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22/9/21

Adiós, Genoveva

Un energúmeno (eso solo lo haría un energúmeno, porque los hijos de puta no tienen la culpa del oficio que eligió su madre) puso veneno en algún lugar de la calle y envenenó a Genoveva y a otros gatos que rondaban por ahí.

Pobre gata a la que solo le gustaba dormir, comer, adueñarse del periódico, enamorarse, ‘dejarse embarazar’ y perseguir a los lagartos y mariposas del jardín... 






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