La curiosidad te regala a veces reliquias artísticas/culturales/botánicas como esta.
Fíjense que nunca –y eso que vamos a cada rato- nos habíamos detenido a observar esta rama/árbol que adorna una de las esquinas de la sala de espera del pabellón que aloja las oficinas administrativas del Jardín Botánico Nacional.
Eso que ven ahí es un regalo que le hizo el entonces presidente Joaquín Balaguer al Jardín, nos dice su director, Ricardo García. El regalo está fechado en 1974. Recuerden que el parque comenzó a construirse en 1972 y fue inaugurado en 1976.
Se trata de una escultura hecha con 96 especies arbóreas de RD. ¡96!
Dice el pie de la obra: “Colección especies arbóreas dominicanas. Obsequio del Sr. Presidente Constitucional de la República Dr. Joaquín Balaguer al Jardín Botánico de Santo Domingo”. Más abajo se lee que la escultura fue donada a su vez a Balaguer por la Escuela Nacional Forestal de Jarabacoa. Hay algo parecido a una firma con el nombre Tomás M.
Fue un gran regalo. En serio. Sobre todo porque cada hoja (más la flor y el tallo, si es un árbol) fue tallada usando tablitas/trocitos/láminas de madera de estas especies.
En cada tablita aparece el nombre común de la especie usada y un número escritos en bajorrelieve. En algunas hojas fueron usadas hasta ocho especies.
La flor de arriba es caoba (95) y el tallo del centro de la rama es ébano (96). El número uno se lo dieron al guayacán.
¿Quién la hizo? No lo dice por parte. O no se ve.
Lo divertido del regalo son los benditos nombres comunes que quien sea que haya asesorado a Balaguer le puso a muchas de las especies: rarísimos. Y no es que una tenga que conocerlos todos, qué va, es que… ¿Conocen a primera lectura algunos de estos árboles? Vean: mala mujer, Ramón, guanábana de perro, palo de leche, jobobán, sangre de toro, auquey, c. de buey, quebrahacha, ciguamo, pino de teta, candongo, cigua, caya, lana, ozúa, corbano…
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