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24/4/09

Leyendas de la Zona Colonial de Santo Domingo

Entre los muros de la Zona Colonial viven enamorados frustrados, sacerdotes sin cabeza, esclavos maltratados, damas que guardan dolorosos secretos y cientos de historias que, en lo adelante, valdrá la pena contar.

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Yaniris López
yaniris.lopez@listindiario.com
Ilustraciones: Rafael Hutchinson
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El Tapado

Cuentan por La Zona que se trataba de un hombre misterioso de figura alta y elegante que vivía en el segundo piso de la casa que se encontraba en la esquina de la calle 19 de Marzo con Billini. Nunca pudieron verle la cara porque se tapaba con una oscura capa larga y por eso le llegaban “el tapado”. Caminaba por los túneles de la ciudad y nunca faltaba a la misa de las 6:00 p.m. que se oficiaba en la Catedral. Entre las especulaciones sobre su identidad y las posibles razones de su ocultamiento figuran que tenía alguna deformidad física o lepra; que se trataba de un noble que se ocultaba en la colonia porque había matado a otro; o que era el famoso contrabandista que había fundado la ciudad de Baní. Hay quienes, todavía hoy, continúan llamando a la 19 de Marzo la “Calle del Tapado”.

El aljibe
La historia ocurrió a principios del siglo XIX. Una doncella se enamora de uno de los sirvientes negros que trabajaban en su casa, quien solía expresarle su amor con poemas que él mismo escribía. Un día que fueron sorprendidos juntos por el padre de la joven, el sirviente se esconde con todos sus poemas en el aljibe (pozo) del patio. La chica no le despegaba la vista desde un balcón, pero el joven no resistió mucho tiempo y murió ahogado. Tanto lloró la doncella que sus lágrimas llegaban al mar y su alma se secó. Como nunca pudo volver a enamorarse, optó por convertirse en monja.



El padre Canales
Vivió en La Zona por el año 1836 y tenía fama de malo. Fue asesinado por Juan Rincón, un asesino descarado.
Cuando Rincón fue llevado ante la justicia, a la pregunta de quién había matado al padre Canales respondió: “¡La justicia de Santo Domingo!”.
Lo repitió una segunda vez y luego agregó: “Porque si cuando yo maté a mi primera esposa embarazada me hubieran quitado la vida, no habría podido matar al padre Canales”.
El crimen quedó impune, pero hay personas que han dicho haber visto vagar por las calles la figura ensangrentada del padre, huyendo de su inminente final.

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*Nota: El Museo de la Familia Dominicana (en cuyo patio ocurrió la historia de El aljibe) ha recuperado muchas de las historias más famosas de la Zona Colonial y las ha recopilado en el libro: “Noches de Leyendas”.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece ser el momento de publicar un libro...

Jacqueline Gómez Pellerano dijo...

Vas a continuar estas leyendas? Me encantan!

Yalo dijo...

Hola, Jagope. Venga, ahí tienes otra. (2)
Abrazos,
Y.

Anónimo dijo...

me encanta tu blog!!!!!!!!!! excelente trabajo

Yalo dijo...

Gracias, Sandra. Bienvenida.
Y.