No
importa que lo veamos mil veces escrito por ahí. La hermosa iglesia
Nuestra Señora de la Consolación, de la ciudad de San Cristóbal, no es
una catedral. Es un templo parroquial. Aprovechando una visita a propósito de la terminación de los trabajos de restauración
de los murales pintados aquí por José Vela Zanetti, le preguntamos al
párroco, Miguel Ángel Ciaurriz, si lo era o no, y esta fue su respuesta:
“El
concepto de catedral no es un concepto arquitectónico ni depende de la
majestuosidad del edificio. Simplemente es una cuestión de una ley
interna de la iglesia católica. Catedral viene de cátedra, que es la sede del
obispo. Es decir, cada diócesis tiene una catedral, que es donde el
obispo tiene su cátedra, su sede. Esta (la de la Consolación) pertenece a
la diócesis de Baní. En algunos lugares los obispos suelen darle a un
determinado tempo el rango de concatedral, para compartir la categoría
de catedral. Este es un templo parroquial”.
Un templo bellísimo y con una historia tremenda, pues fue concebido como templo funerario de Rafael Leonidas Trujillo y su familia.
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