¿Alguna vez se han preguntado por qué la arena de Punta Cana, Bayahíbe (al este) y Bahía de las Aguilas (al sur) es tan blanca? ¿Y por qué la arena de Salinas (Baní) y Palmar de Ocoa es negra/gris, mientras que la de Cabarete (al norte) y Las Terrenas (al noreste) es amarilla/dorada?
El dominicano Rubén Torres, biólogo marino y director de Reef Check Dominicana, nos regala la respuesta a propósito de celebrarse el próximo viernes 5 el Día Mundial del Medio Ambiente.
- La arena blanca proviene de los arrecifes y es como la gente piensa que “debiera” ser toda arena. Punto y seguido*.
- La arena gris también, pero tiene muchos aportes de sedimentos de ríos y piedras, generalmente de color gris.
- La arena dorada tiene mucha afluencia de piedra marrón, y se encuentra en lugares donde hay montañas cerca, por lo que “cada vez que llueve se produce una mezcla de sedimentos de tierra muy fuertes”, dice Torres.
* En las zonas donde no hay ríos (o muy poquitos), ni montañas, como en Bahía de las Aguilas, la arena es más blanca porque proviene directamente de los arrecifes de coral.
Una pregunta pendiente para Torres: ¿por qué las dunas de Baní son súper doradas, y justo donde terminan, colindando con el mar, la arena de la playa es negra, negra? ¡Tremendo contraste! ¡Da la impresión de que alguien ha vaciado una lata de arena de otro sitio allí!
Fotos de arriba: 1. Bahía de las Águilas (Pedernales). 2. Salinas (Peravia) 3. La Isabela (Puerto Plata)
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29/5/09
19/5/09
Posty recorrió 1,500 kilómetros y 19 provincias
"ENCONTRE GENTE MUY POBRE PERO SIEMPRE SONRIENTE. APRENDI A JUGAR DOMINO, CASINO Y BILLAR Y A BAILAR BACHATA Y MERENGUE"
©Yalo
Thierry Posty, el famoso trotamundos francés que recorre los cinco continentes a caballo desde hace 18 años, completó un recorrido de 1,500 kilómetros por República Dominicana que lo llevó por 19 provincias durante siete semanas.
Posty llegó a Santo Domingo el pasado mes de febrero y pidió a través de LISTIN DIARIO un caballo fuerte que aguantara su robusto cuerpo y se lanzó a recorrer los campos y las ciudades dominicanas.
Con los 1,500 kilómetros conseguidos aquí sobre un elegante corcel, Posty sumó 65,400 kilómetros a su gran sueño de alcanzar los 100,000 kilómetros alrededor del mundo.
Nos cuenta que quedó cautivado con la naturaleza, las montañas, los ríos, los árboles, los cultivos de arroz del norte y del cacao y el café en el sur. Y también quedó prendado de una playa: Las Terrenas, en Samaná.
El jinete, que hace unos días llegó a Vietnam para continuar sus viajes, quiso contarnos él mismo su aventura para “practicar el español que aprendió” en Dominicana.
“Aprendí con la población a jugar dominó, casino y billar. Aprendí a bailar bachata y merengue”, nos dijo. De su parte, y armado con su armónica, Posty tocó “blues” para su caballo y para la gente que encontraba a su paso.
“Encontré gente muy pobre pero siempre sonriente”, expresa. Las familias no sólo le ofrecieron espacio para su caballo, una casa de campaña y hasta una cama en las habitaciones para que descansara. Hubo una familia, dijo Posty, que en 20 minutos construyó un gran corral para “su” caballo.
Asegura que cada vez que pasaba por una ruta la gente admiraba y bendecía su “apuesto” corcel, un semental negro y blanco de ocho años propiedad de un español que reside en el país. Según Posty, él fue el primero en responder al llamado que hizo a través del periódico. Posty lo eligió a la primera por una sencilla razón: “La complicidad y la química con mi caballo, ‘Jefe’, fue total después de unas semanas. Cada noche dormía cerca de la tienda de campaña o se mantenía despierto, de pie, vigilándome. Cuando yo caminaba frente a él, incluso estando a más de 100 metros de distancia, nunca pensó en alejarse. Cuando atravesábamos alguna aldea dejaba que los niños lo montaran. Para muchos niños era la primera vez que montaban un caballo”, cuenta.
