La gente inteligente cree que los mortales menos afortunados no nos merecemos explicaciones sencillas y útiles que con el tiempo nos ayuden a mejorar nuestro pobre entendimiento. Se quedan con todo lo que saben. Según la historia, don Francisco Henríquez y Carvajal (médico, abogado, escritor y político) y doña Salomé Ureña (educadora, poetisa) tuvieron cuatro hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila, todos notables y reconocidos (salvo, tal vez, Francisco).
En la Plaza de la Cultura hay un busto que honra la memoria de uno de ellos. Como no todos tenemos por qué conocer el rostro de cada uno, como no todos tenemos por qué haber tenido acceso a leer su historia, como no todos tenemos por qué imaginarnos o inventarnos el nombre de las personas importantes que han honrado el país… ¿por qué diañe no le pusieron en nombre completo a la escultura? )¡@($%($#@!*$#?%
El busto sólo dice: Henríquez Ureña.
Anjá, ¿cuál de los tres? No hay placa ni rastro que nos lo indique.
P.D.: Sí, los inteligentes dirán que es Pedro, pero no todos tenemos por qué ser tan brillantes. Cuando viene a ver es Max.
6 comentarios:
Buena observación. hay tantas cosas que pasamos por alto, talvez con eso hacen tantas cosas mal en este pais
jajaja. eso es cierto!!!
buen punto de vista.. ese es timoteo Henriquez Ureña.
jajaja es cierto, esa gente ni ellos mismos sabian como se llamaba jajaaj.
Venga, Cyd.
Heyyyyy, Timo, no había pensado en eso: que ni ellos lo sabían, jajajajajajaja!
Y.
excelente observacion.
Yalo, tienes toda la razón, pero es Pedro.
Pos sí, Genaro, es tu tocayo, el gran don Pedro.
Abrazos, fiel a ti.
y.
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