Inaugurado el 26 de diciembre de 1937 (obra del arquitecto Guillermo González), el parque infantil Ramfis (hoy
Eugenio María de Hostos) fue y sigue siendo lo más parecido a un parque europeo de esos donde la gente no solo va a sentarse y conversar. Hasta choca un poco ver, en las imágenes de los años 40 y 50, cómo la gente se tiraba a la fuente, nadaba y disfrutaba de (seguro) un refrescante baño. Justo como se hace en muchas ciudades del mundo en época de calor. Remodelado hace unos años,
la fuente sigue ahí. La alcaldía mantiene el área limpia y acondicionada. Los árboles ofrecen una frondosa sombra. Entonces…
Yalo: ¿Qué nos impide utilizarlo como antes? ¿Qué harán los vigilantes si ven de repente que un chico se tira al agua, que una chica se sienta en el borde y refresca sus pies dentro de la fontana?
Angelito del lado izquierdo: Cogerían el lugar de relajo y no cabría un alma a cualquier hora del día. La gente se tiraría con todo y ropa y no respetaría las normas de higiene y cuidado. Se instalarían vendedores ambulantes en las aceras y en cualquier lugar del parque.
La zona se “arrabalizaría”. Ya no sería un parque, sino un balneario. Y un largo etcétera de probables malas prácticas…