Y sigue: “La gente veía tal complicidad entre yo y mi hermoso caballo que realmente querían ayudarnos, incluso se ofrecían a construirle un corral en minutos para que pasara la noche”.
Posty recorrió el país por el este, el norte, el oeste y el sur y concluyó el viaje en La Feria, en Santo Domingo, sin presentar ningún percance. Los caballistas locales lo reconocieron y felicitaron.
Volverá
El corazón aventurero de Posty quedó tan enamorado de República Dominica que después de visitar Vietnam, Laos y Camboya prometió regresar al país. Realizará en vehículo la misma vuelta que hizo a caballo y donará sus fotografías a las familias con las que compartió.
“Pese a que a veces las montañas y el calor dificultaban la travesía, luego de 1,500 kilómetros a través de República Dominicana mi récord mundial es hoy de 65,400 kilómetros recorridos a caballo en los cinco continentes”, dice posty, a quien no le interesa la gloria ni el reconocimiento, sólo disfrutar de la naturaleza y compartir con la gente.
Como “Jefe” es ahora una estrella, Posty nos contó que su dueño decidió pintar con los colores del caballo la estatua de un corcel ubicada a la entrada de su rancho.
“Quisiera agradecer a todas las personas que conocimos y que nos ayudaron en este maravillo viaje a caballo. Los veo pronto. Gracias. Jefe y Thierry”.
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PD:. Fotos cortesía Thierry Posty
©Yalo
Thierry Posty, el famoso trotamundos francés que recorre los cinco continentes a caballo desde hace 18 años, completó un recorrido de 1,500 kilómetros por República Dominicana que lo llevó por 19 provincias durante siete semanas.
Posty llegó a Santo Domingo el pasado mes de febrero y pidió a través de LISTIN DIARIO un caballo fuerte que aguantara su robusto cuerpo y se lanzó a recorrer los campos y las ciudades dominicanas.
Con los 1,500 kilómetros conseguidos aquí sobre un elegante corcel, Posty sumó 65,400 kilómetros a su gran sueño de alcanzar los 100,000 kilómetros alrededor del mundo.
Nos cuenta que quedó cautivado con la naturaleza, las montañas, los ríos, los árboles, los cultivos de arroz del norte y del cacao y el café en el sur. Y también quedó prendado de una playa: Las Terrenas, en Samaná.
El jinete, que hace unos días llegó a Vietnam para continuar sus viajes, quiso contarnos él mismo su aventura para “practicar el español que aprendió” en Dominicana.
“Aprendí con la población a jugar dominó, casino y billar. Aprendí a bailar bachata y merengue”, nos dijo. De su parte, y armado con su armónica, Posty tocó “blues” para su caballo y para la gente que encontraba a su paso.
“Encontré gente muy pobre pero siempre sonriente”, expresa. Las familias no sólo le ofrecieron espacio para su caballo, una casa de campaña y hasta una cama en las habitaciones para que descansara. Hubo una familia, dijo Posty, que en 20 minutos construyó un gran corral para “su” caballo.
Asegura que cada vez que pasaba por una ruta la gente admiraba y bendecía su “apuesto” corcel, un semental negro y blanco de ocho años propiedad de un español que reside en el país. Según Posty, él fue el primero en responder al llamado que hizo a través del periódico. Posty lo eligió a la primera por una sencilla razón: “La complicidad y la química con mi caballo, ‘Jefe’, fue total después de unas semanas. Cada noche dormía cerca de la tienda de campaña o se mantenía despierto, de pie, vigilándome. Cuando yo caminaba frente a él, incluso estando a más de 100 metros de distancia, nunca pensó en alejarse. Cuando atravesábamos alguna aldea dejaba que los niños lo montaran. Para muchos niños era la primera vez que montaban un caballo”, cuenta.
Y sigue: “La gente veía tal complicidad entre yo y mi hermoso caballo que realmente querían ayudarnos, incluso se ofrecían a construirle un corral en minutos para que pasara la noche”.
Posty recorrió el país por el este, el norte, el oeste y el sur y concluyó el viaje en La Feria, en Santo Domingo, sin presentar ningún percance. Los caballistas locales lo reconocieron y felicitaron.
Volverá
El corazón aventurero de Posty quedó tan enamorado de República Dominica que después de visitar Vietnam, Laos y Camboya prometió regresar al país. Realizará en vehículo la misma vuelta que hizo a caballo y donará sus fotografías a las familias con las que compartió.
