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15/5/08

República Dominicana al extremo

Yaniris López

El tamaño no importa. Con apenas 48,442 kilómetros cuadrados, República Dominicana tiene terreno y agua suficientes para ofrecer experiencias turísticas extremas que elevan el espíritu explorador y le dan, muchas veces, sentido a la vida. Bajo tierra, en el aire, en el mar, en cualquier rincón aparece el espacio adecuado que provoca darle un respiro a la vida citadina, al sedentarismo y a la inanición: caminatas, escaladas, buceo, rafting, montañismo, rappel, jeeping, parapente, canyoning o kiteboarding. Hoy ubicamos esos lugares de ensueño que nos obligarán a sacarle partido a un país repleto de opciones riesgosas y atrevidas.

Retando la naturaleza
Si subir los tres mil 87 metros del pico Duarte o alcanzar el valle del Tetero resulta demasiado para los menos arriesgados, hay otras opciones parecidas que hacen del montañismo y el senderismo experiencias únicas de las que los exploradores regresan siendo mejores personas; o con pique, siempre depende. La montaña la 80, en Constanza, la Loma Quita Espuela, en la provincia Duarte, Las Laderas del Hoyo de Pelempito en la Sierra de Bahoruco y la espalda de El Morro, en Montecristi, cansan a cualquiera y retan el cuerpo a subir hasta el cielo.

Para el senderismo o caminata, los expertos en ecoturismo recomiendan los caminos de Jarabacoa y San José de Ocoa para quienes los prefieren un poco empinados y los de la isla Saona para los que sólo quieran caminar y caminar rectamente entre verdes arbustos, cangrejos rojos y negras lauras que vigilan la isla del Parque Nacional del Este. En los últimos años, los paisajes casi inexplorados del centro de la región este atraen cada vez más visitantes de a pie, especialmente hacia la provincia de El Seibo.

PARA RETAR LA GRAVEDAD
La escalada sobre roca dejó de ser una moda. Es el pasatiempo deportivo de muchos jóvenes que consideran que retar la gravedad les llena de vida. Las mejores rutas para escalar, sugieren, son las escarpadas montañas de playa Frontón, en Samaná; un lugar conocido como Conde de Mana en San Cristóbal y el parque Mirador Sur en Santo Domingo, ideal para los que se inician en esta aventura.El rappel, el descenso de montañas o paredes verticales usando cables, cascos y arnés, tiene en los alrededores de Rancho Baiguate, en Jarabacoa, sus mejores escenarios. Los más valientes retan el agua y las paredes resbaladizas de los Saltos del Limón y Jimenoa, cosa no recomendada para los principiantes.

El canyoning entre riscos con desniveles también se practica en la zona de Jarabacoa, donde Rancho Baiguate ha construido una especie de santuario para la práctica de casi todos los deportes extremos de montaña y otros menos riesgosos.

BAJO TIERRA
Más de 400 cuevas exploradas con arte rupestre, formaciones rocosas e invitados especiales (culebras, murciélagos y otros animales) repartidas por todo el territorio nacional indican que la vida, bajo tierra, no es tan callada o aburrida. Para explorar, los turistas sienten cierta fascinación por las cuevas del Parque Nacional de Los Haitises, de impresionante belleza y legado cultural, y por la cueva de Las Maravillas. Pero si de extremos se trata, la aventura recomendada es una visita a la cueva de Fun-Fun, en Hato Mayor, porque su exploración incluye un entrenamiento especial para descender 20 metros hasta su interior haciendo rappel hasta sumergirse en un río subterráneo. Menos arriesgado pero igual de fascinante es caminar y chapotear en las aguas del río Damajagua, en Puerto Plata, aguas que se reparten 27 charcos en una gigantesca caverna que se formó en el lugar debido a una falla geológica.


SOBRE EL AGUA
El parapente se practica en zonas tan disímiles como los desérticos parajes del valle de Neiba (aquí se celebró la pre-copa del mundo en el 2004), y otros puntos verdes de la margen sur de la cordillera Central, entre ellos Constanza, Jarabacoa y San Juan de la Maguana.

El kiteboarding,
el último de los deportes acuáticos que se practican en el país, ha devuelto a Cabarete, en Puerto Plata, parte del esplendor que había perdido el primer polo turístico del país. De hecho, Cabarete está considerado como el mejor del mundo para practicar esta técnica que combina el vuelo de los cometas y el deslizamiento en el mar sobre una tabla con increíbles piruetas en el aire.

Los kitesurfers dominicanos, figuras estelares del deporte, practican en la playa de Kitebeach. La misma emoción acuática, pero en un río, la ofrece el rafting, en la cordillera Central, a bordo de balsas que sortean, por unos ocho kilómetros, las todavía embravecidas aguas del Yaque del Norte.

BAJO EL AGUA
El buceo deportivo y el snorkelling se practican en muchos puntos de la costa dominicana. La Caleta en Santo Domingo, las playas cercanas al Morro, en Montecristi, la terraza marina del Parque Mirador del Este por los lados de la Saona, Samaná y los alrededores del montículo coralino de Cayo Arena son las mejores zonas para los que todavía no aspiran a conquistar las profundidades del mar.

MÁS
- Samaná ofrece uno de los mejores circuitos de cabalgata del país en el área de Las Terrenas y sus alrededores: 20 kilómetros a caballo recorriendo playas exóticas, caminos montañosos y pintorescos campitos para acabar con un chapuzón bajo los 45 metros del Salto del Limón.

- Más abajo, en el este, uno de los lugares de moda para hacer piruetas y coger lodo en vehículos 4 x 4 es la comunidad de Benerito, en La Romana, y los cientos de kilómetros de playa y bosques de Miches, al norte de la provincia de El Seibo.

- El jeeping se puede practicar en cualquier lado, pero las agencias de viaje que los organizan prefieren el centro del país y Samaná.

3 comentarios:

Rod dijo...

estaré en RD por 2 semanas.. pienso que rafting sera una de mis actividades.. thanks for the idea!

Emanuel M. dijo...

Esto esta en mi lista de MUST DO! solo tengo que sacarle el tiempito!

Timoteo Estévez dijo...

ya lo hice...