad de los viajeros. Eso implica, por ejemplo, que en un viaje a la isla Saona prefiera obviar el primer punto, Catuano, y llegar hasta el poblado de Mano Juan, mucho más alejado, para que los ecoturistas y estudiantes conozcan su gente y sus programas de conservación de tortugas y les compartan cómo sobreviven en una área protegida.
“Los peligros son mayores cuando existe un fuerte contraste entre la opulencia de los turistas y la pobreza de las comunidades anfitrionas”, dice Espinal.

Acciones para evitar riesgos ambientales
Las personas que hacen ecoturismo por cuenta propia o aquellas que recurren a las pequeñas agencias ecoturísticas para visitar los atractivos del país inciden en el medio ambiente y sus acciones pueden mejorarlo o destruirlo.
“Las agencias han surgido por la necesidad de la gente de conocer el país, algo en lo que ha ayudado mucho Medio Ambiente con la promoción, pero las agencias tenemos que conocer el lugar, su flora y fauna, saber cuáles zonas son delicadas o cuáles son importantes cuencas acuíferas para tener control del manejo de los desechos y de las actividades”, dice al respecto Felixiana Espinal, guía y fundadora de Breaking Tours.

Según Espinal, hay grupos que se comportan y otros no, por lo que estas empresas deben tomar en cuenta la cantidad de personas que llevan y el tipo de actividad que realizarán.
“Si estás en un área frágil y de vientos, no hagas una fogata porque puedes provocar un incendio; ¿cómo es posible que si vas al pico Duarte a escuchar los sonidos de la naturaleza encuentres una radio encendida con un reguetón todo el día y que nadie haga caso cuando les pides que bajen un poco la música?”, explica Espinal.
Es cuestión de educación, señala, y advierte que otros temas que deben manejarse con mucho cuidado en las excursiones son el de las bebidas alcohólicas y la basura.

Sugerencias
Entre las recomendaciones para mitigar el impacto de los visitantes en las áreas protegidas, Espinal sugiere limitar el uso de visitantes en la totalidad del área protegida, limitar la duración de la estancia, promover el uso de otras áreas, cobrar tarifa fija a los visitantes, dificultar el acceso a todos los parajes naturales sensibles y prohibir la acampada o el uso de caballos en ciertas zonas.
También prohibir los viajes fuera de los senderos trazados, separar a los diferentes tipos de visitantes, fomentar el uso fuera de los períodos de mayor frecuentación de personas, prohibir el uso cuando el impacto potencial del área sea elevado, prohibir prácticas o equipos dañinos, alentar o exigir ciertos comportamientos que no afecten las áreas, enseñar una ética de la naturaleza, informar a los visitantes sobre los usos adecuados del área natural y sus posibles condiciones.

Recomendaciones para mantener los espacios
Para evitar los riesgos ambientales y asegurar el uso y mantenimiento seguro de los espacios de visitación, Espinal propone la creación de senderos, establecer las zonas de acampada en espacio no vulnerables, disposición de basuras, aglomeraciones, impactos de los animales de carga, residuos humanos, perturbación o deterioro de la vida silvestre.
Es recomendable evitar los conflictos entre usuarios, la contaminación del agua (física y biológica), la pérdida del hábitat, la recolección de leña, los efectos visuales y ruidos, las emisiones que contaminen el aire, efectos en la vegetación, riesgo de incendios, daños a los yacimientos arqueológicos y extracción de recuerdos (flora, fauna, etc.).

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