“Pese a que a veces las montañas y el calor dificultaban la travesía, luego de 1,500 kilómetros a través de República Dominicana mi récord mundial es hoy de 65,400 kilómetros recorridos a caballo en los cinco continentes”, dice posty, a quien no le interesa la gloria ni el reconocimiento, sólo disfrutar de la naturaleza y compartir con la gente.
Como “Jefe” es ahora una estrella, Posty nos contó que su dueño decidió pintar con los colores del caballo la estatua de un corcel ubicada a la entrada de su rancho.
“Quisiera agradecer a todas las personas que conocimos y que nos ayudaron en este maravillo viaje a caballo. Los veo pronto. Gracias. Jefe y Thierry”.
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PD:. Fotos cortesía Thierry Posty
14/5/09
¿Logrará Samaná entrar al Club de las Bahías más Bellas del Mundo?
¡Qué bien! Comprendo y aplaudo que las autoridades de Samaná y del país anhelen que este pedazo de la –quizá- más hermosa y prometedora provincia del país pertenezca al Club de las Bahías más Bellas del Mundo. Se lo merece. Con el propósito de hacer una postulación oficial, una comisión local asiste al V Congreso Mundial que este club celebra del 14 al 18 de mayo en Setúbal, Portugal.
Ahora, para que no pasemos vergüenza, ¿por qué primero no limpiaron y desarrabalizaron su entorno? Santa Bárbara de Samaná es un basurero, un solo hoyo. Once cañadas vierten sus aguas negras en el río Pueblo Viejo, que a su vez tapa con porquerías y desechos sólidos su desembocadura en el malecón. El drenaje es un tormento: como la casa-bomba lleva más de 20 años dañada (ya la están arreglando), la m.. se está devolviendo a los inodoros de muchas casas (en serio, pregunten y verán). Los cayos del puente son utilizados como espacio de prostitución y las barandas del puente más fotografiado del país se están cayendo a pedazos, dejando enormes huecos por donde podrían caer esos pequeños juguetones que se les sueltan a los padres para corretear.
Por último (para no señalar cosas peores), hay que alumbrar el malecón (el síndico dice que se roban las bombillas), dotar de mejores barcos (y organizar) a los yoleros que asedian y acorralan a las pobres ballenas jorobadas y falta, también, que un espíritu emprendedor, ecológico y concienzudo se adueñe de todos los que viven y visitamos Samaná.
¡Y caray, samanenses, no sean tan pasivos, tan conformistas! ¡No dejen que les roben y les pudran la ciudad! ¡Quéjense! ¡No permitan que el Presidente diga que sólo faltan “detallitos” para que la ciudad sea un paraíso cuando todos sabemos que no es así! ¡Invítenlo a un paseo por los hoyos de Villa Salma, díganle que se baje del helicóptero y que recorra en vehículo la carretera Samaná-Las Galeras, que se acerque al tapado basurero, que se dé un baño en playa Carenero (cuya limpieza dejaron por mitad), o que almuerce en el comedor de Milagros cuando las aguas de las alcantarillas están en sus buenas! Será toda una aventura para él confirmar que el corazón de la auyama sólo lo conoce el cuchillo.
Cuenten con una servidora cuando se harten de que los j… y sea necesario amarrarse a un árbol para protestar...
Ahora, para que no pasemos vergüenza, ¿por qué primero no limpiaron y desarrabalizaron su entorno? Santa Bárbara de Samaná es un basurero, un solo hoyo. Once cañadas vierten sus aguas negras en el río Pueblo Viejo, que a su vez tapa con porquerías y desechos sólidos su desembocadura en el malecón. El drenaje es un tormento: como la casa-bomba lleva más de 20 años dañada (ya la están arreglando), la m.. se está devolviendo a los inodoros de muchas casas (en serio, pregunten y verán). Los cayos del puente son utilizados como espacio de prostitución y las barandas del puente más fotografiado del país se están cayendo a pedazos, dejando enormes huecos por donde podrían caer esos pequeños juguetones que se les sueltan a los padres para corretear.
Por último (para no señalar cosas peores), hay que alumbrar el malecón (el síndico dice que se roban las bombillas), dotar de mejores barcos (y organizar) a los yoleros que asedian y acorralan a las pobres ballenas jorobadas y falta, también, que un espíritu emprendedor, ecológico y concienzudo se adueñe de todos los que viven y visitamos Samaná.
