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23/10/10

Cuando Colón baje el dedo

No sé si mami sabía exactamente a lo que se refería, pero cada vez que le pedíamos algo que, para ella, era imposible de conseguir, nunca decía que no, sólo nos respondía con la misma frase: “Cuando Colón baje el dedo”.
De chiquitos qué sabe una quién fue Colón y qué sabe una por qué tiene que bajar el dedo. Luego aprendemos quién fue Colón, pero todavía no sabemos por qué tiene que bajar el dedo para que mami nos diera lo que le pedimos.
Hasta que la realidad te da de bruces en los ojos al toparte, así como si nada, con la primera estatua de Colón que vemos –es casi seguro- los que hemos crecido en Santo Domingo.
En medio de la plaza que lleva su nombre, frente a la Catedral, el navegante lleva una mano levantada, señalando al cielo, al infinito, y con el ademán de su dedo parece regodearse en ser la inspiración de las peticiones infantiles inalcanzables. Está hecho de bronce, de piedra, de algo duro, sabrá Dios, y está muy alto.
Es probable que sí, que tarde mucho tiempo en bajar el dedo…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay algo que te salva de culpa frente a cualquier pecado, Yaniris, y es lo bella que eres. Te dejo un beso.

Issac dijo...

Yo no se si la bellesa de una persona le pueden quitar algun pecado,pero esa personlidad tan humana y su bella sonrisa conquistan el alma del lector de este blog.

Yalo dijo...

Uy, una frase perfecta, un beso. ¿Quién será? Qué pena que no se les puedan reclamar los besos a los anónimos.
Y.

Timoteo Estévez dijo...

yo voy y se lo mocho, o le caigo a mandarriasos.

Anónimo dijo...

Hola Yalo, cada dia te superas a ti misma. Genial la historia...ese dedo no lo baja ni con huracanes! :)
Un abrazo,
Avic