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19/3/15

Descubre San José de Ocoa (2). Los Martínez: un modelo de gestión comunitaria

El paraje se encuentra a 890 metros sobre el nivel del mar. Allí viven 55 familias.

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Yaniris López
yaniris.lopez@listindiario.com
San José de Ocoa
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Los Martínez, un paraje ubicado al sureste de San José de Ocoa, fue una de las primeras comunidades “adoptadas” por el padre Luis Quinn en esta provincia sureña, lugar al que llegó en 1965 y al que legó 42 años de sacerdocio y luchas comunitarias.  
Ocurrió en 1979, luego de que el huracán David azotara el lugar y el padre les ofreciera apoyo e incentivara, a partir del desastre, una reforma agraria que hoy cuenta con el reconocimiento internacional. 

Esta reforma vendría de la mano de la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa (Adesjo).   Adesjo inició en esta comunidad, a principios de los 80, un proyecto modelo de desarrollo (una especie de laboratorio) de lo que sería una reforma agraria comunitaria en el municipio San José de Ocoa (elevado a provincia en el 2000).    
Carlos José Bonilla, encargado de proyectos de Adesjo, explica que fue un proyecto de irrigación y licitación para poner a producir la tierra con un componente fundamental: a cambio del agua, los dueños de tierras debían donar el 50 por ciento de sus terrenos a otros agricultores que no poseían tierras y que, para sobrevivir, explotaban la parte alta de las montañas haciendo agricultura migratoria.  
“O sea, agricultura de tumba, tala y quema, lo cual generaba grandes perjuicios y desastres al medio ambiente”, dice Bonilla. 


El primero en ceder sus tierras fue el señor Ramón Emilio Ortiz (Millo), que puso 40 tareas a disposición del proyecto. Quince agricultores se han sumado y hoy hay unas 700 tareas disponibles para la producción agrícola y la implementación de proyectos comunitarios.  
La comunidad mantiene un programa de conservación de suelo para evitar su degradación y garantizar la seguridad alimentaria y un programa de reforestación en lo alto de la montaña que ha devuelto el verde a la loma La Montiá y a todos los alrededores del paraje habitado por 55 familias.  
“Antes, todo era desierto -comenta Bonilla-.  Gracias a estas actividades de reforestación hemos logrado que diferentes arroyos y cañadas que antes se habían secado surjan de nuevo en pequeños caudales de agua”.

Autogestión
El desarrollo comunitario del paraje Los Martínez es integral, pues contempla el abordaje de servicios elementales de la comunidad con aquellos que eleven su calidad de vida, de manera que sus habitantes no necesiten migrar a la ciudad para vivir cómodamente.
Con la ayuda de Adesjo, han logrado gestionar una escuela, una clínica, un centro de informática para los agricultores y los niños y una hidroeléctrica comunitaria.
“Para nosotros el aprovechamiento del agua era fundamental. Aquí el agua se aprovecha desde el punto de vista del manejo y protección del medio ambiente pero también para sacarle provecho económico”, explica Carlos José Bonilla, de Adesjo.   
Cada familia paga 100 pesos por el servicio de energía eléctrica.
El proyecto de viviendas comunitarias, el acueducto rural, la producción en invernaderos, un estanque de 30 metros y cinco pies de profundidad donde crían tilapias y carpas, un centro de producción de abono orgánico (lombricultura) y un apiario manejado exclusivamente por las mujeres han activado la economía familiar del paraje y encaminan a Los Martínez a convertirse en la primera comunidad autosostenible de República Dominicana. 

“Nadie lo cree. A nosotros nos han dicho, en varias intervenciones internacionales que hemos tenido, que eso no es posible lograrlo.  Todo el mundo queda impactado y creo que se ha logrado un objetivo común y es que la comunidad mejore la calidad de vida y que el ambiente y todo el entorno se recupere”, sostiene Bonilla.

Esta recuperación la han conseguido en un 98 por ciento, asegura, porque antes de la intervención todo era desierto.
La clave, agrega, está en la distribución del uso de la tierra para garantiza la seguridad alimentaria. “Cuando nosotros le exigimos a un agricultor que tiene que donar hasta un 50 de sus tierras es para asentar en esa tierra a otro comunitario que vive en la parte alta, con el consentimiento y el acuerdo de que esos terrenos que ellos abandonan, donde realizan agricultura migratoria, tienen que dejarlos en descanso, no pueden realizar más actividades agrícolas, y por eso nosotros decimos que se recupera”. No hay tierra sin agua, insiste. Así que aquel agricultor de no quiere aportar ese 50%, la institución no le facilita el líquido.

