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5/12/07

Cayo Levantado, entre verdes y azules


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Yaniris López
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A medida que la lancha se aproxima al islote, una sensación de libertad invade la mente del viajero que, desde lejos, intenta descubrir los encantos naturales que celosamente guarda el mayor de los cayos que vigilan el centro de la bahía de Samaná.
El pequeño punto gris y entre tinieblas que se vislumbra desde el pintoresco puerto de Samaná, ahora se torna más verde, más grande, más enigmático, mientras una gigantesca franja de arena blanca hace su aparición, imponente, en un extremo de la isla.

Cuando la barcaza logra anclar y los pasajeros podemos, por fin, pisar el cemento rústico del muelle, el ruidoso chirrido de los cuervos y las palomas marronas hace que el corazón lata con más fuerza, presagiando un día lleno de nuevas emociones, no importa cuántas veces lo hayamos visitado antes.
Entonces, luego de saludar con la mirada el color blanco del único hotel de la isla, el Occidental Cayo Levantado*, una impresionante sabana de grama verde, minúsculas montañas y cientos de cocoteros se abre ante nuestros ojos, bordeando un inmenso mar azul.
Para los que llegan de lejos, el día en Cayo Levantado ha comenzado. Descubrirlo, explorarlo y disfrutarlo es el próximo paso. Las opciones llegan solas…

Nada como empezar con un largo chapuzón en Playa Honda o Playa Bacardi, jugar con la arena y contemplar, a lo lejos, los colores pardos del hotel Gran Bahía, para luego explorar la vegetación breve y húmeda, o recolectar las jícaras de coco olvidadas por los recolectores de basura.
Sentarse en el pequeño muelle a perseguir los planeos de los pelícanos buscando comida o tenderse en la copiosa y bien cuidada grama a escuchar los “gritos” de los cuervos negros entre las ramas, le harán olvidar que existen ciudades, edificios, calles y teléfonos.

Proteger el entorno

Cayo Levantado todavía registra los tiempos imborrables de increíbles historias precolombinas y coloniales. Si no fuera por la presencia en la isla del hotel, las casetas de tablas que sirven de kioskos y las largas hileras de plásticos de colores que hacen las veces de comedores playeros, o porque simplemente la existencia de estos personajes son ya puras leyendas, se diría que el islote da la impresión de esperar, todavía, el regreso de los piratas y corsarios por sus tesoros.
Hay quienes hubiesen preferido que fuera así, aludiendo a los “daños” que la mano del hombre ha provocado en el medio ambiente de la zona.
Debido al impacto negativo que produciría la acumulación de desechos domésticos, líquidos y sólidos en el ecosistema de Cayo Levantado, así como la pesca incontrolada de peces de arrecifes, caracoles y pulpos, muchas voces se han levantado a favor de la conservación del área y protección de sus especies marinas.
El ambiente submarino de la isla, además, debe ser el más adecuado para recibir, dentro de poco, a las más de tres mil ballenas jorobadas que vienen a reproducirse cada año en el Banco de la Plata y en el Santuario durante los meses de diciembre-abril, un espectáculo que atrae a miles de turistas de todo el mundo.

Rey y señor de la Bahía
Ubicado en el litoral nordeste del país, en la Bahía de Samaná, Cayo Levantado es una pequeña porción de terreno de ocho kilómetros cuadrados que se levanta, majestuoso, como rey y señor de la bahía.
Por su atractiva avifauna y flora, la isla es protegida como parque natural. En ella abundan los pelícanos y tijerillas, palomas marronas, cuervos y una gran variedad de lagartos.

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Noviembre 2001
Periódico Hoy

El hotel es administrado, ahora, por Bahía Príncipe
Fotos: Yalo y Bahía Príncipe

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está muy chulo e interesante.

Lo escribiste tu para el periódico hoy en 2003?

Saludos.

Pasa por mi sitio http://recuerdografico.wordpress.com y dime que te parece.

Muchos saludos

Yalo dijo...

Pues sí, corazón. En realidad fue en el 2001. Lo arreglo enseguida. ¡Felices fiestas!