Un lugar donde dejaron su impronta artística los primeros habitantes de la isla
© Yaniris López
Al dejar atrás Postrer Río y antes de llegar a La Descubierta, al norte de la provincia Independencia, los cerros de Las Caritas, frente al lago Enriquillo, conforman la tercera parada de una ruta que lleva al viajero a emocionarse con los encantos del Parque Nacional Lago Enriquillo e Isla Cabritos. Si el vehículo va muy deprisa es posible que tenga que devolverse, porque los farallones, desde la carretera, no se ven tan grandes ni majestuosos como el visitante se imagina o como muestran las fotografías. El sendero que lleva hasta la cumbre, además, no es tan complaciente con los aventureros haraganes. Pero ya cerca, sí es verdad que el paisaje impresiona.
Al llegar, y por las formas de las piedras, la primera impresión es que se trata de la escultura de un gigantesco intestino perforado. Como los agujeros del intestino no se ven sino desde dentro de la cavidad del farallón, descubrirlos provoca una retahíla de exclamaciones espontáneas, porque el cielo azul intenso que aparece entre las “tripas” perfora, a su vez, los ojos de los visitantes.
El suelo de la “cueva” es resbaladizo (de tanto que lo pisan) y sólo cuando los pies logran acomodarse o el cuerpo estabilizarse es que los ojos comienzan a posarse en los petroglifos. Aparecen por doquier: docenas de caritas que sonríen y cuerpos que bailan. Líneas simples que comunican más que cientos de palabras.
Por más que se intente, es imposible contar las caritas, porque se suceden a lo largo del cerro y el acceso por el monte está limitado. La escasez de información sobre el origen de estas representaciones gráficas lleva siempre a la misma teoría: que fueron realizadas por los indígenas, los primeros habitantes de la isla, hará cientos o miles de años. Punto.
Luego, alguien asegura que para los tiempos de los indígenas las aguas del lago Enriquillo llegaban hasta las piedras, y entonces la mente vaga y se pregunta cómo es que lograron esculpirlas. Y las imágenes de muchas canoas alrededor del farallón, y las manos trabajadoras de los indígenas esculpiendo las piedras, sabrá Dios con qué materiales, llegan y se quedan en la cabeza.
Una parada en la Ruta del Lago
Siguiendo la ya famosa ruta norte del lago Enriquillo, se llega a Las Caritas tomando la carretera Neiba-Jimaní, luego de dos paradas de rigor: una en el balneario Las Marías, en Neiba, y otra en el Museo Rural de Los Ríos.
La sobrecogedora imagen del lago Enriquillo que se contempla desde lo alto quedará eternizada no sólo en las cámaras fotográficas: es una de esas imágenes que nunca se borran de la memoria.
5 comentarios:
anja, Hermoso!!!
Las fotos ilustran bien las caritas y el paisaje alrededor.
Quieres decir que no ha habido nunca un estudio arqueológico ahí? digo, más que para decir que fueron hechas por los indígenas?
Hola, Timo, Tulio. Se han hecho estudios, sobre todo geológicos, para explicar el origen de las tierras de la zona y de la Hoya del Lago Enriquillo, pero al referirse a Las Caritas siempre dicen lo mismo: que se cree que las hicieron los indígenas (algo un poco obvio). Ahora, hay lugares y cosas de las cuales no hay mucho que decir, cuyas historias se repiten en otros lugares. Pero no sé, me gustaría saber cómo fue, exactamente, que subieron hasta allá y las esculpieron. Más detalles, pues.
Abrazos,
Y.
Sencillamente un impresionante legado de nuestros antepasados precolombinos
Iré en cuanto reuna el dinero y pueda escaparme del trabajo.
Hace rato que lo tengo en agenda lo mismo que la Isla Cabritos
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