Es una peligrosa invasora. Y la tenemos por montones aquí.
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Es una de esas fotografías de la que te sientes orgulloso. De la que muestras a todo el mundo. De la que te gusta el ángulo, porque muestra el objeto hermoso, en todo su esplendor, con todos sus detallitos. Una foto para mostrársela al profesor de fotografía, tomada en Jarabacoa, con el Jimenoa atrás. Qué lindas flores, piensa una al verlas, formando bosques tanto a orillas de este río como en la parte alta del Yaque del Norte. Las hay por montones en Los Dajaos, por ejemplo, antes de llegar a Manabao.
Hasta que lees algo que hace que ya no las veas tan bonitas, sino con rencor. Algo que te provoca, cuando te las topas de nuevo, arrancarlas con todo y rama de la mata.
Porque la Caliandra, esa que ven ahí (Calliandra calothyrsus), sólo es bonita en apariencia. Al menos aquí, no nos sirve para nada. Es, y copio textualmente del folleto “Paremos las plantas invasoras antes que sea tarde”, elaborado por el Jardín Botánico y el Centro Atabey:
“Un arbusto o arbolito nativo de Centroamérica de crecimiento muy rápido. Llegó al país para programas de conservación de suelos en montaña, ya que crece bien en alturas de hasta 1,800 metros. Es una colonizadora muy agresiva, forma rodales de alta densidad desplazando las especies nativas. Invade a menudo las áreas ribereñas. Tiene un consumo elevado de agua y nutrientes, compite con los cultivos cuando es sembrado cerca. Al cortarlo brota vigorosamente”.
¿Esa cosa tan linda es tan peligrosa?, le pregunto luego a Mariana Szabó, coordinadora del Centro de Información de la Dirección de Gestión Ambiental del Ayuntamiento del Distrito Nacional. “Y de las peores”, responde.
2 comentarios:
Interesante pregunta que puede ser extendida "a otras seres", querida Yalo!
Ummmm, no sé por qué sospecho que eres hombres y que te refieres a las mujeres. Como siempre, un acto de cobardía que perdonamos por la fecha, porque a estas alturas ya no debemos permitir que nadie nos robe nuestro queso.
:)
Y.
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