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31/1/23

Manuel Peralta Ureña: un montero de corazón

Yaniris López
yaniris.lopez@listindiario.com
Santo Domingo
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Manuel Peralta Ureña ha dedicado los últimos 25 años de su vida a explorar los montes dominicanos. Ha creado rutas y mostrado al público por primera vez charcos, cascadas, cañones y laderas de montañas.
Lo hace de forma discreta, sin ufanarse, tal vez sin darse cuenta de lo mucho que representan sus exploraciones para los amantes del senderismo y el turismo sostenible en República Dominicana.
Caminante incansable, es un montero auténtico, respetuoso del medio ambiente y defensor de las modestas comunidades que acogen y dan asistencia a los viajeros.
Ha visto ‘desaparecer’ paisajes verdes y secarse ríos. Esto le duele tanto que está dispuesto a mostrar a las autoridades ambientales zonas depredadas en rutas poco transitadas para que sean intervenidas. 

Hoy comparte con Listín Diario algunas impresiones sobre ese estilo de vida que comenzó con las excursiones de la iglesia y que hoy le han reservado un lugar especial entre los monteros locales.

 ¿Qué lugares visitaban en esas primeras excursiones?

 En esos primeros tiempos, por el año 1997, empecé a visitar Salto El Limón, el balneario La Fuente (en Sánchez), el Parque Nacional Los Haitises y la Laguna Gri-grí, entre otros.

 ¿Cuántas veces has subido al pico Duarte?

 Mi primera vez fue en enero del 2000, luego todos los años he seguido visitándolo sin fallar, a veces con dos subidas en un mes; en el recién pasado año 2022 dos veces entrando por la ruta Mataqrande. Realmente no llevo el conteo.

 ¿Qué lugar del país, al verlo por primera vez, casi te provoca el síndrome de Stendhal? (Sobredosis de belleza).  

 Esa primera impresión recuerdo que la tuve uniendo el Sur con El Cibao, subiendo hacia La Comunidad El Higuero, al ver desde arriba la presa de Sabaneta y sus paisajes circundantes.

 ¿Cuál ha sido la ruta más compleja? ¿La más cansona? ¿La más larga?

 La ruta más larga fue la de unir el Sur con el Norte, empezando en la comunidad La Higuera (SJM), pasando por la caseta La Cruz del Negro (SJM), la comunidad Francisco José (Santiago Rodríguez), Loma Florentino (llamada por algunos Loma La Hojaldra), la ladera de loma Nalga de Maco, Burende Arriba y finalmente la comunidad El Naranjito, en Santiago Rodríguez, distante a 21 kilómetros de Villa Los Almácigos. Fueron 54 kilómetros caminados en dos días sin descanso. Esta ruta nos tomó cuatro días. Actualmente tengo otra ruta más corta para unir estas dos zonas, atravesando el Parque Armando Bermúdez, de unos 31.5 kilómetros,  saliendo por la comunidad de La Lomita (tres días).

 ¿Has visto alguna vez cerdos cimarrones?

 Hace varios años, en los alrededores de La Compartición, pude ver uno pequeño. Los guías pudieron atraparlo. Tremendo locrio, ¡je je!

 ¿Qué sientes cuando “descubres” una ruta y luego esta se convierte en una excursión de moda?

 En mi interior siento satisfacción porque me gusta que los demás conozcan lugares nuevos. Aún hay rutas poco visitadas, bonitas y con suficiente agua.

 ¿Qué objetos no deben faltar en la mochila de un explorador?

 Un encendedor, un botiquín, foco, cuchillo, casa de campaña pequeña, calzado adicional, cantimplora, bolsa de dormir, plato y cuchara, capa impermeable…

 ¿Te has perdido monteando?

 Una vez y por poco tiempo, hoy en día las aplicaciones tecnológicas ayudan bastante para guiarse. 

¿Qué les pedirías a las autoridades con relación al turismo de aventura? ¿Qué hace falta mejorar?

 Hoy en día les pediría incrementar casetas  de guardaparques en algunas montañas, equipadas y con sistema de radio, y atenciones que motiven a los guardas al cuidado de las mismas y de sus bosques; estar atentos a cualquier signo de humo que puedan ver desde ellas, que haya un helicóptero u autoridad en la zona con el fin de atender la llamada de alerta a tiempo, y así evitar a tiempo incendios forestales por la práctica de los conucos. Además, reuniones con los moradores a fin de concientizarlos sobre la importancia de nuestros ríos y sus cuidados.

 ¿Has notado degradación de los bosques dominicanos en los últimos años?

 Claro, lo he notado bastante. Siento mucha pena al ver varias lomas peladas donde solo queda la marca del lugar por donde pasaba un arroyo o un río. Yo estaría en disposición de mostrar zonas con depredaciones por rutas poco transitadas en las que puede verse fácilmente la práctica del conuco cerca de ríos y arroyos.

 ¿Cuál ha sido el paisaje dominicano que más ha cambiado en estos últimos 20 años?

 Uno de los paisajes afectados que puedo mencionar es en la ruta de unir Neyba con San Juan, dentro del parque Sierra de Neyba. Esta zona debería estar llena de árboles y pinos. Hoy en día está muy deforestada, no veo que estén al cuidado de ella.

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1 comentario:

farandula Dominicana dijo...

La labor que ha realizado en los últimos 25 años es verdaderamente valiosa para la comunidad, ya que ha mostrado al público lugares que quizás nunca hubieran descubierto por sí mismos.