¡Y caray, samanenses, no sean tan pasivos, tan conformistas! ¡No dejen que les roben y les pudran la ciudad! ¡Quéjense! ¡No permitan que el Presidente diga que sólo faltan “detallitos” para que la ciudad sea un paraíso cuando todos sabemos que no es así! ¡Invítenlo a un paseo por los hoyos de Villa Salma, díganle que se baje del helicóptero y que recorra en vehículo la carretera Samaná-Las Galeras, que se acerque al tapado basurero, que se dé un baño en playa Carenero (cuya limpieza dejaron por mitad), o que almuerce en el comedor de Milagros cuando las aguas de las alcantarillas están en sus buenas! Será toda una aventura para él confirmar que el corazón de la auyama sólo lo conoce el cuchillo.
Cuenten con una servidora cuando se harten de que los j… y sea necesario amarrarse a un árbol para protestar...
13/5/09
La Casa de Tarzán
Entre La Ciénaga y Paraíso, Barahona ofrece al visitante muchos de sus más atractivos recursos ecoturísticos. Uno de ellos es la Casa de Tarzán o Maríalejos, un lugar que, como dice su creador, es un concepto más que una casa
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Yaniris López
yaniris.lopez@listindiario.com
Fotos: ©Polibio Díaz
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A tres kilómetros de Casa Bonita (municipio La Ciénaga), el arquitecto, fotógrafo e investigador dominicano Polibio Díaz construyó hace 31 años una casa en pleno bosque, a orillas del río Riosito (afluente del río Bahoruco). Por su singular estructura la llaman la Casa de Tarzán y por su ubicación y difícil acceso muchos dudan de que realmente exista.
De hecho, muy pocos han visto fotografías del lugar, pese a que es visitado todo el año por viajeros y aventureros. A la casa de tres niveles se entra por arriba, es decir, por la planta más alta, muy al estilo Tarzán.
La cocina, el bar y el área para parrilladas está en la planta baja, casi pegada al río, y el resto está ocupado por cuatro habitaciones (tres con cama y una con tres camarotes).
Si la visitan, háganlo en vehículos 4 x 4, caminando, a caballo o en bicicleta; procuren llegar de día, lleven repelente, todo lo de comer, ropa ligera para el día, abrigos para la noche, gasolina para la planta (no hay electricidad), velones en vasos de vidrios o lámparas de gas, fundas para la basura, carbón para la parrillada, toallas, un neverita con hielo y muchas ganas de montear y pasarla bien. Caben 12 personas cómodamente y si lo solicitan se les puede proporcionar personal de cocina, caballos y bicicletas. Tomar el camino es en sí una aventura, porque el Riosito forma tantos meandros que es necesario atravesarlo varias veces en diferentes puntos antes de llegar.
Un dato: Polibio dice que la casa (que en realidad se llama Marialejos) nació por un despecho de amor, donde ahogar sus penas; que no le celebró los 30 el pasado año porque no se veía muy bien y “ella” siempre ha sido romántica, discreta y presumida. Pero que ahora está “de 15”, con la remodelación que le regaló por su cumpleaños.
Falta de identidad
Polibio, amante del ecoturismo y la cultura dominicana, considera que uno de los problemas que arrastra el turismo dominicano es la falta de identidad.
“No nos gustamos como dominicanos, preferimos lo de fuera y por eso vivimos de espaldas a la ecología. Y ese es el turismo que más deja a nivel mundial. El turismo de masa ya no es interesante y en el Sur tenemos miles de opciones vírgenes”, señala.
Asegura que cuando República Dominicana decida explotar esos recursos la zona sur tendrá mucho éxito, siempre y cuidando se informe a la vez sobre la importancia de conservar el medio ambiente sacándole beneficio a lo que ofrece.