Oportunidades
Todo este trabajo es coordinado en la comunidad por la Asociación de Vecinos La Vencedora, la Asociación de Mujeres Nueva Esperanza y la Asociación de Padres y Amigos de la Escuela.
Los trabajos se distribuyen por brigadas y las reuniones son frecuentes y sin exclusión.
Jorge David Ortiz comenta que es un orgullo decir que en Los Martínez las mujeres participan de todas las actividades en iguales condiciones que el hombre.
Ellas intervienen en la agricultura, administran varios invernaderos y el apiario. En tres años de trabajo, la producción les deja anualmente dos tanques y medio de miel. Comenzaron con ocho cajas. El poco dinero que conseguían con la extracción y la venta de la miel no se lo repartieron entre las 16 mujeres que administran el proyecto: se pusieron de acuerdo para comprar madera y hoy ya cuentan con 50 colmenas. Para mejorar la producción, reforestaron el apiario con 275 plantas de lipias.
Comenzaron con ocho cajas. El poco dinero que conseguían con la extracción y la venta de la miel no se lo repartieron entre las 16 mujeres que se benefician de este proyecto: se pusieron de acuerdo para comprar madera y hoy ya cuentan con 50 colmenas.
“El propósito no es el dinero. Es que nos mantengamos unidas y seamos ejemplo para otras comunidades. Sin organización, esto sería imposible”, dice Nurkis Rivera, encargada de mantenimiento del apiario. 
 

Claro que, como dice Orlando Guerrero, nacido y criado en Los Martínez, para beneficiarse de todos estos programas los comunitarios tienen que estar involucrados en los diferentes proyectos y actividades.
Guerrero comenta que como la comunidad comenzó a manejar sus recursos naturales y humanos sin tener recursos económicos, decidieron que el 5% de las ganancias de los proyectos iría a un fondo común que hoy alcanza unos RD$200,000.
La hidroeléctrica es manejado de la misma forma que se maneja el proyecto de riego, cuenta: “Aquella persona que a las tres cuotas no ha pagado, le cortamos  la luz”.
A la fecha se han beneficiado 55 familias con el proyecto agrícola y se han construido 22 viviendas (el beneficiario solo paga el 25% del costo de la infraestructura).
La vivienda pasa a ser patrimonio familiar y no puede ser vendida. Igual pasa con los terrenos “donados” a los agricultores: si el beneficiario decide irse del pueblo, un comité se encarga de distribuirlos entre otros beneficiarios, explica Bonilla.

LA RUTA
¿Le interesa conocer esta comunidad modelo, recorrer sus senderos y aprender sobre agroturismo? Puede hacerlo cuando quiera porque Los Martínez es uno de los componentes de “El tesoro del guayacán”, la primera ruta ecoturística de San José de Ocoa que coordina el Fondo de Desarrollo Ecoturístico de San José de Ocoa (Fondeprosjo).
“Ellos ya lo tenían todo. Nosotros lo que hicimos fue ponerles en valor esos recursos y hacer que esta sea una ruta interpretativa que le sirva de educación al visitante”, observa Rafael Reed, director ejecutivo de Fondeprosjo.
Y agrega: “Capacitamos a la comunidad en todo lo que tiene que ver con el manejo de sus recursos, con la interpretación de esos recursos y el manejo de su plan de negocios”. Hay 3.3 kilómetros de senderos y unas 480 tareas para aprender y disfrutar del campo.

DE INTERÉS
-- El nombre. La comunidad se llama Los Martínez porque unos hombres con este apellido solían cazar en la zona, hace ya muchos años, puercos cimarrones.
-- Producción. Tras la reforma agraria, dicen los agricultores, aquí se produce de todo: zanahorias, remolachas, cuatro variedades de aguacate, guineos, guandules, mangos, ajíes, tomates, miel y peces. Los principales mercados de estos productos están en San José de Ocoa, Baní y Santo Domingo.
--Piscicultura. En un estanque de 30 metros  y cinco pies de profundidad crían tres tipos de tilapia y carpa. Una brigada de 10  personas se encarga de su administración durante seis meses. Estas personas se distribuyen la crianza y venden el producto a la comunidad a 40 pesos la libra.
--El agua que alimenta la hidroeléctrica de la comunidad viene del río El Limón.  
--Aunque todavía la agricultura que practican en la comunidad no es ciento por ciento orgánica, los agricultores han ido reduciendo los pesticidas e incrementando el abono orgánico (lombricultura).
-- Actividad agroforestal. En Los Martínez combinan la siembra de aguacate con frutales y otros productos de ciclo corto. Han logrado cosechar una variedad de aguacate llamada Carla fuera de época y por ello muy solicitada en el mercado local. Anualmente pueden cosechar un millón de unidades de aguacate. Para reforestar la zona utilizan pino, eucalipto, acacia, melina, almácigo y palo amargo.
--Cómo llegar. En la carretera Baní-Ocoa, a 16 kilómetros del centro de San José de Ocoa, se toma el camino vecinal a la altura del paraje Las Caobas que conduce a Los Martínez. La demarcación pertenece a San José de Ocoa, municipio cabecera de la provincia homónima. Se encuentra a 890 metros sobre el nivel del mar con una temperatura entre los 17 y 18 grados Celsius.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog, sobre todo tu perfil . Pareciera que describiera mi persona. Me encanta la fotografía. El lente capta el momento y lo plasma en el tiempo . Como si pudiésemos impregnarle sentimiento y emociones. Como un oasis de recuerdo que podemos compartir. Claro que nuestra mente, en nuestra psiquis es un tesoro.

Yalo dijo...

Guao, Anónimo/hombre/mujer. Eres la primera persona que dice que le gusta mi perfil. Casi todos me echan en cara lo que pongo ahí. Solo por eso ya me caes bien.
:)
Y.