Debe ser la arquitectura, el lugar, las palomas, la sombra o la figura del álamo de su lateral izquierdo.
Algo.
Porque fíjense que solo a la quinta vez que le pides que por favor te lleven la pasta con la salsa blanca esa pero sin cebolla, a la quinta o sexta vez, sin mentir, el mozo se viste de valor y te dice que nunca podrá ser, porque la salsa no es natural, es decir no la preparan ellos, sino que viene lista, y no hay forma de sacarle los pedacitos de cebolla, “como usted comprenderá”.
El objetivo de la entrada es este: como conocemos de sobra el restaurante, ¿no les da curiosidad, cuando le pasan por el frente, de ver/conocer el hotel por dentro, a partir del segundo piso? Conocer sus habitaciones, pasillos, vistas...
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Bien, aquí las tienen. Algo viejas, eso sí (imaginemos que es un #tbt).
En 2008 lo incluimos en un reportaje sobre los hoteles de la ZC y como estos hoteles, la verdad, cambian muy poco, es casi seguro que, si volvemos a recorrerla, la estancia lucirá así.
Pasillos, habitaciones... |
El Palacio Consistorial desde el balcón. |
La plaza Colón y la Catedral desde el balcón del hotel. |
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