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27/9/10

Las iguanas del lago Enriquillo

Comen pan, papitas fritas, galletitas, frutas y hojuelas de maíz

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Debe ser que se saben reinas y soberanas del cuerpo de agua más salado del Caribe y de las únicas islas ubicadas bajo el nivel del mar en todo el mundo. Debe ser que sospechan que están en peligro de extinción para posar con tanta altivez frente a las cámaras y vigilar el entorno como si realmente les perteneciera. Debe ser que los humanos saben que son animales especiales, tanto que, a la larga, poco les importa su evidente fealdad. Si no, ¿cómo explicar que tanta gente intente robarlas cada año, que tanta gente quiera tener semejantes ejemplares entre sus manos, llevárselos a sus casas, cuidarlos y mimarlos como si fueran mascotas?
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Yaniris López
Para Tu Aventura ¨

El lago Enriquillo y su entorno, uno de los puntos turísticos más visitados del suroeste dominicano, es la casa de dos especies de iguana en peligro de extinción: la iguana rinoceronte y la iguana ricord (Cyclura cornuta y Cyclura ricordi). 
Las rinoceronte son enormes (pueden alcanzar hasta 1,8 metros), con pequeños cuernos en las caras y, según los ecologistas, la mayor cantidad de ejemplares se encuentra precisamente aquí. Las ricord son endémicas de República Dominicana, no tienen cuernos pero sí unos ojos muy rojos y anillos espinosos en las colas. Ellas comparten con los cocodrilos americanos (también en peligro de extinción, vaya) el bosque seco y los atractivos de un lugar considerado único en el mundo por sus peculiares características: está ubicado 44 metros bajo el nivel del mar y su salinidad es tres veces más alta que la de éste.
El lago alberga en su interior tres islas también peculiares: son las únicas ubicadas dentro de un cuerpo de agua que se encuentra situado por debajo del nivel del mar. Se llaman Cabritos (la mayor), Barbarita e Islita.
Alrededor del lago, que mide 265 kilómetros cuadrados, hay balnearios de aguas azufradas, borbollones, playas, montañas, petroglifos prehispánicos y aves raras. Pero nada suscita más interés que conocerlas a ellas, a las iguanas que habitan alrededor del cuerpo de agua más grande de las Antillas.

PARA VERLAS 
 

El iguanario es una parada obligada de la ya famosa “Vuelta al lago Enriquillo”, una de las excursiones favoritas de locales y extranjeros en el país. Está ubicado en el mismo lugar desde donde zarpan las lanchas que llevan a los viajeros hasta la isla Cabritos, a orillas de un famoso balneario de aguas azufradas.
No más llegar a la entrada, las iguanas, como buenas anfitrionas, salen despacito de entre los matorrales y tantean el ambiente.
 Si hay movimiento de manos, se lanzan sobre los visitantes como si éstos estuvieran obligados a llevarles algo, un regalo, preferiblemente comida.
Al poco tiempo, más de 40 iguanas de todos los tamaños rodean a los visitantes. No hay problemas si quien las visita no les teme.
Aunque la tenencia de iguanas está prohibido por tratarse de un animal en peligro de extinción, hay quienes pagan grandes cantidades de dinero por un ejemplar, otros se atreven a ofrecerles dinero a los vigilantes del área protegida para que les permitan “llevarse” una a casa y los más atrevidos simplemente se las roban.
Hay quienes creen que son animales espectaculares, exóticos, “lindos”. Esos, los que creen eso, disfrutan sobremanera llegar al iguanario, alimentar a las iguanas (nadie ve el letrero que prohíbe alimentarlas), acariciarlas y dejarse torturar con el espectáculo que ofrecen al abrir las bocas, un espectáculo que es mejor no describir.
Comen pan, papitas fritas, galletitas, frutas y hojuelas de maíz. Los que la han tenido como mascota aseguran que limpia la casa de moscas y otros insectos rastreros, que son dóciles y silenciosas y que les encanta pasear y dejarse mimar.
Sin embargo… No ocurre lo mismo si quienes visitan el iguanario, por alguna razón, les temen a las iguanas. Es nuestro caso.
A los pequeños gritos de emoción les sigue un espanto dramático que raya en lo absurdo. Algunas son tan feas –disculpen los ecologistas- que dan grima. Siempre lucen guapas, como aburridas de tener que vivir tantos años (20 y tantos, aproximadamente).

Como el iguanario está cobijado de bayahondas y otras plantas secas cuyos frutos les encanta a las iguanas, da la impresión de que saltarán de cualquier rama y caerán sobre nuestros hombros y pies en cualquier momento.
Entonces el iguanario ya no luce tan atractivo. Un pasillo de cemento lo divide en dos, obligando al viajero a utilizarlo para entrar y salir. Si por casualidad hay iguanas en ambos lados –y es casi seguro que acorralarán al miedoso-, el temor puede provocar una crisis de histeria que obligará a los guardaparques o a otros viajeros a acudir en auxilio del atormentado. Atormentada en este caso. Qué pena da admitirlo.

“No te harán nada”, gritan los valientes. “Son inofensivas”. “Míralas qué lindas”.
Es cierto, las iguanas son inofensivas. Pero qué va. Nada logra acallar los gritos cada vez que alguna intenta acercarse. La vergüenza aumenta si hay extranjeros cerca, que miran a la víctima entre “me río, lloro o le grito cuán cobarde es…”.
Tal vez el único consuelo que realmente funciona en estos casos es pensar que, por suerte, son vegetarianas.
Pobres iguanas! En lugar de temerles, se acercan a los hombres, buscan sus manos y se dejan alimentar de las mismas manos que las matan, se las comen o se las roban para mantenerlas en cautiverio. Por eso es raro que alguien les tema; aunque, por su bien, deberían celebrarlo.

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P.D: Escrito a principios de 2009, unas semanas antes de que las aguas del Lago subieran tanto que taparan completamente el balneario Las Azufradas. 

6 comentarios:

Òscar dijo...

Yo soy de loz que me acerco. Me parecen bellas y les tomé ya mil fotos! Lo q no puedo entender es que la gente no comprenda la importancia de no alimentarlas. Hace un par de años me enfrenté a una rusa (q pertenrcía s una de las familias más imbéciles q he tenido la desgracia de encontrar en la vida) q le dabs galletitas...

Qué lástima lo de ls azufrada... Como está el nivel del lago, por cierto? Sigue subiendo? Se estancó? Baja?

Yalo dijo...

Sigue subiendo, Oscar, lamentablemente.
Y.

Timoteo Estévez dijo...

Eso iba a preguntar por el Lago... :( eso es Vaina de la Tierra.

Anónimo dijo...

Ay Yalo, temerle a las pobres iguanitas, si ellas solo van a darte la bienvenida, siempre y cuando le lleves algo. Son vegetarianas, pero les encanta todo lo que le dan..
Estuve recientemente y hasta el embarcadero de Cabritos sucumbio, tuvieron que construir otro, la subida del lago parece no tener fin, ya va por 350kmts y cada dia mas cultivos anegados.
Un Abrazo,
Avic.

Anónimo dijo...

Para la posteridad, recientemente es Octubre 2010.
Saludos,
Avic.

Yalo dijo...

Hola, Avic. Si ya construyeron el atracadero de La Cabritos es un éxito, para esa ocasión tuvimos que saltar por bancos y gomas, mientras un guardaparque, con un palo en la arena y botas altas, nos ayudaba a cruzar. Triste todo lo ocurre allí.
Abrazos,
Y.