Por eso, dice, la Casa de Tarzán es un concepto más que una casa. “Es un respeto a la naturaleza , el hombre esta en un segundo plano y la naturaleza en un primer plano”. Así la quiere mantener todo el tiempo. “La idea no era alquilarla, pero uno suda la fiebre”, nos dijo. “Es una casa muy frágil que quiero mantenerla así”. Si desean conocerla escríbanle al correo polidiaz@codetel.net.do
Paraíso en las montañas de Barahona. ©Polibio Díaz |
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Yaniris López
yaniris.lopez@listindiario.com
Fotos: ©Polibio Díaz
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A tres kilómetros de Casa Bonita (municipio La Ciénaga), el arquitecto, fotógrafo e investigador dominicano Polibio Díaz construyó hace 31 años una casa en pleno bosque, a orillas del río Riosito (afluente del río Bahoruco). Por su singular estructura la llaman la Casa de Tarzán y por su ubicación y difícil acceso muchos dudan de que realmente exista.
De hecho, muy pocos han visto fotografías del lugar, pese a que es visitado todo el año por viajeros y aventureros. A la casa de tres niveles se entra por arriba, es decir, por la planta más alta, muy al estilo Tarzán.
©Polibio Díaz |
Si la visitan, háganlo en vehículos 4 x 4, caminando, a caballo o en bicicleta; procuren llegar de día, lleven repelente, todo lo de comer, ropa ligera para el día, abrigos para la noche, gasolina para la planta (no hay electricidad), velones en vasos de vidrios o lámparas de gas, fundas para la basura, carbón para la parrillada, toallas, un neverita con hielo y muchas ganas de montear y pasarla bien. Caben 12 personas cómodamente y si lo solicitan se les puede proporcionar personal de cocina, caballos y bicicletas. Tomar el camino es en sí una aventura, porque el Riosito forma tantos meandros que es necesario atravesarlo varias veces en diferentes puntos antes de llegar.
Un dato: Polibio dice que la casa (que en realidad se llama Marialejos) nació por un despecho de amor, donde ahogar sus penas; que no le celebró los 30 el pasado año porque no se veía muy bien y “ella” siempre ha sido romántica, discreta y presumida. Pero que ahora está “de 15”, con la remodelación que le regaló por su cumpleaños.
©Polibio Díaz |
Falta de identidad
Polibio, amante del ecoturismo y la cultura dominicana, considera que uno de los problemas que arrastra el turismo dominicano es la falta de identidad.
“No nos gustamos como dominicanos, preferimos lo de fuera y por eso vivimos de espaldas a la ecología. Y ese es el turismo que más deja a nivel mundial. El turismo de masa ya no es interesante y en el Sur tenemos miles de opciones vírgenes”, señala.
Asegura que cuando República Dominicana decida explotar esos recursos la zona sur tendrá mucho éxito, siempre y cuidando se informe a la vez sobre la importancia de conservar el medio ambiente sacándole beneficio a lo que ofrece.
Por eso, dice, la Casa de Tarzán es un concepto más que una casa. “Es un respeto a la naturaleza , el hombre esta en un segundo plano y la naturaleza en un primer plano”. Así la quiere mantener todo el tiempo. “La idea no era alquilarla, pero uno suda la fiebre”, nos dijo. “Es una casa muy frágil que quiero mantenerla así”. Si desean conocerla escríbanle al correo polidiaz@codetel.net.do
©Polibio Díaz |
4/5/09
¡Amarrados!
Una prefiere pensar que sí, que los pequeños disfrutan tanto asistir a la Feria del Libro que poco les importa que los amarren. Da hasta un chin de risa verlos: un grupo que agarra la soga con las manos (so pena de morir pisoteados si la sueltan en ese mar de gente que da la vida por ¿comprar? matatiempos, stickers y, si les sobra tiempo, libros); y otros, los más pequeños, unidos a la soga por las pretinas de sus pantalones. La profesora de la foto duró varios minutos intentando desatar al último de esta fila cuando, después del paseo, se sentaron a merendar bajo una mata. ¿Vale la pena que los amarren? "Sí, porque si no se pierden". ¿Saben los más pequeños qué es una feria del libro? "Por supuesto, que sean niños no significa que sean tontos". ¿De cuánto dinero disponen para gastar? "Unos 20 pesos. Suficiente para comprar el sticker del Hombre Araña o de Puca". ¿Cómo se asoman a las librerías y eligen lo que compran si no pueden moverse más que algunos centímetros para evitar arrastrar al compañerito? "Los libreros se los enseñan". ¿Por qué mejor no los llevan los padres a la feria? "Están trabajando, nena, ¡pero qué estúp...!"¿Se imaginan que se arme la de San Fermín y haya que salir corriendo? "Ehhh... Este... pues... ah... a ver..."
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